Con ocasión del decimoquinto aniversario de la muerte de Manuel de Pedrolo, el año 2005, el libro que Ediciones 62, su editorial principal, publicó como «edición especial conmemorativa» fue una reedición del Mecanoscrito del segundo origen, que como dice en la contracubierta es «el título más divulgado en catalán de todos los tiempos», sobre el millón de ejemplares, una novela de ciencia-ficción, publicado inicialmente, por voluntad de la editorial, en una colección de literatura juvenil en noviembre de 1974. Pero la colección «El trapezi» no tenía nada que ver con las colecciones de literatura juvenil actuales: la novela de Pedrolo salía al lado de obras como Espartaco de Howard Fast, El día de los trífidos de John Wyndham, El gran Meaulnes d'Alain Fournier, La comedia humana de William Saroyan, El salario del miedo de Georges Arnaud, El hombre que fue el jueves de Gilbert Keith Chesterton, El port de les boires de Georges Simenon, La madre de Màxim Gorki, El gos que va veure Déu de Dino Buzzati, es decir, obras de primeras figuras de la literatura mundial y también de autores catalanes de ciencia-ficción, como Pere Verdaguer o Montserrat Julió. El Mecanoscrito no ha parado de reeditarse, se ha hecho versión en cómic, serial de radio y de televisión, y ha habido propuestas de adaptarlo al cine y al teatro. Y ha sido traducido al castellano, al vasco, al francés, al gallego y al rumano, y en todos estos ámbitos es tratado y respetado como una muy buena novela que consta al lado de los grandes títulos de ciencia-ficción de todo el mundo.
El «Mecanoscrito»
El Mecanoscrito explica la historia de Alba y Dídac, una chica de catorce años y un niño de ocho, supervivientes de un ataque extraterrestre que prácticamente ha aniquilado la vida en la Tierra, y que asumen la misión de repoblarla. Ellos se han salvado porque en el momento de producirse el ataque extraterrestre estaban bajo el agua. Y después de comprobar los efectos de la destrucción, recogen todo lo que pueden y se van. Sorprenden a uno de los invasores y lo matan. Cuando llegan a la Barcelona destruida deciden preservar todos los libros. En una expedición con barco comprueban que la destrucción ha sido general y los pocos supervivientes o se han bestializado o han enloquecido. Decididos a perpetuar la especie, cuando Dídac tiene doce años y Alba diecisiete tienen un hijo, poco después Dídac muere, y Alba piensa que cuando tenga treinta y el hijo doce podrán tener nuevos hijos. Y en un apéndice el editor del futuro da noticia de las controversias sobre si efectivamente Alba es la madre de la nueva humanidad o el texto es una muestra de la literatura llamada de ciencia-ficción.
Pero el Mecanoscrio, escrito en otoño de 1973, ni es la única obra de ciencia-ficción de Pedrolo, ni la única obra que muestra su interés por la especulación sobre la realidad. El interés por el género le venía de lejos: él mismo en 1973 explicaba a Jordi Coca que el primer argumento literario que recordaba haber leído de joven era de un sabio maligno que inventaba el arma que podía destruir el mundo; es decir, un tema típico y tópico de la ciencia-ficción.
Cuentos diversos
Manuel de Pedrolo, después de haber debutado publicando un libro de poemas, Ésser en el món, en 1949, el segundo libro que editó es un volumen de cuentos, El premi literari i més coses, de 1953, que ya incluye un cuento que ahora sin lugar a dudas pondríamos dentro de un volumen de ciencia-ficción: «Transformació de la ciutat», fechado en Tàrrega en 1947. Trata de un personaje que tiene el poder de, «cambiando una cosa de lugar sobre el papel,» hacer que también se desplace en la realidad, y por lo tanto puede cambiar calles y casas simplemente desplazándolos encima del plano de la ciudad dibujando encima, y lo hace una noche en Barcelona y crea un caos formidable. Una idea que puede hacer pensar en aquella extraordinaria película, bastante posterior, que se llamaba Dark City (de Alex Proyas, 1998).
En diversos libros de cuentos de Pedrolo, casi todos, podemos ir encontrando relatos directamente de ciencia-ficción o de algún tipo de fantasía afín; por ejemplo, en Un món per a tothom (1956), «Temps simultanis», con cinco historias simultáneas de diferentes géneros, una de las cuales de fantasmas o de realidades alternativas, y una policíaca -una idea que anticipa el libro de Michael Cunnigham Dies memorables (2005), que hace dentro del mismo espacio tres historias en tiempos diferentes y de generaciones diferentes: de fantasmas, policíaca y de ciencia-ficción; en Violació de límits (1957), «El camí», una parábola pesimista sobre la libertad situada en un camino inacabable y laberíntico que se va transformando; en International Setting (1974), «L’origen de les coses», la historia de un autobús de excursionistas que se pierde y, imposibilizados de volver a encontrar el camino de la civilización, fundan una nueva ciudad; en Crèdits humans (1957), «Las civilitzacions són mortals», con una ciudad de donde desaparecen las calles y las casas quedan estampadas unas delante las otras; en Contes fora recull (1975), «Darrer comunicat de la Terra», que había publicado en las postrimerías de 1973 en el almanaque de «Serra d’Or» para 1974, con la narración del último hombre de la Tierra: explica que ante la inminencia de una guerra total, envían toda la humanidad noventa y nueve años al futuro, a una nueva era de paz, pero llegan noventa y nueve años más viejos, la mayoría muertos; en Caus a cada cantonada (1985), «Fragmentària», que había publicado en la revista «Ciència» en 1981, con un documento fragmentario del año 9913 que habla de una humanidad que se vuelve salvaje y decadente, que experimenta al mismo tiempo envejecimiento y regresiones; en Patologies diversament obscures (1986), «Asèl·lia», que había publicado en el periódico «Avui» en 1984, con una chica seducida por un extraterrestre que la fecunda, y también «la doble plaça de les donzelles», con un edificio que unos ven y otros no, quizás porque transgrede el tiempo; en Disset contes i una excepció (póstumo, 1990), «El bon ciutadà», versión A, que había salido en el «Avui» en 1987, con el ciudadano que ve que una mano sale del muro de la prisión y lo denuncia, y en la versión B donde el director le corta la mano. También podemos encontrar ediciones específicas, como el volumen 7 relats d’intriga i ficció (1980), que combina relatos policíacos y fantásticos («L’origen de les coses», «Transformació de la ciudat»,«Las civilitzacions són mortals» y «El cens total»), o la adaptación en cómic de Les civilitzacions són mortals (1984).
Trayecto final
Pero la recopilación de cuentos de ciencia-ficción por excelencia es Trayecto final, escrito en 1974 y publicado en 1975 dentro del tercer volumen de cuentos y narraciones, dentro de la obra completa y en 1978 en libro solo de bolsillo; se han hecho numerosas reediciones, como la de la «Biblioteca Manuel de Pedrolo» en el «El cangur», también una edición didáctica, y se ha traducido al inglés y al castellano. Son cuentos escritos inmediatamente después del Mecanoscrito, que había elaborado en otoño de 1973. «El censo total», uno de los más divulgados, y también traducido al francés, ya había salido en la revista «El Pont» en 1974 o en 1975, y como es el primero del volumen podemos pensar que también es el primero que escribió: relata que hay un archivo universal de todos los vivientes desde el origen de la humanidad, porque nos repetimos: cuando uno muere, después renace con otro nombre y en otro lugar. Lo siguen «Mundo distante y vecino» con un personaje que ha venido de un mundo paralelo, donde no puede volver, pero envía informes del nuestro; «Servicio oficial», con una agencia que se dedica a suprimir a la gente inadaptada, supuestamente enviándolos en otras épocas; «Cadáveres», con una empresa que fabrica prostitutas robóticas; «Urn, de Djln», con un extraterrestre fugitivo que tiene plasticidad molecular y puede transformarse en cualquiera: es el cuento más complejo de la recopilación, casi una novela, y lo que más satisfacía Pedrolo; «La chica que venía del futuro», con una chica que de 1996, cuándo tiene veinte años, viaja a 1974, antes de su nacimiento, queda embarazada y tiene un hijo, que resultará mayor que ella pero será afectado por el nuevo viaje de la chica al su anterior presente, y «El regresivo»: en un mundo superpoblado, algunos ancianos empiezan a experimentar la regresión, un rejuvenecimiento que representa una amenaza para la supervivencia de la especie y por lo tanto son perseguidos y a menudo exterminados.
Dos novelas más
Vemos pues que el Mecanoscrito del segundo origen no salió como una seta después de la lluvia en medio de la producción de Pedrolo. «Darrer comunicat de la Terra», de 1973 y publicado en las postrimerías de aquel año, inaugura el núcleo central de la obra de ciencia-ficción de Pedrolo, con el Mecanoscrito, escrito en otoño de 1973 y publicado en 1974, y Trayecto final, escrito en 1974 y publicado en 1975; y este núcleo todavía comprende dos novelas más: Aquesta matinada i potser per sempre y Successimultani.
Aquesta matinada i potser per sempre está escrita en 1976 y publicada en 1980, reeditada en junio del año 2000 por Pagès editors en la colección «Ciència-ficció». Es la obra de ciencia-ficción que Pedrolo consideraba que era más destacable «por la cantidad de teorías sobre el tiempo que discute o inventa», como escribe a Jordi Castellanos para quejársele de que sólo habla del Mecanoscrito. Aquí Pedrolo reanuda la idea de la rendija por donde podrían acceder a nuestro mundo seres de otro universo, como en el cuento «Un mundo distante y vecino». Cronológicamente la acción empieza en 1991, cuando se produce un hecho extraño en el barrio de el Carmel de Barcelona. Tres testimonios aseguran que han visto cómo un hombre agredía otro y, al momento que le clavaba una horca, el otro desaparecía. El agresor explica que ya lo había visto aparecer y desaparecer otras veces, y por eso se quería asegurar que era real. Y entonces el profesor Marc Bega explica que es una criatura de otro universo que había penetrado en nuestro mundo por una grieta temporal. La fundación que se crea para esperar la nueva venida compra el terreno y espera el retorno el año 2147. La obra está escrita en forma de pliegos de documentos: primero informes de la policía que vigila la fundación en el 2147, después los reportajes periodísticos del momento de los hechos en 1991, que complementan o enmiendan las informaciones anteriores, después los informes de la fundación misma, después los textos del profesor Marc Bega en la época de los hechos, y así cada nueva información sirve para ampliar o descartar informaciones precedentes. Y el lector se va construyendo la narración sin seguir ninguna linealidad temporal, de acuerdo con las ideas sobre el tiempo que presenta la obra.
Successimultani está escrita en 1979 y publicada en 1980. Reeditada en abril de 1991 como número 26 de la colección «2001» del editorial Pleniluni, fue el libro que cerró la colección, la primera del género que se había editado en catalán. En el 2006 la reeditó Pagès. Successimultani que significa sucesivo y simultáneo al mismo tiempo, reanuda la idea del cuento «La chica que venía del futuro», y desarrolla más posibilidades. Aquí también los personajes que viajan lo hacen gracias a unas aptitudes que tienen, sin que se nos describa ninguna tecnología, sólo la posibilidad por las características constantes del tiempo. Y se especifica la limitación que el viaje sólo se puede hacer a un pasado anterior al nacimiento propio, para evitar la paradoja de encontrarse con uno mismo. Está situada en Barcelona en la posguerra, pero lógicamente con incursiones en diferentes épocas del pasado, como el tiempo de la dictadura de Primo de Rivera. En la novela, Jordina ha sido iniciada por el padre en el viaje en el tiempo, y ella introduce a Damià, a un personaje que al final se pierde en el pasado intentando enmendarlo, porque en un viaje anterior una chica del pasado con quien él tuvo relación sexual quedó embarazada y cuándo nació el niño, que es él (y con eso también anticipa la idea del film Terminator de James Cameron, 1984), la chica murió en el parto, y él vuelve para repetir la historia sin dejarla embarazada, para que ella pueda vivir, pero él naturalmente no vuelve, porque no puede haber nacido. Y, claro está, alterar el pasado provoca consecuencias en el futuro, de manera tal que al final el doctor psicoanalista Manuel de Pedrolo recibe el manuscrito de la novela, dirigido a un supuesto Manuel de Pedrolo novelista, que habría vivido una guerra que no se ha producido nunca. Es decir, Pedrolo nos presenta el mundo como él lo habría querido.
Otra novela de ciencia-ficción
Estos cuatro libros, Mecanoscrito del segundo origen, Trayecto final, Aquesta matinada i potser per sempre y Successimultani, escritos de 1973 a 1979, forman el núcleo central y más clásico de la ciencia-ficción de Pedrolo, pero como hemos visto con los cuentos que tiene desde la primera recopilación, publicada en 1953, hasta la póstuma en 1990, también en el campo de las novelas tenemos otros que vale la pena considerar. Sobre todo La creació de la realitat, punt i seguit, la penúltima novela que escribió Pedrolo, en 1984, y publicada en 1987. Se sitúa en un futuro en qué hace doce años que la Federación y la Confederación dominan la Tierra y permiten sólo una faja de Países Asociados, que les evita tener fronteras comunes y entrar en un conflicto directo que podría ser definitivo. La novela está escrita en forma de informes, algunos en primera persona. Primero tenemos noticia de la Confederación, un régimen militar absolutista que ha organizado rigurosamente su territorio: hay una especie de campo de concentración donde son recluidas las mujeres embarazadas, donde alumbran y la mayoría mueren; están los sectores donde viven y trabajan los hombres; hay las chicas que, cuándo ha hecho diecisiete años, son seleccionadas como prostitutas, para los oficiales, para los soldados o para los obreros, según el grado de los suyos atractivos; las de los oficiales que después de unos años son traspasadas a los lugares de impregnación donde los sementales las fecundan; y sobre todo hay soldados, y religiosos de todas las creencias; y hay los pueblos sometidos, tributarios de la metrópoli. La Federación, también bajo el control militar, es igualmente dividida rigurosamente en zonas según el tipo de producción: agrícolas, ganaderas, mineros o industriales, y dentro hay subzonas para mujeres, enfermos, viejos, niños, religiosos, gestantes ilegales..., muy regidos por autoridades indígenas colaboracionistas, controlados por policías nativos, que dependen del poder militar ocupante; hombres y mujeres viven en barrios separados, tienen prohibida la relación y tienen los encuentros sexuales en casas de contacto regularizadas por el poder, con la prohibición del embarazo. Después, como en una especie de cuentos, hay un relato de la vida religiosa digno del Decameron, uno sobre dos intelectuales de actitudes opuestas y uno sobre un fugitivo en los Países Asociados. Pero después tenemos la historia de la escritura de todo este relato, una novela que al fin y al cabo inspira a los |efes políticos de las dos grandes potencias llevarlo a la realidad, con la que la realidad de ciencia-ficción descrita por la novela está en camino de hacerse realidad, aunque el autor nos advierte que podemos intentar evitarlo. Una reflexión pesimista pero combativa del último Pedrolo.
Por la vertiente de los mitos religiosos
Si tenemos en cuenta la reflexión del epílogo del Mecanoscrito, en el sentido que especula si se trata de una novela o de un diario auténtico, o sea que puede tener un doble vertiente, de novela de ciencia-ficción de invasiones extraterrestres o de especulación sobre el mito del origen de la humanidad, podremos ver cómo Pedrolo quiso continuar especulando por los dos caminos productivos que originaba. Hemos visto el de la ciencia-ficción más tecnocientífica. Pero también continúa por el de los mitos religiosos. En un terreno más allegado a la fantasía y hasta la parapsicología, tenemos la novela Procés de contradicció suficient, escrita todavía en esta época central, en 1975, entre el Mecanoscrito y Aquesta Matinada, y publicada en 1976, y llevada al cine en 1988 por Tomàs Muñoz con el título de Garum, que trata de las relaciones diabólicas de un pintor, que nos presenta un texto de un autor muerto hace años, Manuel de Pedrolo, y que explica la relación del pintor con un ser multiforme femenino. El ser que explica que los teólogos lo han confundido con el diablo ha escuchado una opinión del pintor Enric Germa sobre Dios y el diablo, en el sentido que Dios es masculino y el diablo femenino, y eso añadido en busca de su pintura hace que se sienta atraída y se lo quiere hacer suyo. Hay una pugna entre las criaturas masculinas y las femeninas, asimiladas a magos y brujas: las femeninas, más sensuales, se sienten atraídas por hombres mortales y para experimentar el amor establecen pactos en que les ofrecen la inmortalidad, fama y honores a cambio de su amor. Como tantas otras criaturas de Pedrolo, Enric Germa, una criatura humana, enfrenta el conflicto entre dos realidades simultáneas y excluyentes con la lógica humana ante la absurdidad. Y precisamente está invocando la ciencia-ficción que se apuntala en la racionalidad: Enric se explica toda la realidad alterada por el diablo porque lo considera un mundo paralelo; pero el diablo/Maya se lo desmiente: «El diablo nunca ha formado parte de un mundo paralelo. Está aquí, entre vosotros.» Es una novela muy bien planteada, que crea un universo perverso y sugestivo, y en la que la especulación fantástica se centra en los mitos religiosos, como en otras obras como Crucifeminació o Múltiples notícies de l’Edèn. Y, si la teología es una ciencia, evidentemente aquí todavía hablamos de ciencia-ficción.
Crucifeminació, escrita en 1981 y publicada en 1986, se presenta, como otras obras de Pedrolo, como un pliego de documentos. Aquí tenemos primero una serie de escritos de diversa procedencia entorno a un hecho del año 2081: en una plaza pública una virgen alumbra aparatosamente al enviado de un dios, una segunda encarnación de lo que es nombrado el Definitivo; puede tener la apariencia de la descripción de un mito religioso, pero tenemos todas las pistas para ver que todo es producto de una cábala de gobernantes, médicos y curas. Estos documentos están clasificados tras un título de «preámbulo», y al fin y al cabo hay un «apéndice» con fragmentos de un texto religioso que ordena canónicamente el mito el año 2153. En medio hay una nota del traductor de estos papeles, supuestamente portugueses, que nos hace hacer un salto en el tiempo y nos sitúa en la actualidad, revisando un texto supuestamente de 1937.
Múltiples notícies de l’Edèn, escrita el verano de 1984 y publicada en 1985, también propone una nueva lectura del mito: presenta un dossier de documentos en dos pliegos, uno de referidos a Lilith y el otro a Eva, que van llegando misteriosamente al autor quizás por la acción de la inmortal Lilith (en una especie de aplicación en el fantástico del método paranoicocrítico que explica Dalí en su libreto sobre El ángelus de Millet) y que tratan de una criatura inicial andrógena, la partición en dos sexos y las experiencias sexuales de Lilith y Eva con ángeles y demonios, la tentación sexual de Adán y la expulsión del paraíso. También en Crucifeminació (de 1981) y ya en Procés de contradicció suficient (de 1975), entre otras obras, también en algún momento u otro se habla de Lilith, un personaje que sin duda seducía a Pedrolo desde hacía años, hasta que le dedicó casi entera esta obra.
Metafísica fantástica
Hemos visto los dos caminos que abría el Mecanoscrito: la ciencia-ficción y el mito religioso. Ya en los años cincuenta Pedrolo había escrito algunas novelas digamos de metafísica fantástica que tampoco desentonarían en una colección de ciencia-ficción, como Míster Chase, podeu sortir (escrita en 1953 y publicada en 1955), Introducció a l’ombra (escrita en 1956 y publicada en 1972) o Entrada en blanc (escrita en 1958 y publicada en 1968). En Míster Chase, podeu sortir y Entrada en blanc los personajes son muertos, con las que Pedrolo escribe una especie de actos sacramentales laicos.
En Míster Chase, podeu sortir, los personajes han abandonado el mundo y llegan al nuevo ámbito, cada uno por su cuenta, sabiendo que son muertos; llegan a una especie de hotel, que tiene una sola puerta de entrada y dos de salida; y mientras los personajes llevan su investigación intentando entender el sentido de aquel ámbito, por qué están allí y donde irán, y se lo empiezan a hacer suyo y temen la salida, Pedrolo nos lleva a hacer una reflexión paralela sobre nuestra apropiación de nuestro ámbito, que quizás no hay para tanto pero estamos y no hay otro, antes de encararnos a la incógnita del gran vacío. Comparten los descubrimientos, pero cada uno ha entrado solo y se va solo y, como dice Walter Chase, «no nos podemos ayudar, no podemos hacer nada el uno por el otro», una conclusión que vale para las tres obras, pero sin embargo no renuncia a continuar la investigación y a compartir los resultados; pero la investigación será restañada por la indicación implacable que lo hace salir. La estructura anticipa Entrada en blanc, con los capítulos alternados entre el mundo de los muertos y el de los vivos, y en cierta manera también anuncia la obra teatral Tècnica de cambra, que escribirá seis años después, en 1959, con aquella habitación incomprensible donde hay que actuar porque no hay ningún sitio más y con la voz final que obliga a partir.
En Entrada en blanc, escrita en 1958 y publicada en 1968, también los personajes, como la novela anterior y como en el teatro -de 1957 en 1959 Pedrolo escribe las ocho obras que forman el núcleo principal de su teatro-, buscan primero de todo entender dónde están, «continuaremos luchando, aquí o donde sea, con el fin de comprender, de saber,», y saben que cada descubierta es un nuevo paso, una victoria, aunque al final no haya salida. Aquí viajan con un tren que no pueden abandonar y que no saben donde va ni por donde ni por qué, y que a menudo se detiene en una estación que es siempre la misma a hacer un transbordo que es al mismo tren; la investigación los lleva a saber que son muertos, que han dejado su mundo habitual, y finalmente llegarán a establecer que todos murieron del corazón mientras dormían: posiblemente se trata de un estado transitorio entre la vida física y un destino final que bien posiblemente será la nada. En Mister Chase todos habían muerto de muerte violenta: podemos interpretar pues esta otra novela como una nueva investigación del mismo tema, ahora en otro grupo. Como un símbolo de la pérdida de la coherencia física, y anticipando Beetle Juice de Tim Burton, de 1988, también una obra de fantasmas, aquí los muertos pueden perder miembros y volver a incorporárselos. Pedrolo no habla de escatología, de ningún destino final, de ninguna finalidad, sino de un espacio de reflexión antes de pasar a un final desconocido.
Introducció a l‘ombra es la más allegada a la ciencia-ficción de las tres, sobre todo porque la situación fantástica la experimenta un personaje vivo. David y Aurelia hace poco que se han cambiado de casa. Un día de lluvia, cuando David llega del trabajo va a su habitación a cambiarse los calcetines, sale distraído mirando el diario y en lugar de ir hacia la puerta va hacia el lugar donde había la puerta en la otra casa, topa contra la pared, y la traviesa, y se encuentra aprisionado dentro de una habitación blanca en forma de huevo, sin ángulos y con las paredes impenetrables. Mientras la mujer constata que el marido ha desaparecido y después llega el resto de la familia y afrontan el misterio hasta que llaman a la policía, David lucha por salir. En cada capítulo ensaya una teoría para derrotar la pared que lo encarcela. Primero reflexiona sobre la teoría de la relatividad, la constitución del mundo físico y del tiempo. Va desplegando teorías sobre si la cámara es un símbolo: del aislamiento que querría en una casa de campo, de la barrera que ha creado delante de los otros con actuaciones poco escrupulosas, de la que los otros han enderezado enfrente de él, siempre con la idea de derrotarla con la lógica, y así también va repasando su vida y sabe que cuando salga será otro y verá las cosas de forma diferente. Ve que ha pasado los cincuenta y ocho años de vida ignorándose, se descubre él mismo pero también razona que él representa toda la debilidad de la humanidad. Al final especula que está dentro de otra dimensión, fuera del mundo conocido, reanuda teorías einstenianas, y agotadas todas las salidas deduce que entró ignorante la pared y así es como tiene que salir, pero la cámara es demasiada obsesiva para olvidarla.
Todas las bestias de carga
También conviene reivindicar como obra de literatura fantástica la que posiblemente es la mejor novela de Manuel de Pedrolo -siempre dejando de lado el ciclo Temps obert, una obra que muestra el interés de Pedrolo por la ciencia, pero que es un ciclo de once volúmenes-, y en todo caso una de las más memorables, Todas las bestias de carga, escrita en 1965 y publicada en 1967: una obra escrita con voluntad alegórica y política, de denuncia del intento de genocidio cultural y nacional de la dictadura franquista, pero que alteradas formalmente, de momento y cuando menos en parte, las circunstancias externas, podemos leer entendiendo el valor universal. Narra la aventura de un hombre innominado, y por extensión de todo un pueblo, sometido a un proceso anorreador de su identidad, con la intención de asimilarlo a la del ocupante. El protagonista es obligado a asistir a una triple intervención quirúrgica que hacen a la madre: al cerebro, al corazón y al sexo. Porque denuncia que la quieren despersonalizar, y cree que la han matado, es aprisionado. Liberado por un azar que forma parto del juicio, vuelve a casa, donde ahora viven otros hijos de la madre y de donde, huyendo de un cacheo policial, puede salvar a una adolescente, que, como todas las de su pueblo, tenía que ser esterilizada. Busca el cuerpo de la madre en el cementerio, donde se entera de que todavía está viva. Vuelve a ser detenido y es enrolado. Fugitivo del cuartel, lo cogen los inspectores del censo. Tiene que ir a pedir la documentación en el registro y después a la casa de un jerarca, donde es explotado sexualmente y apaleado. Lo recoge uno de los suyos y lo lleva a una reunión clandestina, que es descubierta. Otra vez en casa, entiende que la madre está allí donde vivan los que se reclaman hijos suyos y que no la matarán mientras ellos no quieran y continúen resistiendo. Antes de volver a ser detenido, todavía puede dejar embarazada al adolescente que había salvado. Y los guardias se lo llevan a volver a asistir a la operación, porque la burocracia no ha registrado que ya había cumplido la obligación. Es una especie de fantasía expresionista o de pesadilla de Kafka, en el que el protagonista opone el razonamiento lógico a la absurdidad del sistema. Está estructurada en doce capítulos, que se suceden en el espacio y en el tiempo, y el último remite al espacio del primero, en una construcción circular. A su momento fue escrita y entendida como una alegoría de la situación contemporánea, en un tiempo que todo el mundo hacía realismo social, pero el análisis profundo de la opresión sistematizada y de la reacción individual hace una obra válida para todas las épocas y todos los lugares, independientemente de la situación histórica, como otras obras que utilizan la ciencia-ficción para hacer alegorías, como hacían los hermanos Strugatski en la Unión Soviética. En 1985 se tradujo al castellano.
Conclusión
Manuel de Pedrolo, en tanto que era un hombre comprometido con la realidad y un escritor atento a todos los campos de la cultura, estaba atento también a la actualidad de la ciencia y de todo tipo de especulación. Y eso, añadido a su voluntad de hacer presente la literatura catalana en todos los campos, y más en los géneros más populares, naturalmente lo llevó a escribir ciencia-ficción, a estar activo en este lugar de encuentro entre ciencias y letras, dos ámbitos que demasiados a menudo nos muestran como contrapuestos. El Mecanoscrito es producto de esta inquietud y de esta actitud, y de la misma manera que es el resultado de un proceso literario y de una práctica literaria anteriores, un paso más de su obra, también le plantea nuevos retos y le provoca otras obras. Toda su obra es un conjunto. Y por eso sería injusto y miope recordar y considerar a Pedrolo por un solo libro, el Mecanoscrito del segundo origen, por más determinante que haya sido; y cabe a decir que lo ha estado. Pedrolo no es solamente el Mecanoscrito, pero también.
Tradución del texto original en catalán de A. Munné-Jordà (10-2-2006).
Nota: Solo se han traducido el nombre de las novelas y cuento publicados en castellano
Publicado originalmente en la web de la Fundació Pedrolo: http://www.fundaciopedrolo.cat
Manuel de Pedrolo. Bibliografia de fantasía y ciencia ficción
(primeras ediciones y ediciones recientes)
—Aquesta matinada i potser per sempre. Galba edicions, Barcelona, gener 1980 / «Ciència-ficció», 6, Pagès editors, Lleida, 2000.
—Caus a cada cantonada. «Cara i creu», 43, Edicions 62, Barcelona, 1985 / C
ontes i narracions, 5 (1985-1990), «Clàssics catalans del segle XX», Edicions 62, Barcelona, 1997.
—Contes fora recull (1959-1974). Contes i narracions, 3 (1956-1974), «Clàssics catalans del segle XX», Edicions 62, Barcelona, 1975.
—La creació de la realitat, punt i seguit. «El balancí», 201, Edicions 62, Barcelona, 1987.
—Crèdits humans. «Biblioteca Selecta», 228, Editorial Selecta, Barcelona, 1957 / Contes i narracions, 3 (1956-1974), «Clàssics catalans del segle XX», Edicions 62, Barcelona, 1975.
—Crucifeminació. «El balancí», 198, Edicions 62, Barcelona, 1986.
—Disset contes i una excepció. «El balancí», 232, Edicions 62, Barcelona, 1990 / Contes i narracions, 5 (1985-1990), «Clàssics catalans del segle XX», Edicions 62, Barcelona, 1997.
—Entrada en blanc. «Sèrie novel·la», 2, Editorial Cadí, Barcelona, 1968 / Novel·les curtes II (1956-1958), «Clàssics catalans del segle XX», 24, Edicions 62, Barcelona, 1977.
—International Setting. Contes i narracions, 2 (1954-1955), «Clàssics catalans del segle XX», Edicions 62, Barcelona, 1974 / «Llibres a mà», 46, Edicions 62, Barcelona, 1986.
—Introducció a l’ombra. «A tot vent», 160, Edicions Proa, Barcelona, 1972.
—Mecanoscrit del segon origen. «El trapezi», 24, Edicions 62, Barcelona, 1974 / «El cangur butxaca», 52, Edicions 62, 2001 / «El balancí», 52, Edicions 62, Barcelona, 2005.
—Mister Chase, podeu sortir. «Nova col·lecció lletres», 10, Albertí editor, Barcelona, 1955 / Novel·les curtes I (1952-1955), «Clàssics catalans del segle XX», 23, Edicions 62, Barcelona, 1976.
—Un món per a tothom. «Nova col·lecció lletres», 21, Albertí editor, Barcelona, 1956 / Contes i narracions, 2 (1954-1955), «Clàssics catalans del segle XX», Edicions 62, Barcelona, 1974.
—Múltiples notícies de l’Edèn. «El cangur», 86, Edicions 62, Barcelona, 1985.
—Patologies diversament obscures. «Les ales esteses», 31, Edicions de la Magrana, Barcelona, 1986.
—El premi literari i més coses. «Biblioteca Selecta», 121, Editorial Selecta, Barcelona, 1953 / Contes i narracions, 1 (1938-1954), «Clàssics catalans del segle XX», Edicions 62, Barcelona, 1974.
—Procés de contradicció suficient. «El balancí», 99, Edicions 62, Barcelona, 1976.
—7 relats d’intriga i ficció. «Lectures de l’estudiant», 1, L’Atzar, Barcelona, 1980.
—Successimultani. «Les eines», 67, Laia, Barcelona, 1981 / «Lo Marraco», 175, Pagès editors, 2006.
—Totes les bèsties de càrrega. «El balancí», 29, Edicions 62, Barcelona, 1967 / «Les millors obres de la literatura catalana», 38, Edicions 62, Barcelona, 1980.
—Trajecte final. Contes i narracions, 3 (1956-1974), «Clàssics catalans del segle XX», Edicions 62, Barcelona, 1975 / «El cangur», 39, 1978.
—Violació de límits. «Nova col·lecció lletres», Albertí editor, Barcelona, 1957 / Contes i narracions, 2 (1954-1955), «Clàssics catalans del segle XX», Edicions 62, Barcelona, 1974.
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