Katsuhiro Otomo siempre será recordado por su creación más famosa, Akira, pero obviamente este no ha sido su único trabajo. Conocí la obra de Otomo con Akira ( y quién no ) en mis años de alolescència y más adelante su obra corta recogida en Memorias, unas historias tan fascinantes como surrealistas. Desde hacía 4 o 5 años tenía pendiente de leer otra obra gráfica 100% de ciencia ficción: La leyenda de la madre Sarah
Esta es una historia de ciencia ficción post- apocalíptica, escrita y pensada para remover algunos estómagos, para denunciar la inutilidad de la guerra y también para ofrecer muestras de ecologismo transgresor. Pero sobre todo es un guión pensado para mostrarnos el inmenso trabajo de Takumi Nagayasu, el dibujante. La leyenda de la madre Sarah acapara la atención más que ningún otro cómic para las ilustraciones, por la espectacularidad de los diseños, dibujos, expresiones y sobre todo ambientació . Es un cómic con diálogos breves, a menudo inexistente , con una carencia absoluta de la tercera persona en la narración de manera que todas las descripciones, ambientación, pensamientos , pasan casi al 100% a través del pincel de Nagayasu y da más valor aún a la obra
La Tierra ha sido devastada por las guerras nucleares y la población se ha refugiado desde hace décadas en diversas estaciones espaciales. Poco a poco dos corrientes de pensamiento han ido formando después de que científicos afirmaran que lanzando una serie de bombas nucleares en el planeta, el eje de este giraría y permitiría la vida en uno de los hemisferios. Los Époque promueven el lanzamiento de la bomba mientras que los Mother Earth están en contra considerando que la superficie ya ha sufrido bastante y que hay que cambiar la perspectica y actuar más en consonancia con la naturaleza. Pero los Epoque actúan unilateralmente y lanzan la bomba, lo que provoca el estallido de una guerra en las estaciones espaciales .
El protagonsita absoluto es Sarah, que intenta huir con su familia - tres niños , un bebé y su marido - hacia la Tierra cuando la situación se vuelve insostenible. Pero una serie de atentados y la persecución de su marido provoca que deba separarse de sus tres hijos mayores. Diez años después nos encontramos con una Sarah más adulta que sigue el rastro de diferentes orfanatos por una Tierra devastada y baldía buscando su familia .
Otomo guionizó esta historia post- apocalíptica en cinco partes diferentes (que en la magnífica edición de Norma se ha traducido en 7 volúmenes de gran formato ). El primer volumen, La ciudad de los saqueadores, sirve de presentación de Sarah, Tse- tse - el amigo fiel - y sobre todo de cómo funciona el mundo en que debe vivir la humanidad . Una historia simple proporciona la información necesaria para que descubrimos que los ejércitos de Époque y Mother Earth continúan luchando en la Tierra y que la población civil como es natural es la más afectada .
El segundo volumen - La ciudad de los niños - es más interesante y nos presenta por primera vez los recuerdos de Sarah a través de flashbacks donde se nos muestran las primeras terroríficas horas después de que la nave de refugiados se estrellara contra la superficie del planeta. Sarah y su bebé sobrevivieron pero los esperaba un largo trayecto. Este es un volumen durísimo, especialmente por los mencionados flashbacks pero también para ver cómo los niños y jóvenes de la actualidad son manipulados por los adultos. Aquí Otomo, incopora un elemento más de ciencia ficción a base de poderes mentales que sólo son tratados de refilón pero que recuerdan enseguida al personaje de Tetsuo, en Akira .
La tercera parte sigue las aventuras de Sarah e incorpora por un lado el elemento religioso. Cómo se han desarrollado ciertas religiones en la Tierra y cómo actúan sus miembros. Todo ello al volumen titulado La ciudad de los Ángeles - donde se nos presenta un asentamiento en la frontera misma de las batallas entre las facciones Époque y Mother Earth y donde Sarah encuentra por primera vez información de uno de sus hijos - que hace más de diez años que no ve , recordemos -. Un volumen también duro, con imágenes impactantes de la guerra de trincheras y sobre todo de los huérfanos de guerra .
La acción se precipita al llegar al cuarto y quinto volúmenes que componen la primera y segunda parte de La ciudad de la paz, una población donde se reúne el estado mayor de ambos ejércitos para comenzar las conferencias de paz que deberían detener la guerra genocida pero donde también otras facciones atraen la atención de los conferenciantes mostrando un hallazgo increíble. Sarah se verá inmersa en una serie de traiciones que la llevarán a estar al pie del cañón mientras sigue buscando a sus hijos .
Si algo le puedo reprochar Otomo hasta este punto es que su guión ha perseguido siempre buscar la espectacularidad de escenarios post- apocalípticos sin profundizar en nada más que la vida de Sarah, mostrando de manera efectiva el drama de la incertidumbre sobre los familiares perdidos pero poca ciencia ficción. Pero en el último capítulo - La ciudad de las estrellas - , también dividido en dos volúmenes , la imaginación del autor se manifiesta de forma contundente ofreciendo un final de obra repleto de elementos característicos de la ciencia ficción que lo hizo famoso con Akira: Una nueva aportación a la trama argumental que incorpora Ingredientes de ecologismo, política, violencia, utopía... y que eleva la calidad final de la obra, es lástima que estos elementos y otros que no han sido explotados no se hayan integrado más durante toda la historia para así tener que estar atentos a varios puntos de interés mientras leíamos sobre la vida de Sarah.
Esto no quita que La leyenda de la madre Sarah , a parte de ser una buena obra ilustrada no tenga también un guión interesante, quizá no suficientemente desarrollado en algunos momentos pero sí muy digna; especialmente en los tramos finales. Es posible que esta obra no se convierta en un clásico como Akira, pero a cambio atraerá a un público que busca sentimientos universales como el amor, el sentimiento de culpa o la traición. Esto Otomo lo ha sabido reflejar la mar de bien a su historia, siempre ayudado, una vez más, por el increíble estilo realista de Nagayasu .
Eloi Puig , 10/11/13
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