Cosmografía profunda
CF- ANTOLOGIA
 

COSMOGRAFÍA PROFUNDA
(2018)

Laura Ponce

Editorial:
La máquina
que hace ping
(2018)


Colección:
Ojos de plato

Núm:
1

Páginas:
330


   
Cosmografía profunda

Hace pocos meses, Ricard Ruiz y Teresa López-Pellisa me hicieron descubrir una multitud de escritoras en lengua castellana de ciencia ficción y fantasía en la recopilación que prepararon para la ocasión: Insólitas. Entre estas autoras latinoamericanas estaba Laura Ponce con un muy notable relato: "Paulina". Hacía tiempo que tenía la presente antología para leer de la autora y lo cierto es que después de leer dicho cuento todavía me hizo coger más deseos. Pero el curioso formato en que la editorial La máquina que Hace ping presentaba sus antologías lo hacían ideal para tomar de vacaciones (dado que el tamaño es muy pequeño) así que me he esperado a tener unos días en que he tenido que hacer la maleta para llevarme esta gran antología que es Cosmografía profunda de Laura Ponce. Analizamos el resultado:

Cosmografía profunda es una serie de diez relatos ambientados en dos espacios perfectamente delimitados: El primero, el más cercano, es un territorio conocido como la ciudad de Buenos Aires pero en un futuro distópico donde las diferencias sociales han separado definitivamente a la población. Quizás el relato más emblemático de este tipo es "Paulina". En cambio, el segundo territorio donde se adentra Laura Ponce con sus relatos (y mi preferido) es la conquista espacial, las colonias humanas. Aquí es donde se combina de forma extraordinaria el sentido de la maravilla con la especulación sobre cómo adaptarse a nuevos planetas o sobre la vida en estas nuevas fronteras donde la civilización humana pretende dejar su huella. Son, además, relatos con alto contenido simbólico pero que por un lado profundiza con teorías científicas muy interesantes pero que también nos dejan espacio para que la imaginación nos proporcione momentos míticos y abiertos a especulaciones que desafían todo raciocinio.

Empezamos con "A través del avatar" un título que ya da pistas  de que nos encontramos con una novela de inspiración ciberpunk. En este caso, sin embargo, se añade dicha atmósfera distópica de un Buenos Aires en plena decadencia donde las mafias y los hackers campan a sus anchas. Nuestra protagonista se verá inmersa en un nuevo videojuego de inmersión total que es más de lo que aparenta. El relato está bien atado y la ambigüedad con la que Ponce trata el tema es un reflejo que nos hace pensar en Dick y la percepción de la realidad. Muy bien.

Seguimos con uno de mis preferidos: "Todo es nuevo en Rognar" un cuento que se adentra en la colonización de nuevos planetas (un esquema que se repetirá bastante). Rognar es un mundo inhóspito con una atmósfera irrespirable y con algunas bases científicas diseminadas por su superficie. Una extraña enfermedad está mermando la ya escasa población terrestre. Aquí Ponce nos retrata la vida privada de Zary, una científica que lucha por encontrar una cura, mostrándonos a través de flashbacks sus relaciones personales pero también cómo se inició el problema. El resultado es excelente, no sólo por la prosa efectiva de la autora sino por la especulación científica que nos propone la autora.

"La Lealtad" es una historia que combina muchos elementos típicos de la ciencia ficción: Los viajes espaciales, las IA, los planetas vírgenes. Tiene un aire decididamente romántico en cuando a exploración se refiere y también un pequeño guiño a Asimov. Reimus es el solitario tripulante de La lealtad, una nave de carga que realiza viajes que duran meses e incluso años. El piloto conoce y aprueba el hecho de desentenderse de la humanidad y sus políticas ya que la teoría de la relatividad lo hacen volver a puerto décadas más tarde de lo que había salido. Su única compañía es una IA que le acompaña en sus trayectos. Hasta que un día ocurre un accidente que le transforma la manera de pensar y se plantea nuevos objetivos. Este cuento es muy notable y de hecho sienta las bases para ser una historia que de trasfondo podría ser más larga y épica. Imperdible.

En cambio "Mientras Mientes", de nuevo ambientada en una Tierra más bien poco favorecida, no me ha terminado de entrar bien del todo. Dejando de lado que la prosa de Ponce es muy hipnótica y no te puede dejar indiferente, la historia que nos presenta con una obsesión enfermiza hacia el otro sexo por una persona que guarda un secreto, no me ha terminado de convencer.

Otro cuento excelente es "El prisionero", una historia de nuevo con reminiscencias dickianas donde un funcionario colaboracionista (después de lo que suponemos es una invasión extraterrestre) interrogará en profundidad en la cabeza de la resistencia. Cierto es que la manera con que evoluciona el cuento puede resultar sorprendente pero me ha gustado el giro argumental final. Quizás le falta de sentido de la credibilidad en algunos puntos pero sin duda es un gran cuento.

Hace poco meses que leí "Paulina", la historia que, como decía, ejemplifica más el estado policial en que se ha convertido la ciudad de Buenos Aires en el futuro: La autora nos traslada a un cuento ambientado en una distopía que refleja la capital argentina aislada del exterior y donde la gente mataría por entrar, vivir o simplemente por poseer en ella un trabajo. Duro y en ocasiones visceral. Muy recomendable.

"Esas pequeñas cosas" es una historia que nos cuenta las dificultades de vivir y trabajar en lugar remoto como es un asteroide, la autora repasa la vida de un mecánico a la inversa, desde los últimos momentos de su vida hasta que llegar al trabajo actual. Es un ejercicio fantástico que busca profundizar en la psique de una persona que poco a poco se va apagando en cuanto a recuerdos y en expectativas de futuro. Las causas las descubriréis en una relato que parte de la originalidad del formato, también nos presenta una buena trama.

"La tormenta" es una de aquellas historias que te hacen brillar los ojos no tanto por lo que se explica si no por todo lo que imaginas y no sabes. Nos volvemos a encontrar en un planeta colonizado por los terrestres. Un mundo habitado por pequeños pueblos que al parecer quedan bastante desvinculados de la civilización. Las particularidades del planeta provocan que una vez al año (un año mucho más largo que el terrestre) una tormenta espectacular da paso a la temporada de la cosecha donde todo revive. La pequeña avanzada que la Estructura (el gobierno terrestre esparcido por el espacio) envia para saber el porqué de la falta de contacto se topará con un pueblo pacífico que espera con ansia la tormenta. Y allí cambiará la manera de entender el mundo del capitán y de su primer oficial. Muy bueno.

Volvamos a los extraños planetas que coloniza la humanidad con "En el Borde del mundo", un relato menor que también nos presenta la incomprensión ante una naturaleza ajena como base para edificar la historia. Pero en este caso, Ponce no se ha involucrado tanto como en otros relatos.

Finalmente "Sigdrid" es el nombre de otro planeta que posee particularidades únicas y especialmente curiosas, por no decir terroríficas. Este mundo, sólo habitado por mujeres que han naufragado en una tercera expedición es un planeta extraño, misterioso, que causa un sentimiento de conformismo entre la población femenina que aún la habita. Los primeros hombres que fueron enviados a explorar se desintegraron al traspasar la atmósfera pero de vez en cuando vuelven de forma muy particular sin recuerdos y sin esperanza. Es una historia triste que persigue más un misticismo entorno al desconocido que no racionalizar la trama.

Un primer volumen de la colección Ojos de plato que nos aventura a pensar que La máquina que Hace ping le gustará explorar antologías que toquen el sentido de la maravilla. El hecho de que acabe de salir a la luz el segundo número, ni más ni menos que de China Miéville, lo confirma.

Eloi Puig,
09/07/2019

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Relatos que contiene esta antología:
A través del avatar
Todo nuevo en Rognar
La lealtad
Mientras mientes
El prisionero
Paulina
Esas pequeñas cosas
La tormenta
En el borde del mundo

Sigdrid