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Hace unos meses, la editorial Grupo AJEC creó una nueva colección dedicada a la ciencia-ficción que seguía los pasos de sus predecesoras Albemuth y Albemuth Internacional. El nuevo sello se llamó Arrakis y entre otros aspectos ha mejorado las portadas -muy espectaculares-y ha creado un formato más vistoso - aunque sigo sin entender por que no pueden utilizar la misma fuente y tamaño para los lomos-. En definitiva, que Arrakis tiene muy buena pinta y a pesar de tener prácticamente toda la colección -cortesía de la editorial- aún no había leído ningún volumen, algo imperdonable por mi parte-.
Elegí Noches de suburbio por varias razones: Un autor que desconocía, un planteamiento argumental que parecía inspirado, bonita portada, tamaño adecuado y sobre todo el hecho de haber conocido a su autor y por tanto su opinión directa del libro en una Ter-Cat el año pasado en el pequeño pueblo de Granyena de les Garrigues (Segrià).
Noches de suburbio es una novela oscura, que nos habla de guerras de bandas en una especie de ciudad-estado controlada por una sociedad matriarcal donde las féminas son modificadas genéticamente y son llamadas Valkirias. Pero la novela no quiere tratar de política o de cuál ha sido la situación que ha llevado a la gente a vivir en estas condiciones, más bien nos quiere acercar de forma bastante elegante a una literatura pulp con personajes antiheroicos, grandes dosis de violencia y una ambientación muy trabajada que sólo hace que recordemos continuamente lo mal es este futuro distópico.
Decidídamente, Víctor Blanco apuesta por recrear una ambientación muy elabrada, de hecho me atrevería a decir que vierte buena parte de sus energías en detallar de forma sutil a veces, de forma directa de otros, esta sociedad de punks, muertos de hambre, jefes criminales y bandas de jóvenes delincuentes rodeados de escombros, tabernas de mal ver y poco más ... lo que se conoce como el Suburbio. En ocasiones me ha venido a la mente comparar este escenario con el que Katsuhiro Otomo nos dibujaba en su inmortal Akira.
Pero si bien el autor, como decía, vierte toda su inspiración para recrear de forma más o menos coherente este suburbio, esta ciudad muerta donde viven nuestros protagonistas, no parece que le hayan quedado muchas energías para presentarnos una historia absorbente o impactante: Las batallas campales entre bandas, las matanzas y asesinatos, en definitiva, la violencia no cuadra con una trama demasiado desarrollada. Sí es cierto que Víctor Blanco elabora una historia de trasfondo para que ligue con las mencionadas guerras de calle, pero no acaba de salirle bién y la novela parece una procesión de batallas, cada vez más grandes para ir destronando el jefe de la banda contraria. Es como un videojuego de los ochenta, relleno eso sí de una ambientación notable.
Y eso que el estilo del autor me gusta: Combina bien los diálogos con la narración pura y dura, los flashbacks con los momentos más poéticos, la situaciones más pulp con pequeñas pinceladas ciberpunks. Nada que decir sobre cómo escribe el autor pues me ha dejado gratamente satisfecho - hay que comentar aquí que la novela fue finalista al premio Minotauro, y por algo será-.
Pero vuelvo a decir que el argumento no es lo suficientemente interesante como para que sobresalga entre otras historias con poco fondo. El origen de las Valkiria, el misterioso suceso que parece esconde en su memporia Spade, el protagonista;el porqué de ciertas traiciones entre amigos ... son cuestiones que creo se hubieran podido resolver de forma más coherente.
En todo caso, me quedo con una buena prosa, expuesta sobre un escenario digno, pero que a medida que avanza la trama, se le ven algunas carencias en el entramado de modo que la historia se va volviendo repetitiva.
En todo caso pero un comienzo bien digno de Víctor Blanco. A ver qué nos presenta la próxima vez.
Eloi Puig, 12/06/12
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