Cuando Carlos Pérez me envió su novela me aseguró que me la leería de una sentada, que se trataba de una novela corta que iba al grano y que no sufriría para tragar ningún tocho. Y lo cierto que que todos sus pronósticos se cumplieron a la perfección excepto quizás la conclusión final que escondían aquellas palabras respecto a la longitud de su obra. Me explico:
El cirujano es una novela corta que se te hace corta, tanto porqué sólo tiene un grosor de 130 páginas como, sobre todo, porque al finalizarla uno espera más. Sí, paradójicamente, una de las cualidades más notables de la novela (el hecho de ser muy directa y no liarse con capítulos superfluos) se vuelve en su contra debido a que está demasiado bien escrita y se disfruta demasiado para tener una extensión tan exigua. En definitiva: que cuando la acabas quieres más.
El Cirujano es una novela ambientada en una España futura repleta de pequeñas maravillas tecnológicas que el autor va desvelando como quien no quiere la cosa mientras desarrolla un argumento repleto de acción que te corta el aliento y que no te deja respirar. De hecho, buena parte de la trama es una cuenta atrás en un día único, lo que aún acelera más la tensión y las ansias de conocimiento de un lector que se encuentra ya en la primera página in media res, sin saber de dónde venden los tiros.
Porque lo primero con que nos topamos en esta rápida novela de espionaje y ciencia ficción es que El cirujano, el gran científico que ha desarrollado la cura contra la inmortalidad, ha sido atropellado en un accidente de tráfico justo cuando Gilberto, un espía de una corporación rival estaba a punto de robarle sus secretos. A partir de entonces, la acción estalla y nos encontramos con una historia muy bien narrada si tenemos en cuenta aspectos como la tensión, la acción, los diálogos y en definitiva todo lo que rodea la trama, pero de la que nos falta un marco de referencia más potente para sentirse a gusto. Y es que el pequeño problema que arrastra la novela, como decía, es que estas situaciones límites que ocupa el 100% de la novela serían unos capítulos finales fantásticos para una obra más larga y elaborada, serían un buen colofón o quizás un primer clímax por donde el lector esperaría una final redondo repleto de biogenética, inteligencia artificial, tecnología punta y mucho más.
Sí, tal como me aseguró el autor, la novela se lee la mar de bién y en un par de horas te la pules y la disfrutas. Sí, es una historia bien narrada, con una prosa efectiva, funcional pero que no desentona. Y sí, las miradas que podemos hacer de vez en cuando a la ambientación del futuro que nos plantea Pérez son tan instructivas como inquietantes. Pero para mi gusto le falta ese trasfondo que ayuda a embalar cuidadosamente una historia. El problema no es que esta trama, esta aventura, la empezamos in media res, sino que durante el trayecto tenemos la sensación de que el autor nos hubiera podido explicar mucho más de los personajes, de la historia previa y de las consecuencias de esta inmortalidad conseguida a través de la ciencia. Y el final también esperamos más inputs que nos ayuden a entender este futuro próximo.
Este es un caso de aquellos que pido más trama, más personajes, más novela en definitiva: Carlos Pérez ha escrito, como decía, unos buenos capítulos finales o casi finales ... ahora falta el resto. El cirujano tiene suficiente potencial para convertirse en algo más que una historia corta. Lo dejo sobre la mesa.
Eloi Puig
04/07/2018
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