Reconozco que cuando nada sé de un cómic, cuando no conozco ni el autor ni el argumento de éste, lo que me llama más la atención es el dibujo. Y difícilmente me compro nunca una obra gráfica si el dibujo, el color, y en definitiva el aspecto visual no me gusta.
Éste no fue el caso, pero, de Santuario, una de las novedades de Saló de Còmic de Barcelona de este año, publicado por Planeta DeAgostini en su línea BD y creado por el dúo Xavier Dorison i Christophe Bec. Hojeando sus páginas enseguida te das cuenta que el grafismo está trabajado y que el argumento promete. Además el hecho de que en un mismo tomo se recopilaran los tres volúmenes originales fue el punto definitivo que necesitaba para hacérmelo mío.
Argumentalmente hablandoe, Santuario no presenta nada de nuevo: En un futuro muy próximo un submarino americano de última generación investiga una señal acústica en el fondo del Mediterráneo oriental y descubre un antiguo santuario hundido en el agua. Al mismo tiempo el comportamiento de la tripulación se convierte en extraño y a veces peligroso sin motivo aparente. Tenemos pues una historia fantástica que se nos presenta bajo el lenguaje del terror y la intriga, una historia bien hilada y bien cerrada pero que peca de poseer un efecto de dejà vu en el lector. Y eso se debe a que sin querer rememoramos otros trabajos impactantes en el mundo de la fantasía o la ciencia-ficción terrorífica: Enseguida nos vienen a la mente películas como Alien o The Abyss; y de hecho la misma estructura del argumento de Santuario hace parecer que se pueda adaptar fácilmente a las líneas de un guión cinematográfico.
No es que eso sea malo, simplemente que ya deducimos lo que pasará en algunos momentos de la obra: la presentación distendida de oficiales en el comedor del submarino invita a pensar cuáles de ellos sobrevivirán al final de la aventura y parece hecha expreso para más adelante identificarles más fácilmente pues las escafandras no dejan siempre claro quién está hablando.; las diferentes enfermedades y fobias que sufren algunos soldados también son bastante típicas y conducen hacia una explicación sobrenatural; y en definitiva la facilidad en que se descubre el misterio con la excusa que el submarino tiene una bases de datos potentísima da alas a pensar que Xavier Dorison ha tenido en mente diversas películas que por motivos de espacio -o de talento del guionista- han facilitado la resolución de las enigmas. En todo caso, sin embargo, el guión es bastante interesante como para que estemos pendientes de él.
En el aspecto gráfico hay que felicitar en Cristophe Bec por saber congeniar las sombras y las tinieblas creando una atmósfera realmente tétrica. Un muy buen trabajo el que ha realizado en los paisajes acuáticos y en los espacios interiores del submarino. Quizás en cambio le ha faltado depurar un poco los detalles de ciertos miembros de la tripulación, los rostros de los cuales no parecen exactamente los mismos de una página a otra excepto el de algún miembro protagonista (June, que casualmente tiene el aspecto de Johnny Deep en La Novena puerta)
Un volumen pues muy bien dibujado, donde se han utilizado técnicas infográficas que destacan por encima la media y donde encontramos un guión decente pero poco innovador. Una combinación lo sufientemente efectiva para recomendar su lectura.
Eloi Puig, 09/05/08
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