A estas alturas anunciar que Jesús Cañadas es uno de los escritores con los que me siento más cómodo y con quien disfruto más sería caer en obviedades demasiado evidentes. Y es que si la primera novela que leí de él, Los nombres muertos me atrapó y la segunda, Pronto será de noche, me aterró, de esta tercera aventura, Las tres muertes de Fermín Salvochea puedo decir que me lo ha hecho pasar divínamente, que la he disfrutado muchísimo.
Incluso me atrevo a afirmar que esta es la novela mejor escrita por el autor de Cádiz. Sí, así de claro lo suelto. Y no por que no valore la prosa de Cañadas en sus anteriores obras, sino porque los sentimientos que me ha hecho sentir en esta lectura son más intensos, más agobiantes pero sobre todo de una gama de diversidad muy amplía: Nostalgia por una tierra que no conozco, sentido de la maravilla con dosis de steampunk, frustración contra la intocable casta eclesiástica, comprensión por los primeros amores narrados en la historia, también por el amiguismo juvenil o también esa sensación de dolor de estómago por ciertos puntos oscuros en la novela.
Las tres muertes de Fermín Salvochea es una novela coral que mezcla temas tan diferentes como el vampirismo y la leyendas fantásticas de Cádiz con la sociedad de la época y sus miserias. Es una novela que podemos tratar como referente histórico por un lado y como pura aventura desenfrenada por el otro, como un homenaje a un personaje real, o también como una maravillosa fantasía urbana. Lo tiene todo. Demasiado incluso en algunos momentos.
Jesús Cañadas ha comentado varias veces que ha querido basar su novela a su Cádiz natal porqué está harto de que todas las grandes aventuras tengan que transcurrir en ciudades tan conocidas como Londres o Nueva York. También para reivindicar su pueblo y para estimularlo, para demostrarle que en Cádiz también se pueden encontrar héroes y que quizás la desgana con que vive cierta parte de la población es el principal enemigo a vencer hoy en día. Porque señores, Las tres muertes de Fermín Salvochea es una historia que no sólo se sitúa en la ciudad andaluza, sino que también forma parte de sus entrañas. Es una aventura tan atada a la ciudad que debería formar parte de ella si fuera posible. En parte esto se debe también a que Cañadas intenta verter todas las leyendas conocidas de la zona en esta novela. Un trabajo loable pero que en algún momento me ha parecido forzada.
Vamos al grano: La trama nos traslada por un lado al Cádiz de comienzos del siglo XX, con un grupo de chicos que ya están dejando la infancia y se acercan peligrosamente a la adolescencia: Sebastian, El Pani, Candela y Julieta. Ellos, hijos de la miseria de la ciudad, ayudan y trabajan con lo que pueden. Ellas, huérfanas, malviven en una institución dirigida por la iglesia que las maltrata de forma constante. Pero esta cruda realidad choca de lleno con el aire fresco que proporciona la aventura, la fantasía o las dosis de terror sobrenatural que se contraponen a impresionantes momentos de horror real. Y siempre con la simpatía y carisma que nos despiertan un personajes únicos, que con su lenguaje repleto de localismos y expresiones propias no hacen sino reafirmar nuestra empatía hacia ellos. Juntos se verán sumergidos en leyendas urbanas de la ciudad a raíz de la desaparición del cuerpo del ex-alcalde Fermín Salvochea, el personaje que décadas antes revolucionó la ciudad con sus ideas progresistas.
Por otra parte encontramos también a Juaíco, el padre de Sebastian, en las aventuras centradas en 1873. Juaíco es un bebedor y putero que resulta también ser el barbero más conocido de aquellos lugares. Y su trabajo le lleva a conocer al mismo Fermín Salvochea, el por entonces alcalde (real) de Cádiz. Salvochea es un personaje enigmático, con una presencia sobrecogedora que rompe las leyes tácticas de la nobleza de Cádiz al creer en la República y la igualdad de las personas. Pero Juaíco es todo lo contrario: Un pobre desgraciado que no piensa más que en meterse por la garganta tanto vino como esté a su alcance y en visitar su puta preferida. Eso sí: Sin dejar de amar profundamente a su mujer Antonia. No es mala persona, es simplemente débil, pero también leal. Un contrapunto para el carisma que desprende Salvochea. El personaje de Juaíco tiene como origen el abuelo del autor con el que se basa en buena medida, según comentarios de Cañadas.
Lo cierto es que este dúo de personalidades tendrán que enfrentarse a una serie de misterios sobrenaturales que parece que la ciudad de Cádiz les ofrece en bandeja. Naturalmente estos rompecabezas del pasado estarán conectados con los asuntos donde se involucran los chicos del presente.
Cañadas ha querido por un lado resucitar todas las leyendas fantásticas que ha encontrado sobre su ciudad y las ha atado con una aventura soberbia que por un lado te deja maravillado especialmente por el trato de los personajes pero que por el otro te puede hacer sentir un poco agobiado por tratar de averiguar cómo cuadran todas las líneas abiertas. Y es que tal vez la única pega que le encuentro a la trama argumental es que a veces se me escapa de las manos - especialmente cuando hay cambios de escenario- y me he encontrado un poco liado con entender como el autor hace encajarlo todo.
Esta es la única razón del porqué la nota global no ha llegado a la excelencia.
Esto no quita, sin embargo, que el camino haya sido magnífico y que personajes como Juaíco, Candela, el Pani o el mismo Sebastian les haya encontrado fuera de serie, increíbles. Que la ambientación haya sido excelente en todos los sentidos hasta el punto de que te parece conocer de toda la vida una ciudad a la que no has ido nunca. Y es que como comentaba anteriormente, esta es una historia que parece intrínsecamente ligada a la esencia de Cádiz. Sus personajes son alegorías de su gente, aunque sea de otro siglo. Cañadas no se cansa de recordarnos que volver a su hogar natal no significa que sea la misma de donde se marchó pues los recuerdos, los olores, la misma estructura de la ciudad se ha transformado de forma considerable. Su Cádiz de ahora no es el mismo del de antes. Pero también hay que afirmar que su amor por su ciudad natal es perfectamente palpable en cada una de las páginas de la novela, sea en forma de homenaje o de crítica. Cádiz es otro personaje entre bastidores de Las tres muertes de Fermín Salvochea.
Un resumen sintético y lapidario sería recordar la cita de la contraportada de Antonio Torrubia que dice "(...) Un tour de force a caballo de Los Goonies y Penny Dreadful" me parece acertadísima y completamente descriptiva de lo que os podréis encontrar al abrir las páginas de esta novela repleta de sorpresas.
Jesús Cañadas lo ha vuelto a hacer: Ha vuelto a escribir una joya de novela a la altura de las anteriores. Leed la y dejaros ir, la disfrutaréis mucho.
Eloi Puig, 16/12/17
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