Medio mundo, es la continuación directa de la saga de El mar Quebrado, la apuesta juvenil de Joe Abercrombie para acercarnos a epopeyas de aires nórdicos con una trama sencilla pero eficiente, marca de la casa.
La extraordinaria portada de la novela -para mí una de las mejores del año- evidencia por donde irán los tiros: Efectivamente, esta segunda parte continúa con las tensiones de los reinos que conviven - o malviven- alrededor del Mar Quebrado. ¡Pero atención! Si el primer volumen, Medio Rey, el autor enfocaba su atención en el viaje iniciático del personaje de Yarvi, el hijo tullido del rey de Gettlandia, el cual debía convertirse en clérigo pero que las circunstancias fatales de la muerte de su padre y su hermano mayor lo convirtieron en un miserable esclavo; ahora Abercrombie sólo utiliza a Yarvi como acompañante, como eje de apoyo de la trama genérica que en este segundo volumen se consolida: la revuelta de las naciones contra el Gran Rey.
Como decía, Yarvi es poco más que un hilo conductor ahora, un clérigo experimentado y astucioso que tiene como misión salvar su nación de la más que probable guerra que se avecina. Abercombie en un claro ejercicio de innovación, renueva la trama y la centra en dos jóvenes que se embarcan con Yarvi en busca de nuevas alianzas para Gettlandia: El macizo, valiente y también inocente Brand, el cual es deshonrado por decir la verdad y por pedir justicia; y Espina, una imprevisible chica de mucho carácter, que tiene que luchar el doble o el triple que sus compañeros debido a su condición femenina. Ambos crecerán y madurarán durante la remontada y bajada de los ríos que conducen al otro confín del continente, allí donde las costumbres y el clima están muy alejados de las regiones frías.
Es un viaje iniciático de nuevo, pero también un periplo con dosis de romanticismo salvaje y de complicidad entre la tripulación del Viento del sur, el drakkar que los llevará a visitar nuevos reinos. Y como siempre, la gran virtud de Abercrombie es la de presentarnos personajes creíbles con los que empatizamos al instante. En este caso, Brand y Espina, pero también los secundarios que van apareciendo durante la novela.
Como hecho interesante resaltar que por primera vez desde el comienzo de la trilogía, la magia aparece de forma explícita, aunque de forma puntual, sólo en un breve momento de la novela. Sin embargo, las continuas referencias al pasado mágico élfico de los territorios del Mar Quebrado hacen pensar que la magia puede tener un papel más importante en la última novela.
La novela tiene un talante diferente de su predecesora. El autor no pierde la paciencia como a veces notábamos en Medio Rey. La trama está más consolidada y los enigmas sobre cómo finalizará se presentan de forma correcta. Las reflexiones sobre la lucha y la guerra vuelven a estar presentes, es habitual en el autor al que no gusta presentar una matanza mostrando sólo la parte victoriosa sino también la cara amarga de la derrota o de los heridos y muertos en combate. En este punto he notado que hay más semejanzas con las encarnizadas batallas que podíamos leer en la trilogía de La Primera ley. Quizás Medio mundo es una novela juvenil -especialmente por los asuntos amorosos entre sus protagonistas-, pero la efectividad de la trama poco a poco va acercándose a la novela adulta
Medio Mundo es una segunda parte bastante más entretenida que la primera, llena de aventuras, de excelentes personajes y narrada con una amenidad que da miedo. Abercrombie demuestra valerse igualmente bien en el mundo juvenil que con el más adulto aunque las fronteras son cada vez más difundidas. Leérosla, os lo pasaréis muy bien.
La novela está publicada en castellano por Fantascy y en catalán por Rosa de los vents, gracias al grupo Penguin Random House que parece apostar cada vez más para sacar novelas en las dos lenguas, lo que los hace pioneros en este punto. Este enero se espera la salida a la calle de su conclusión, Media Guerra
Eloi Puig, 22/12/15
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