Pocas veces un título tan críptico en una novela de ciencia ficción resulta más clarificador una vez acabada su lectura. Ciertamente no se me ocurre unas palabras más idóneas para definir el espíritu con que Cixin Liu nos narra la segunda parte de su trilogía de los tres Cuerpos.
Empecemos: El Bosque oscuro es la continuación directa de la novela El problema de los tres Cuerpos, publicada el año pasado también por Nova. Si en aquella primera entrega se nos desvelaba de forma muy original un primer contacto (aunque no fuera físico) entre una civilización extremadamente avanzada y la humanidad, en esta segunda parte la historia se centra en la calma tensa durante la cual el planeta Tierra espera la flora trisolariana que llegará en 400 años. Porque cuando llegue dicha flota la humanidad desaparecerá irremediablemente.
Recordemos que la Tierra está unida ante el futuro enfrentamiento, que las naciones trabajan juntas para defender nuestro querido planeta, excepto por las facciones leales a trisolarianos que persiguen precisamente la extinción de nuestra civilización. Recordemos también que los trisolarianos tienen Sofones espías por todo el planeta (partículas plegadas en varias dimensiones capaces de sentir y observar todo lo que se discute o se realiza desde la Tierra). Pero lo que no pueden controlar los invasores es el pensamiento de los humanos, lo que les pasa por la cabeza. Los trisolarianos son una raza que no entienden que los humanos puedan engañar, manipular, mentir, que sus pensamientos sean diferentes a sus actos.
Y esta es la única esperanza a la que puede cogerse de forma desesperada la humanidad: Engañar a trisolarianos. ¿Pero cómo hacerlo? ¿Cómo actuar de una manera y pensar de otra? La estrategia que plantea el autor es sublime: La Tierra otorgará poderes casi absolutos a cuatro personajes para que creen una estrategia privada, un plan de contingencia, o de ataque o de supervivencia ... lo que sea, pero que sólo conocen ellos mientras dan órdenes aparentemente lógicas pero que deben ser cortinas de humo ante unos invasores que lo saben todo sobre nosotros.
¡Ah! ¡Sí señor! La idea de desarrollar una defensa oculta a manos de los cuatro "vallados" (lo podríamos definir como los que ponen vallas, los que quieren detener la invasión), es magnífica. Dos de los escogidos son científicos de renombre; el primero de ellos enseguida se lanza de cabeza al trabajo para construir en el futuro naves, flotas espaciales, cazas de combate; El segundo se decanta para desarrollar la mente humana. Tenemos también un ex-presidente venezolano que parece decantarse por construcción de bombas de destrucción masiva en el espacio ... y finalmente tenemos a Luo Ji, un científico chino que nadie sabe muy bien de dónde ha salido y que es el único que parece no querer hacer nada en absoluto y dedicarse a vivir a costa de rey. Este es nuestro héroe, nuestro protagonista. Pero en ningún momento sabemos qué trama (si es que realmente está maquinando algo) pues sus pensamientos son privados, inaccesibles tanto para los trisolarianos, como para el resto de la humanidad o al lector.
Cixin Liu, pues, nos plantea una novela tensa, que busca la intriga sobre cómo detener a un invasor tecnológicamente muy superior en sólo 400 años. Cómo desarrollar la ciencia y una tecnología para tratar de frenar una destrucción que se prevé inevitable, como reaccionar ante un evento que tiene fecha concreta. Es una cuenta atrás que llegará en las próximas generaciones.
El autor continúa utilizando un lenguaje ameno a pesar de tratarse de una novela de ciencia ficción hard y nos mantiene atrapados en una trama muy bien trabajada. Quizá sólo le reprocharía que hubiera podido ser más conciso pues las casi 600 páginas de este segundo volumen se hubieran podido reducir. También en un segundo plano quedan los personajes que les falta más vida o personalidad. Cixin Liu enfoca su mirada en narrarnos los procesos de construcción de defensas previstas en los vallados y no profundiza demasiado en el personajes en sí.
Especialmente demoledor y genial he encontrado la parte final, el Bosque oscuro, que da nombre a la novela. Las teorías de Cixin Liu sobre evolución de las civilizaciones me ha dejado sin palabras y son la esencia de esta novela que se desarrolla en dos tiempos: En el presente actual y en un futuro lejano, cuando llegan las primeras sondas trisolarianas .
Una gran novela de ideas que nos plantea una trama esencialmente original y bien llevada, que sabe mantener la tensión y especialmente la curiosidad para un lector que aunque no esté acostumbrado a los términos hard, podrá entender a la perfección todos sus planteamientos . A pesar de la poca brillantez de ciertos personajes, es una obra que mejora a su predecesora y que nos deja con muchísimas ganas de saber cómo continúa. Ritmo pues, in crescendo ... ¡y que dure!
Eloi Puig, 30/10/2017
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