Éste es el primer libro que leo de la editorial maikalili, la cual no hace demasiados meses abrió la colección Fills de la foscor dedicada íntegramente a la ciencia-ficción, la fantasía y el terror. Por cierto que esta editorial tiene una política lingüística atrevida y envidiable en muchos sentidos: Diría que es una de las pocas editoriales que publica libros en catalán y castellano en la misma colección, simplemente sólo dependiendo de la lengua en que el autor ha presentado el original.
Casa de Títeres es la primera obra publicada de Isabel Del Río, un cuento largo -casi una novela corta- que nos podemos leer en una horita. Y eso se debe tanto por su longitud -unas cicuenta páginas- como por su prosa amena. Isabel Del Río tiene un estilo fluido y constante, no se detiene en descripciones ociosas y tampoco en parrafades interiores - el argumento del cuento invitaba a hacerlo-. La autora prefiere seguir una línea suave e uniforme, estructurando el cuento en diversos capítulos que evocan a periodos concretos de la vida de Anna.
Anna es una chica feliz con su familia, en el pueblo, pero los niños la evitan y la desprecian; sólo una nueva amiga le hace caso. Un día, su misteriosa tía que la visita uno o dos veces al año insiste en un momento dado que la educación de Anna tiene que tener lugar en la ciudad. Después de trasladarse con su tía, Anna descubrirá con horror un mundo de realidades alteradas, una vida que no es la que creía y un sentimiento nuevo que le remueve las entrañas: La venganza.
Es difícil catalogar una obra como Casa de Títeres. La autora, Isabel Del Río, utiliza elementos fantásticos en todo momento, pero de forma sutil, como si de verdad no quisiera suscitar su presencia. Y donde otro autor hubiera aprovechado el argumento para utilizar ingredientes típicos de la novela de terror - por ejemplo, el cuento empieza con una escena inquietante de la protagonista encadenada y medio muerta de hambre en unas mazmorras-, Isabel Del Río hace un uso espléndido del erotismo. De hecho, buena parte del cuento tiene pasajes eróticos muy bien descritos y nada forzados cosa que casi convierte el relato en un escaparate de fantasía erótica en toda regla. Por contra, algunos momentos de tensión son poco intensos y son descritos demasiado brevemente. La autora ha primado más la pasión y la ternura erótica que la incertidumbre hacia al miedo a todo aquello desconocido y oculto, pero esta opción es totalmente válida pues el relato no se resiente en ningún momento.
Una buena historia, pues, original, narrada de forma acertada y bien acabada. La lástima es no poder continuar leyendo otros cuentos de la autora - el volumen está dedicado íntegramente a este cuento- pues el potencial es más que interesante.
Eloi Puig, 27/07/08
|
|