CHAINSAW MAN
1-11
(2018)

Guion
Tatsuki Fujimoto

Dibujo
Tatsuki Fujimoto

Editorial:
Norma Editorial
(2022-2023)

Colección:
Chainsaw Man

Núm: 01-11

Páginas: 2112

La nueva hornada de manga en catalán que desde hace unos meses lleva llenando las librerías me ha hecho decantar la mirada hacia una lectura de cómic que tenía arrinconada hacía años. Entre la multitud de títulos que han llegado a nuestra lengua me he decantado por Chainsaw man por una doble razón: En primer lugar, por qué me enteré de que el primer arco argumental sólo tenía once números, que creo que es una cifra alcanzable; la segunda razón era porque quería comprobar cómo era una trama donde un tipo podía convertirse en hombre-motosierra y destruir demonios (y todo lo que le pasara por delante).

Y es que la trama de este shonen debo decir que me atraía y ciertamente disfruté de los primeros episodios del manga. Denji es un chico que vive en la calle y trabaja como cazador de demonios. Va acompañado de un pequeño amigo, Pochita, que es un demonio motosierra. Un día cae en una trampa y muere pero Pochita se introduce en su interior y lo convierte en Chainsaw man, el demonio-motosierra. Poco después es fichado por el gobierno como Devilhunter dado que tiene gran potencial.

Denji, sin embargo, sabe poco sobre la vida y pronto entramos en el juego de las rencillas amorosas, de acercamiento al sexo light adolescente tan típico de los shonen pero mezclado con sentido de la aventura y mucho gore. Pero mucho. Lo que me encantó.

Poco tengo que decir sobre el autor, Tatsuki Fujimoto, salvo que me supo atrapar bastante al principio de los primeros números del manga. Sabía combinar la comedia (se me escaparon algunas risas sinceras) con la sangre y vísceras extremo que provocaban las actuaciones de Denji cuando se transforma en Chainsaw man —por cierto, el detalle que necesita tirar la cuerda que le cuelga del pecho para poner en marcha el demonio motosierra lo encuentro delicioso—.

Poco a poco, vamos conociendo el mundo de Denji. Un Japón repleto de demonios malignos que alcanzan diversas formas y personalidades; pero nos encontramos también con personajes poseídos como la compañera de Denji, Power y otros seres que podríamos encasillar libremente como fantásticos. Pero poco a poco te das cuenta de que este batiburrillo de personajes y demonios no sigue demasiado bien ninguna regla. Y es que de repente hay que asumir que hay humanos que tienen pactos con demonios y por tanto obtienen algún poder específico, pero también demonios que parecen estar ligados a los poderes humanos y ayudan en la lucha. El autor los va haciendo aparecer con poderes cada vez más extremos e impresionantes y no parece que el lector pueda aclarar por un lado el origen de todo ni tampoco enfrentarse con ellos con ciertas garantías.

Digo todo esto porque a menudo hay personajes (humanos y otros que están aliados con demonios) que mueren y en cambio encontramos a otros que resucitan o reviven sin explicación alguna. Y cada vez me queda claro que la narración no está bien llevada pues a menudo te encuentras con incongruencias que no acaban de explicarse bien. El ritmo es, a menudo, frenético, pero la trama no está bien cohesionada. Esto provoca que no empatices con la historia y que ésta se vaya volviendo anodina hasta el punto de que sólo tienes ganas de que acabe.

A medida que avanzan los números esa parodia sobre las ansias que tiene Denji de encontrar novia (y de mojar) se van desvaneciendo y nos encontramos con subtramas que aportan poco a la historia y que encima la complican más. Como el hecho de que en los números centrales todo de potencias extranjeras quiera asesinar a Chainsaw man sin razón fundamentada enviando a cazadores de devilhunters en vez de afrontar los peligros reales y más importantes que asolan a la humanidad. Como es el caso del demonio-pistola, un ser que puede matar a miles de personas cada vez que aparece.

Fujimoto desperdicia el potencial de un demonio así, y sólo por breves momentos donde se ve cómo actúa, podemos tener una sensación de que este demonio es muy imponente. Pero, sin embargo, sigo quejándome de la falta de claridad de los orígenes de los demonios y de sus objetivos. De cómo encajan en la sociedad humana que pretenden destruir.

He tenido la sensación de que no existen límites en la trama de este manga, que el autor ha ido improvisando sobre demonios y reglas o mejor dicho sobre personajes sin ninguna dirección establecida. Sin embargo, el dibujo ayuda a aguantar el ritmo del manga. Fujimoto sabe ejecutar las escenas de acción de forma estupenda y el enfoque gore de los estragos de luchas entre demonios otorgan un gran efecto. En algún momento, quizás hay demasiado barroquismo en el dibujo de luchas repletas de acción por lo que no acabas de ver quién está atacando quién pero eso lo perdono dado que había que exponer la sangre, y las vísceras al máximo en momentos de máximo movimiento

Pero la parte gráfica no basta para mí si el guion no está a la altura. Y como decía, a pesar del buen comienzo, el manga se va disolviendo en episodios de relleno y otros en los que no entiendes nada hasta llegar al final, donde por fin se endereza un poco la trama, pero no lo suficiente para que haya podido afirmar que me ha gustado la historia.

Quizás no estoy acostumbrado a leer shonen. —Básicamente en los últimos tiempos sólo me he acercado este género más juvenil por la nostalgia del Dr. Slump— y quizás el lenguaje que impera hoy en día es el de mucha acción y pocas palabras para explicar el trasfondo. Pero a mí esto sí me importa.

Chainsaw man gustará a muchos por sus golpes de efecto y por algunos (pocos) personajes carismáticos. A mí me ha atraído su dibujo y la premisa inicial que de tan absurda y gore, me recordaba mucho a ciertas pelis de serie B de los ochenta pero la parte del guion se ha ido hundiendo de forma gradual hasta el punto que había varios números que me aburrían y que creo que sobraban perfectamente en la historia.

Eloi Puig
14/10/2023