Los autores catalanes no son muy prolíficos en cuanto a la literatura fantástica de terror. Dejando de lado algunos títulos juveniles no se puede decir que vayamos sobrados. Por ello una propuesta como ésta siempre será más que bienvenida. Les males herbes se está convirtiendo en una editorial de escape para los autores que tienen apuestas diferentes que no encajan en otros lugares más generalistas. Aquesta nit no parlis amb ningú (Esta noche no hables con nadie) es una novela breve de terror sobrenatural, escrita por Josep Sampere, al que descubro ahora, a pesar que el autor posee varios trabajos anteriores tanto como escritor como por traductor (en casa tenemos toda la colección del capitán calzoncillos traducida por él por ejemplo).
El caso es que esta incursión en el angustioso mundo de un pequeño núcleo familiar formado por un padre -ya mayor- y dos hijos, uno de ellos aún adolescente, nos descubre las inestables relaciones que tienen los tres con todas las mujeres que osan entrar en su vida, al menos desde hace unos años. Esta premisa, que ya se nos muestra en el primer capítulo se desarrolla bajo una trama bien llevada, directa y perfecta para pasar unas horas sin levantar la cabeza de las páginas del libro.
Josep Sampere nos marca una pauta, un ritmo constante que no tiene descanso. Desde el primer momento comprobamos como la vida de Eduard y de sus hijos está vinculada, como decíamos, a una serie de desgracias en torno al sexo femenino. Pero será el hijo menor, Àngel, quien las notará en propia piel cuando en una noche de tormenta y mal tiempo tendrá que pasar refugio en un pueblo. Allí una misteriosa y apacible chica lo atraerá a su casa. Y a partir de ese momento su existencia será una continua pesadilla rellena de situaciones extrañas que lo llevarán a conocer la realidad que esconde su familia.
Sampere utiliza un lenguaje directo y natural, poco sutil y dirigido más que asustar, más bien a sugerir situaciones a través de conversaciones que enseguida intuimos pertenecen a un mundo fantástico, sobrenatural, pero anclado fuertemente en nuestra realidad a través de un personaje que no deja de ser un espíritu que se encuentra atrapado entre dos mundos. Su misterio se verá desvelado al final con una trama cuando menos curiosa que esconde infortunios, pasiones por el teatro y dosis de mala leche. Pero aunque me declaro un admirador de las historias de fantasmas que tienen una base firme, una causa raíz desde donde desplegarse con coherencia - como es el caso-, lo que interesa tal vez más de la historia es como la autor nos ha mantenido atentos a una trama formada por tan pocos personajes y con tan escasas pinceladas de como son. Ciertamente con cuatro líneas nos presenta un personaje y enseguida empatizamos con él. Uno de los puntos fuertes pues son también los diálogos que retransmiten los torturados talantes de los protagonistas. El sufrimiento de estos es lo que nos llama la atención, un sufrimiento evidenciado por una misógina relación con el otro sexo donde la mujer encarna tanto el poder de atracción como de destrucción. El conclusivo y excelente capítulo final demuestra una vez más el sufrimiento de los mortales ante lo que no podemos manipular más porque ya no se encuentra a nuestro alcance, cuando ya sólo nos queda pedir humildemente perdón y esperar un imposible.
Una novela sugerente y bien narrada. Quizás se merecería unos capítulos más que descubrieran más puntos de la vida de Òscar -el hermano mayor- y de su padre que son dejados un poco demasiado a un lado para mi gusto, pero aún así, tenemos ante nosotros un trama de carácter sobrenatural notable, breve y efectiva. Y eso, se mire como se mire siempre es un punto a favor.
Eloi Puig, 23/10/15
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