LA TIERRA LARGA
The Long Earth
(2012)

Terry Pratchett & Stephen Baxter

Editorial:
Penguin Random
House
(2014)

Colección:
Fantascy

Núm: ---

Páginas: 460

Lecturas relacionadas:
La Guerra Larga

Desvincular la serie del Mundodisco (inexplicablemente aún no traducida al catalán) del nombre de Terry Pratchett es difícil, pero no imposible. El autor inglés ha escrito también otras novelas alejadas de nuestra querida tortuga galáctica. Por ejemplo, hace poco, Timun Mas publicaba una curiosa ucronía fantástica de Pratchett en solitario llamada Nación. Años atrás también pudimos disfrutar de la colaboración de Pratchett y Neil Gaiman en Buenos Presagios. Y uno de los últimos proyectos a salir a la luz de la genial mente del inglés es la saga de La Tierra Larga. Y esta vez le acompaña otro nombre insigne: Stephen Baxter. De este último no había leído nada todavía. Tengo pendiente desde hace siglos una ucronía, Emperador, que forma parte de la serie El tapiz del tiempo pero que desgraciadamente Minotauro no continuó publicando, lo que siempre me ha frenado a la hora de empezar la novela.

Hace un año, Fantascy apostaba por publicar La Tierra Larga, el primer volumen de la saga que aún ahora están escribiendo los dos autores ingleses. En enero ya ha salido el segundo volumen y suponemos que el ritmo seguirá constante en este aspecto. Pratchett, al parecer ya tenía la idea de escribir sobre La Tierra Larga en sus inicios, cuando todavía no había ni publicado El color de la magia, la novela que inició toda la serie del Mundodisco (y que ya lleva más de 40 volúmenes). Quizás en los últimos tiempos, ha preferido desviar un poco la atención de la serie que lo ha hecho famoso y volver a los orígenes, a las ideas pre-Mundodisco.

Y el hecho es que lo ha clavado una vez más. Pratchett siempre ha sido sensible a las teorías más arraigadas de la ciencia ficción. En sus novelas a menudo encontrábamos referencias científicas sobre todo el abanico de aspectos teóricos de la ciencia ficción, aunque estuvieran establecidas bajo el prisma del humor y la fantasía. La premisa con que partimos en La Tierra larga es fascinante: Nuestro planeta, nuestro universo no está solo. Existen infinitas otras Tierras y universos paralelos y desde el "Día del cruce", nombre con que se suele bautizar el primer día en el que la humanidad descubrió este secreto, prácticamente todo el mundo puede viajar aesos otros universos paralelos, con un solo clic de una fabulosa y sencilla máquina, los planos de la cual aparecen repentinamente en internet para ser difundidos instantáneamente en todo el mundo.

Las posibilidades que ofrece cambiar de planeta en un solo pensamiento, tantas veces como se quiera, son increíbles, y la humanidad poco a poco va poblando los mundos más cercanos a la Tierra inicial, la Datum. Con la máquina, basta con accionar un interruptor y viajar a la Tierra Este-1 o en la Tierra Oeste-1, ya partir de ahí sucesivamente ir saltando de universo en universo. La única restricción es que el metal, el hierro, no puede atravesar los universos, por lo que, cualquier intento colonizador de los otros mundos (que por cierto, están completamente vacíos de humanidad) debe empezar prácticamente de cero.

Joshua Valienté tiene una capacidad extraña: Puede saltar entre universos sin la máquina, de forma natural, y encima sin sentir vértigo o mareos, como le ocurre al resto de la humanidad. Además, tiene un carácter solitario y un instinto innato para comprender el funcionamiento de las cosas. Estas aptitudes son las que llaman la atención de Lobsang, una inteligencia artificial reconocida como humana (afirma que es la reencarnación de un monje tibetano). Juntos viajarán por miles, millones de universos paralelos para explorar y comprobar los diferentes caminos en que la evolución ha desarrollado la vida en cada Tierra. Y juntos descubrirán extraños secretos, uno de los cuales es que ... no estamos solos a los universos paralelos pues al menos una raza humanoide nómada, se mueve a través de estos de forma enigmática.

Dejando de lado el sentido de la maravilla y la aventura que significa descubrir cada dos segundos un nuevo universo para explorar, Pratchett y Baxter también empiezan a introducir efectos sociales y económicos para la Tierra Datum: La súbita ampliación infinita de espacio provoca un pequeño éxodo creciente entre la población terráquea; la posibilidad de moverse en paralelo a otro universo, desplazarse por este y volver al nuestro, abre las puertas a ladrones, asesinos y a todo tipo de problemas que la policía no sabe muy bien cómo tratar; los estados se aprestan a reclamar los nuevos territorios paralelos como propios, al menos con los mismos límites que tenían en la Tierra Datum; y también el hecho de que aproximadamente un 20% de la población mundial no es capaz de atravesar universos por sí sola, crea desconfianza entre varios sectores. Todos estos aspectos socio-políticos se van acumulando poco a poco. Pratchett y Baxter estando removiendo una sopa explosiva que probablemente estalle en el segundo volumen de la saga, La Guerra larga.

El estilo de los autores se aleja del humor irreverente del Pratchett que conocemos, pero conserva un deje, una especie de memoria subconsciente en muchos diálogos o situaciones tratadas con un humor sutil que nos hace pensar en su obra magna. La novela empieza fuerte, con la premisa ya expuesta, y poco a poco va creciendo en intensidad si bien es cierto que a la mitad del libro parece atascarse suavemente mientras se exploran los otros mundos. El final quizás es un poco demasiado fugaz, con un clímax poco eficiente, narrativamente hablando; pero también debemos tener en cuenta que la novela sólo es el comienzo de una pentalogía y que los autores se deben guardar muchos ases bajo la manga para más adelante.

En resumen, una idea fantástica que evoluciona a través de varios misterios y nuevos alicientes, una resolución algo laxa pero que te deja con ganas de más y sobre todo un sentido de la maravilla que deja sin aliento. Bienvenidos a La Tierra Larga, más mundos de los que puedes imaginar a tu alcance, con un solo clic.

Eloi Puig, 11/02/15