Pocas veces antes me había sentido tan cómodo leyendo una novela sobre universos paralelos como ésta. Incluso en obras tan excepcionales como Universo de locos de Frederic Brown hay momentos que pensabas que quizás el autor estaba forzando la máquina. O en historias más recientes y tan cautivadoras como La ciudad y la Ciudad de China Miéville tenías la sensación de que el autor dejaba demasiadas piezas por encajar. En Futuros perdidos esto no ocurre. La trama es sencilla para la hora muy cuidada, penetra en tu mente de forma acompasada y se queda de forma natural.
Pero es que además, Lisa Tuttle a quien tuve el placer de conocer personalmente a la última calçotada friki de Barcelona, tiene una prosa excepcional. Especialmente en el sentido de envolvernos en situaciones cotidianas y totalmente fáciles de asimilar y hacernos sentir ese sentido de la maravilla de una forma tan natural que asusta.
Clare Beckett es una mujer que vive una vida sosa. Aunque no es mayor - ronda la treintena-, parece acomodada a un ritmo faltado de emoción: una rutina diaria en el trabajo y alguna pareja ocasional que no lleva la relación a ninguna parte. También arrastra un sentido de culpabilidad muy intenso por la pérdida de su hermano hace muchos años y es una persona que fantasea de vez en cuando en cómo hubiera sido su vida si hubiera tomado otras decisiones.
Pero de repente se encuentra viviendo otras vidas donde es ella misma pero en situaciones completamente diferentes, otras historias en universos que no son el suyo, donde su hermano aun vive o donde sus padres están instalados en otra ciudad. En algunos de estos universos es una matemática obsesionada en resolver teorías precisamente sobre universos paralelos, o incluso una persona presumiblemente enferma que no ha superado nunca su pasado. No importa, Clare Beckett es todas estas personas - y más- porqué las siente dentro de sí como una sola, porqué de forma inconsciente viaja de una mente a otra y explora el nuevo mundo que percibe hasta el punto que busca equivalencias en su propia realidad que le ayuden a salir de la decadencia a la que parece estar abocada.
No, no es una obra difícil de seguir; aquí radica el gran trabajo que ha hecho Lisa Tuttle: Presentarnos con palabras muy escogidas y con capítulos muy meditados una meritoria historia sobre realidades paralelas y su conexión unas con otras. Y es que me quedé hipnotizado desde el principio con el nivel literario que expresa la autora y con la clara exposición de las ideas sobre los universos paralelos que son la premisa básica de donde emerge la trama.
Futuros perdidos es casi lo más alejado que podemos encontrar de un thriller. La visión de la novela que tiene la autora es la de acercarnos al día a día de Clare Beckett bajo una perspectiva de naturalidad, con poca o ninguna acción, muy enfocada a reflejar los sentimientos de la protagonista en un mundo normal como el nuestro. Una novela de apariencia cotidiana pero que esconde grandes revelaciones en el ámbito de la ciencia ficción, pero siempre, alejada de la tensión, la intriga más propia de los mencionados thrillers.
No encontraremos aquí otros personajes destacables, sólo acompañantes de las posibles vidas de Clare Beckett. En cambio nos sentiremos cómodos con todas las Clare Becketts que iremos hallando porqué si bien se mueven en espacios dimensionales diferentes, son siempre la misma persona, el mismo espíritu, simplemente tomaron decisiones diferentes, caminos divergentes que las han llevado donde están.
Me alegro de que Gigamesh haya rescatado y traducido esta obra - que data del 1992- y que nos vuelva a traer a Lisa Tuttle por estas latitudes. Por mi parte sólo había leído su colaboración con George R.R. Martin en aquella entrañable epopeya titulada Refugio del viento. Desconozco si actualmente Tuttle continúa escribiendo o prefiere asistir a calçotades pero le agradeceré siempre que nos haya proporcionado una novela con tanta personalidad como es Futuros perdidos.
Eloi Puig, 05/04/17
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