La sombra del maestro Pratchett es larga, tan extensa que sólo con la serie del Mundodisco ha alcanzado la meritoria cifra de 41 volúmenes, que se dice pronto. Y esta es la novela número 40, la última publicada en vida del autor (La corona del pastor sería publicada ya como obra póstuma).
De las primeras veinte novelas del Mundodisco he leído dieciocho - sólo me faltan Soul Music y Mascarada- pero en cambio de la veintena siguiente, hasta ahora no había atacado ninguna. Esto significa que a pesar de poseer un bagaje importante del universo del Mundodisco aún no había conocido a personajes y sagas que se habían desarrollado en los últimos años, como por ejemplo en Húmedo Von Mustachen o en Tiffany Dolorido. Esto es por un lado estimulante pues se te abren nuevas puertas a un mundo que a veces parecía saturado, pero también te provoca un respeto curioso, pues no sabes si los nuevos personajes tendrán el mismo carisma que encontraste en las personalidades de Sam Vives, Tata Ceravieja o la misma MUERTE.
A todo vapor es, además, la tercera novela protagonizada por Húmedo Von Mustachen de modo que entiendo que me he perdido varios aspectos que se referencian de las novelas anteriores (aunque como siempre la historia es autoconclusiva ). La trama en este caso se enmarca dentro de la saga de la revolución industrial de la que sólo había leído hasta ahora Imágenes en acción, y de eso hace al menos veinte años. Sé que no me emocionó especialmente pero todos sabemos que cada novela del Mundodisco es un mundo aparte.
Así pues, A todo vapor nos lleva otro elemento indispensable en esta revolución tecnológica que poco a poco ha ido introduciendo Terry Pratchett en su universo particular. És un contrapeso perfecto a las novelas protagonizadas por los magos o por las brujas y nos aportan una sátira sana y divertida de nuestro mundo. El vapor ha llegado al Mundodisco, un invento que está llamado a revolucionar la vida de buena parte de sus habitantes, especialmente los de Ankh Morpock. Desde allí se extenderán las vías de hierro que conectarán a países como Quirm o la lejana Überwald. Naturalmente Lord Vetinari, nuestro tirano por excelencia, tratará de sacar provecho y enviará a Von Mustachen a intervenir en el desarrollo de las obras. Y este es uno de los pilares que Pratchett ha sabido explotar mejor en sus libros: La combinación entre magia y tecnología, entre mitología y sabiduría popular, entre risas y frases lapidarias que nos hacen pensar más de lo que quisiéramos. Ahora toca dar lugar a la ciencia y en otro libro se hablará de magia. ¡Sencillamente genial!
Pero no sólo de tecnología trata la novela si no también de otros aspectos que desgraciadamente son actualidad en nuestro mundo. Me refiero al fanatismo religioso, en este caso encarnado por las ramas más retrógradas de enanos, los grags, una secta ultraconservadora que no ve bien que los enanos jóvenes abran la mente haciendo amigos por ejemplo entre los trolls o que emigren a la gran ciudad para tener otras oportunidades. Los grags serán el peligro más importante para un ferrocarril que comienza extenderse como la pólvora.
Como es natural Pratchett utiliza sus personajes y sus historias para hacernos reflexionar sobre diversos temas de nuestra realidad. Aparte de dicho fanatismo religioso también podremos observar como los Trasgos son cada vez más reconocidos como entes inteligentes o como las distancias con otras naciones del Mundodisco se deshacen y se acercan otras culturas y formas de pensar ... en definitiva una primera brecha hacia la globalización y un canto contra el racismo.
Por mi parte he disfrutado de la novela pero no en la misma intensidad que otras de la primera etapa. A todo vapor no estará entre las mejores novelas de la serie a pesar de sus importantes aportaciones. No sé si esto se debe a la falta de carisma que me ha despertado Húmedo Von Mustachen en esta su tercera novela, o si me esperaba más risas de las que he encontrado. La obra de Pratchett, como siempre, se deja leer pero las comparaciones con otras novelas claves de la serie son inevitables; también aquel puntito de nostalgia de cuando descubríamos las inmensas posibilidades que ofrecía el Mundodisco provoca un efecto distorsionador pues ahora parece que ya no queden temas para explotar, al menos de forma tan divertida como al principio. ¿Se ha vuelto serio el Mundodisco? No, claro, porqué en el fondo siempre lo ha sido de serio, pero de una seriedad absurda y deslumbrante que nos ha enseñado a pensar de manera diferente y ver las cosas desde ángulos impensables.
El legado de Pratchett es y será irrefutablemente rico y diverso. Y casi siempre ofrecerá multitud de lecturas. Quizá A Todo Vapor no será el ejemplo que saldrá de la boca de todos cuando tenga que recomendar un libro de la saga pero habrá colaborado con su granito de arena a consolidar el Mundodisco como el universo más alocado y divertido que nunca se haya construido sobre una tortuga gigante que navega por el cosmos. ¿Verdad?
Eloi Puig,
18/04/2016
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