No creo ser el único al que el personaje de Mazinger Z, creado por Go Nagai, influyó de forma abrumadora cuando era pequeño. Sí, yo soy de aquellos niños que cada sábado al mediodía se sentaba en el suelo del comedor y se quedaba embobado frente al televisor mientras Mazinger luchaba contra las bestias mecánicas que semana tras semana lanzaba el pérfido Dr. Infierno. Tenía unos cinco años, seis quizás. Ahora que lo pienso, quizá fue mi primer contacto con la Ciencia-Ficción. Sólo os digo que durante años jugué a robots gigantes que se peleaban entre ellos... aunque tuviera que usar unas tijeras y unos bolígrafos. (las tijeras eran Mazinger).
Mazinger Z, pues, es una evocación a la nostalgia de la infancia. Desde entonces no he vuelto a ver prácticamente nada del personaje (excepto su última película que no encontré demasiado destacable). Pero ahora que Ooso Còmics ha decidido publicar diferentes colecciones del autor Go Nagai, y además en catalán, no me he podido resistir a volver a ponerme con el manga que lo tengo, todo hay que decirlo, un poco dejado. Y eso que mi última aproximación al cómic japonés fue un tanto decepcionante con Jaco, de Akira Toriyama, del que me esperaba mucho más. Anteriormente había tirado más por clásicos de autores como Osama Tezuka y no tan clásicos como Otomo y Taniguchi
Pero Mazinger otome, el manga que nos ocupa, es un cómic un tanto especial. Para empezar, está escrito y dibujado por Mikio Tachibana y se ha basado en los personajes de Go Nagai para recrear un parodia sobre los mechas Mazinger y otros de posteriores de las diferentes sagas de nuestro robot gigante. La palabra otome en japonés, significa doncella, chica; quizás así podemos traducir el título como Las chicas Mazinger. Y aquí está la clave de la parodia: Tachibana define a unas ciborgs adolescentes que poseen las mismas facultades y poderes mecánicos que sus homólogos Mazingers, pero a una escala humana y en un ambiente de instituto.
Así, nos encontramos con Seto (versión de Mazinger Z), Reiter (de Gran Mazinger) u otros versiones de mechas (los que, duele decirlo, ni conocía) que van a un instituto y se comportan como chicas adolescentes de entre 16 y 19 años. También encontraremos el lado oscuro con las alumnas de un instituto contrario que representan a las bestias mecánicas del Dr. Infierno. El tono es claramente humorístico y pretende hacernos reír con situaciones cotidianas de instituto resueltas de manera bestial a golpes de robots. La verdad es que me ha recordado los primeros tiempos del gran Dr. Slump de Akira Toriyama.
Por poner ejemplos: Para evitar destrucciones innecesarias las Mazinger otome deben obedecer las señales de tráfico que se ponen a la calzada. ¡Desde excesos de velocidad hasta al final prohibir lanzar los puños fuera! Más ideas estrambóticas: Existe una chica Mazinger, Shiko Kotetsu, que representa a un robot alimentado con energía magnética... que se desmonta al mínimo choque e interfiere con las ondas electromagnéticas provocando averías por donde pasa. Es muy depresiva. También el hecho de evidenciar la supuesta competitividad de Mazinger (Seto) y Gran Mazinguer (Reiter) sobre que en origen la primera fue creada inicialmente, pero la segunda es más poderosa teóricamente por ser más avanzada, dará juego en uno de los capítulos.
También Tachibana incorpora algunas escenas de erotismo light que combina con buen humor (como decía, un poco como Toriyama en sus buenos tiempos) pero que también sigue el estilo que el mismo Go Nagai realizó en posteriores obras. Son situaciones que rayan lo absurdo pero que reflejan los tópicos japoneses sobre viejos verdes y chicas vestidas con volantes y faldas provocadoras (un poco como las chicas que se disfrazan los maid cafés de Tokyo).
Sea como sea, Mikio Tachibana dibuja de maravilla y nos plantea situaciones surrealistas y divertidísimas en un grupo de ciborgs femeninos que evocan a los mechas de la familia Mazinger Z. Una muy buena manera de pasar un rato entretenido. Tachibana no elabora guiones demasiado rebuscados y sí tramas que consiguen hacernos reír... y de eso se trata pues el volumen, como comentaba tiene un objetivo autoparódico.
Los ocho capítulos que recoge este tomo son todos del mismo estilo irreverente y humorístico. Ooso Còmics los ha traído por primera vez a occidente y los ha publicado en catalán y castellano. La editorial de Prades nos está acercando poco a poco manga en catalán dedicado a Mazinger Z (esto de tener una réplica a tamaño natural tan cerca les habrá tenido que influir, sin duda.). Así que curiosead en su catálogo que leer manga en nuestra lengua es por desgracia un hecho bastante insólito.
Eloi Puig
14/04/2020
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