La primera lectura del año no podía tener un título más sugerente para un servidor: El kraken despierta. Me atraía tanto dicho título, como el autor (John Wyndham) y realmente ha sido un libro digno y curioso de leer. Como kraken que soy desde hace más de dos décadas no me he podido resistir al título, aunque la mención de dicho cefalópodo gigante provenga de un poema de Alfred Tennyson y en la obra se convierta en una metáfora.
John Wyndham es mucho más famoso por otras novelas que escribió antes y después de la presente, como El día de los Trifidos o Los cucos de Midwich (actualmente descatalogado tanto en catalán como en castellano). Yo lo conozco precisamente por la conocidísima El Día de los Trífidos, aunque en la cola tengo pendiente de leer alguna obra suya posterior como Choky. Ahora, Alianza Editorial nos aporta una nueva traducción de El Kraken despierta, quizás una de las obras menos valoradas del autor pero que esconde varias cuestiones más que interesantes.
Empecemos: La novela está estructurada básicamente en tres grandes capítulos que se denominan Fase 1, Fase 2 y Fase 3 (dejando de lado el prólogo) y que se corresponden a los diferentes estados de una supuesta invasión alienígena que de forma lenta pero constante se va produciendo en nuestro mundo. Pero al autor no le gustan los ataques directos o violentos, prefiere la sutileza, y de la misma manera que nos presentó una historia altamente catastrófica en El día de los Trífidos pero narrada de forma serena y a un ritmo pausado, aquí realiza el mismo tipo de ejercicio, aunque más sutil, más escondido, como si no quisiera desvelar nunca exactamente qué ocurre en las profundidades marinas.
Y es que la historia tiene un enfoque valiente y curioso a la vez. Es una novela que habla de sucesos importantes que se dan por todo el mundo (bolas de fuego que caen del cielo, barcos hundidos ...) pero bajo la perspectiva de un matrimonio de periodistas que si bien intervienen poco en los asuntos, terminan evidenciando ser una de las máximas autoridades sobre los misterios que están afectando a las aguas profundas de todo el mundo.
Se trata de una novela de ritmo medido y narrada de forma muy inteligente donde la información se va desgranando durante décadas. En este tiempo nuestros periodistas tienen tiempo de filosofar sobre el origen y las consecuencias de lo que parece un choque entre civilizaciones. Y aquí es donde entra de lleno Wyndham con un estilo poco provocador y que se centra más en describirnos cómo afecta esta supuesta invasión a la población de la tierra - especialmente del Reino Unido- en el mundo económico y social. De hecho, buena parte de la información que nos aporta el protagonista en primera persona es recogida a través de los periódicos y medios de comunicación como la radio. De conversaciones con otras personas etc, o sea de forma indirecta. Esto evidencia también que el autor ha querido dar un aire de credibilidad a su novela. Sin héroes o científicos que lo saben todo. El periodismo es el que mueve las páginas del libro. Por contra esto proporciona un ritmo que aunque constante no es el que quizás estamos acostumbrados hoy en día.
La novela data de 1953 y es divertido comprobar también como el autor se involucra de lleno en la época que vivió con pullas constantes - entre divertidas y difamatorias- contra la URSS, pero también como se avanza en términos que hoy en día son noticia como el cambio climático etc. El kraken despierta es pues una obra que va de menos a más, una vez te acostumbras al ritmo y los escasos personajes. Una vez te das cuenta que para el autor es más interesante aportar pocas noticias sobre los misteriosos alienígenas y comprobar cómo estas afectan a la población mundial, especialmente a los gobiernos y a las empresas con grandes intereses económicos. Y sin olvidar su crítica social y a la falta de recursos en la investigación como modelo a seguir para resolver los problemas que se pueden presentar, y más en un asunto tan importante como este.
El punto más débil, sin embargo, es el final, que parece un poco demasiado forzado, como ocurría con el clásico La guerra de los mundos de H.G. Wells donde en dos páginas se solucionaba todo. Cierto es que la intención de Wyndham no era crear expectativas sino enseñar cómo se deberían resolver los problemas pero he encontrado la conclusión precipitada igualmente.
En cualquier caso, es una lectura agradable que recomiendo para quien quiera sumergirse en busca del desconocido desde un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados.
Eloi Puig, 28/01/16
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