Vamos al grano. Juraría que esta es la máxima que siguen a la hora de escribir el dúo de escritores compuesto por Eduardo Gallego y Guillem Sánchez. Basta comprobar lo prolífica que ha sido esta relación: Un montón de novelas y cuentos lo avalan. Parece que el formato de novela corta es en el que se sienten más cómodos.
La cosecha del Centauro (Premio UPC 2008) no es una excepción: Una novela corta, con muy buenas expectativas científicas, rápida de leer, amena y entretenida. Se nota que dichos autores llevan un montón de años de experiencia a la espalda pues su propuesta no tiene nada que envidiar a la de autores más conocidos y además con el añadido de que van al grano.
La presente novela nos traslada a un futuro lejano, tras la caída de un gran Imperio intergaláctico y de la dispersión de los humanos. Algunos, los llamados colonos se han dedicado a explorar y colonizar el brazo del Centauro, una de las extremidades de la vía láctea. Mientras un nuevo gobierno llamado Ekumen parece tomar posiciones mucho más tolerantes en los restos del viejo imperio. Pero en el fondo nada de eso importa (aunque así lo parecía al principio de la novela): El hecho es que se han descubierto rastros de una especie alienígena devastadora que opera sembrando -literalmente- mundos nuevos dotándolos de vida para posteriormente -de hecho cada 802 años- recoger la cosecha y dejarlos yermos. El problema es que ahora algunos de estos mundos están colonizados por humanos.
La premisa inicial es muy prometedora y de hecho el buen ritmo y la narración desenfadada lo acompañan de buen grado. Además, los conocimientos científicos de ambos autores (sobre todo en los campos de la biología y de la astronomía) dan un aire más profundo y serio de lo que sería un simple space opera. Pero el problema es que el argumento, que va in crescendo la primera mitad del libro, no acaba de aguantar en la segunda parte y parece que éste haya sido montado para que los autores pudieran hablar largo y tendido de micología y astronomía. La trama no es compleja pero resulta poco trabajada en los capítulos finales ... incluso decepcionante pues no parece haber respuestas concretas a los numerosos enigmas que se plantean... sólo especulaciones científicas que aunque interesantes no se acaban de ver recomensadas dentro de la trama para alcanzar un final digno.
Por otra parte, hay detalles que no me han dejado satisfecho: muchos de los diálogos son poco afortunados y anacrónicos, con referencias un tanto absurdas, buscando una complicidad hacia el lector y una sonrisa fácil ... utilizan expresiones muy campechanas - que quizá en el caso de los colonos podrían estar argumentadas-pero no en la de los otros personajes. Leer como el comandante de la nave se va a buscar una cervecita fresca en la máquina expenidora ... o que algún personaje haga broma diciendo que ha latado la nave para que no se lo lleve la grúa -por no hablar de los guiños al mítico monólogo del replicante Roy Batty - son algunos de los ejemplos que te hacen encoger la nariz- más que por las referencias a Blade Runner, por los chistes fáciles y fuera de contexto-. No estamos ante una novela de humor y estos toques no divierten, más bien molestan.
Los personajes sufren un poco en la novela. Mientras que parece que los únicos que han sido trabajados son una pareja con una relación amorosa un tanto diferente - Y que no aporta nada a la trama-, el resto son utilizados puntualmente y sin continuidad por lo que en algunos casos se convierten en simples comparsas de la aventura. Demasiado a menudo son olvidados durante capítulos.
Me ha parecido que Gallego y Sánchez tenían una gran idea para hacer una buena novela, y que a raíz de su experiencia profesional en el mundo de la literatura podían desarrollarla sin problemas, pero o bien se han quedado cortos en la trama o bien no se han puesto de acuerdo -algunos pasajes los encuentro de un tono marcadamente diferente a otros- El resultado final es, como decía, una obra especulativa sobre un primer contacto. Una historia que atrae al principio pero que los autores no han sabido rematar y lo que era una trama con base científica y personajes más o menos coherentes, se acaba convirtiendo en una aventura espacial que concluye de forma precipitada y sin decantarse definitivamente por ninguna de las ideas que se postulan.
En el volumen también se incluye la conferencia “La ciencia ficción, la fantasía y yo” de la autora norteamericana Lois McMaster Bujold, encargada de entregar el premi UPC aquel año.
Eloi Puig, 16/10/09
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