Y seguimos. Continuamos analizando de forma ligera y sin pretensiones las aventuras de la primera familia Marvel. El cuarto volumen recopilatorio de las aventuras de Mr. Fantástico, la chica invisible, la antorcha humana y muy especialmente de la Cosa. Siempre, por suerte de la Cosa.
Este volumen integra los números originales que van desde el Fantastic Four # 65 hasta el Fantastic Four # 81 además de las dos entregas anuales: el Fantastic Annual # 5 y # 6. Estamos hablando de un periodo que abarca entre mediados 1967 y finales de 1968.
Lo cierto es que siempre hay novedades interesantes a explicar sobre los 4 fantásticos, aunque este periodo cuente poco con personajes de la trascendencia de un Galactus o de los mismos Inhumanos. Estos últimos por ahora que ya han hecho su trabajo y sólo aparecen en un capítulo intrascendente (excepto Crystal que convive con su amor Johnny Storm). Aparecen nuevos enemigos destacables como Psicoman o Anihilus pero en cambio otros tan carismáticos como Dr. Doom se quedan en un segundo plano en una aventura más bien ridícula. Incluso, los cameos con otros superhéroes Marvel como la aventura donde nuestros héroes combaten contra Daredevil, Spiderman o el mismo Thor es una confrontación un tanto pésima que no llega a la altura de aventuras anteriores.
Sin embargo, me lo he pasado bastante bien leyendo estos números. En primer lugar porqué el equipo creativo Lee / Kirby se va reinventando a medida que pasamos los números. Por un lado nos hacen intuir que el universo no es tan simple como todos podríamos pensar. ¿Que ya nos ha venido a visitar una entidad que devora planetas? No pasa nada, sabed que ya se esbozan civilizaciones galácticas (como los kree) que hace siglos que campan tranquilamente por el cosmos. Ah, ¿Que con esto no es suficiente para sorprendernos? Pues Lee y Kirby nos sumergen en universos microscópicos donde desarrollar más aventuras y Sí, también universos paralelos como la Zona negativa.
Y eso me encanta. Que la imaginación de estos creadores no se estanque en provocar que nuestros héroes luchen contra el malo megalómano de turno sino que se vean arrastrados hacia posibilidades infinitas en universos que ni siquiera habíamos podido imaginar en aquella época lo encuentro francamente estimulante. Naturalmente en cada universo toparán con problemas y con malos más o menos dignos de su atención (algunos de los cuales tendrían un papel mucho más importante en el futuro como Annihilus).
Sobre los personajes principales, poco puedo decir, excepto que se van radicalizando algunos talantes de Lee respecto a estos cuatro fantásticos que ya hace siete años que ruedan por el mundo: A Sue Richards se la continúa despreciando y casi no hace uso de sus poderes (a pesar de ser el miembro del grupo más poderoso). A la antorcha humana parece que su noviazgo ramplón con Crystal lo haya adormecido un poco más de la cuenta. A Reed Richards, Mr. Fantástico, lo encontramos como siempre absorto con sus experimentos (lo que le llevará dolores de cabeza más adelante) obviando cada vez más a una esposa necesitada de atención. Pero siempre nos quedará la adorable Cosa de ojos azules, Ben Grimm que como de costumbre vuelve a sufrir de lo lindo entre su yo más humano, que quiere una relación normal con su amada Alicia y su yo de superhéroe monstruoso al que se le necesita para salvar el mundo.
Para mí, algunos de los mejores episodios de este volumen son los números 78 y 79 donde una nueva fórmula le devuelve su cuerpo original a Ben Grimm pero debido a la mala leche de un guionista como Stan Lee debe decidir si continuar su vida como una persona normal o ayudar a sus amigos. No es la primera vez que se vislumbra que esta situación imposible en la vida de Ben Grimm será la excusa de algunos de los mejores guiones de la serie, tanto cuando La cosa está con los 4 fantásticos como cuando juega en solitario.
También encontramos historias muy interesantes con el retorno de Galactus a la Tierra (su presencia siempre atrae nuestra atención, claro está) y con las tramas al submundo microscopio que comentaba. Relacionado con esto último cabe mencionar un hecho particularmente destacable que se desarrolla en los dos números anuales (5 y 6): El embarazo de Sue y el posterior nacimiento del primer bebé de la era Marvel. Esto tiene un punto de trascendente porque aparte de ser la primera vez que un hecho así pasaba en la casa de las ideas, Lee supo demostrar que podía sacar jugo y crear una trama suficientemente profunda para que nos demos cuenta de que tener superpoderes no siempre es bueno cuando esperas un bebé.
Tengo que felicitar pues a Stan Lee (I al siempre inspirado Jack Kirby) por unos números que si bien contienen historias intrascendentes también han sabido continuar renovándose explorando mundos más allá de la imaginación sin renunciar a seguir manteniendo el pulso con un personaje principal como es la Cosa. Lástima que no se trate igual al resto del grupo. Pero todo llegará.
Eloi Puig,
07/04/2019
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