Dick tiene la capacidad
innata de desconcertar. Conmigo ya lo consiguió en Ubik pero ahora lo ha repetido. es claro que que quizás eso se
debe al hecho de que me esperaba algo diferente de esta ucronia
y eso en definitiva es culpa mía.
Las ucronías me han atraído siempre
pero he leído pocas. Creo que es una rama de la ciencia-ficción
que puede explotarse desde muchas vertientes, desde muchos ángulos
y eso mismo es lo que Dick hace en esta obra. Lo que pasa es que
yo me esperaba una historia con trasfondo político sobre
lo que hubiera pasado si los nazis hubieran ganado la 2ª Guerra
Mundial y Dick nos ofrece una interpretación que abarca desde
los típicos asuntos de espionaje hasta los aspectos más
espirituales (que no religiosos) de cómo hubiera evolucionado
el mundo (al menos en los EE.UU.)
Así pues nos encontramos a los años
60 pero en un universo paralelo al nuestro, donde Alemania y el
Japón han ganado la guerra a los aliados, donde buena parte
de África ha sido esclavizada, los judíos continúan
perseguidos y donde los EE.UU. se han dividido en dos partes: La
costa este controlada por el Reich y la costa oeste por la
nación nipona. Los americanos restan sometidos al poder tecnológico
de Alemania y al poder espiritual traído por los japoneses.
A través de diversas líneas de
acción, Dick nos presenta a una serie de personajes interconectados
entre ellos de una forma u otra donde se muestra su vida diaria
de manera que así el autor puede abarcar una parte importante
de la sociedad americana, tanto la autóctona como la de ocupación.
Tenemos personajes americanos, japoneses, alemanes, seguidores del Reich, espías, trabajadores rasos, y gente que no
sabe por dónde navega, que no sabe cuál es su papel
en este nuevo mundo. Y sólo una de estas líneas de
acción nos trae las directrices de espionaje que quizás
me esperaba encontrar, pero las otras acaban resultando más
interesantes y reflejan el estado de ánimo de una población
sometida y los problemas morales y existenciales de algunos de los
sometedores.
Mi personaje preferido es el señor Tagomi,
un alto cargo japonés que vive entre la tradición
de su pueblo y los asuntos políticos a gran escala. Un hombre
que es capaz de llevar muy adentro su religión budista y
que es una clara referencia a la espiritualidad de la novela. Los
japoneses, según Dick, son capaces de copiar todo aquello
que asimilan... y en este caso han traído una gran parte
de la cultura espiritual china... el tao, la consulta del libro
de los cambios (I Ching) que por cierto buena parte de la población
americana acaba siguiendo casi como una nueva religión etc
...
Por otra parte tenemos los personajes tópicos
de las novelas de espías y de la guerra fría que aportan
poco juego en la obra como no sea presentarnos la situación
global a nivel planetario (podríamos decir que la Tierra
actualmente está dividida entre el poder japonés y
el alemán, con sólo algunos países neutrales).
Pero también hay lugar para los personajes anónimos,
los trabajadores que después de 15 años empiezan a
ver la luz e intentan sacar la dignidad y aparcar la frustación,
ni que sea a través del arte. Es una metáfora muy
bonita por parte de Dick que el nuevo rostro de los EE.UU., tenga
que salir a través del arte contemporáneo. El máximo
representante de este grupo de trabajadores es el señor Childan
que regenta una tienda de antigüedades "auténticas"
americanas y que en un momento dado tendrá que escoger entre
hacerse rico o sacar la dignidad que tiene dentro. Son en general
pequeños dramas personales que muestran la visión
perfecta de lo que Dick cree que sería la sociedad americana
de la posguerra... si la hubieran perdido.
Y como colofón, tenemos la ucronia. No,
no El Hombre en el castillo, si no La Langosta,
una obra que escribe uno de los personajes (precisamente el que
da tiítulo a la obra) que contempla el caso inverso en la
ucronía que estamos leyendo: Que los aliados han ganado la
segunda guerra mundial y los alemanes y japoneses quedan derrotados...
¿os suena? Dick vuelve a utilizar su prosa para hacernos
dudar sobre lo que es real y lo que es falso... ¿qué
ucronia es la auténtica? ¿O quizás conviven
las dos? De hecho, eso no es importante, el mensaje del autor se
encamina hacia otras direcciones, como es el hecho de haber utilizado
tantos personajes y que muchos de ellos busquen en su interior las
respuestas que no conocen.
Dick no ha construido la novela en una clásica
estructura de presentación-nudo-desenlace... más bien
juega con la variante nudo-desenlace-nudo... o sea una serie de
historias con pequeños desenlaces, finales, que no repercuten
en el argumento de la obra en sí si no que se convierten
en el mensaje del autor. Un mensaje, sin embargo, algo confuso pero
que proporciona unas horas de placer en una lectura más que
interesante...
Eloi Puig
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