Siempre he tenido curiosidad. Mucha.
Curiosidad para saber qué pasó exactamente al Mundo de Batalla donde buena parte de los héroes y malvados de la casa Marvel fueron abducidos a mediados de los años 80 para ser llamados a combatir entre ellos. Sobre todo, me ha interesado siempre conocer porque Ben Grimm no volvió de allí (y como Hulka lo sustituyó ante los 4F) y como Spiderman adquirió el famoso traje negro que años después supondría un revulsivo en las aventuras de nuestro trepamuros.
Sí, ya sé que si sólo quería esta información, con un vistazo a la wikipedia tenía suficiente pero el hecho de estar leyendo el recopilatorio Los 4 Fantásticos de John Byrne 2, a la mitad del cual es cuando son teletransportados Reed Richards, Johnny Storm y Ben Grimm (lSue estaba embarazada y los guionistas pensaron que mejor la dejaban en la Tierra) me ha dado la excusa perfecta para detener la lectura unos días y ponerme con Secret Wars
Parece mentira, pero hasta el día de hoy no había leído todavía la trama épica que se narra en Secret Wars, que se convirtió en uno de los crossovers más importantes de súper-héroes Marvel. Aunque si nos ponemos canónicos, según la cronología marveliana, este fue el cuarto gran evento donde se cruzaban los destinos de muchos de los personajes de la casa de las ideas, pero igualmente Secret Wars fue el que marcó la tendencia, dado su éxito abrumador.
Pero vayamos por partes: Marvel ideó la trama de las Secret Wars después de firmar una alianza con la casa Mattel para la producción de juguetes. Estos pidieron a Marvel una gran historia épica que enfrentara a los principales personajes de modo que sí, el hecho de producir esta mini serie, fue por encargo. Esto no tiene porqué ser negativo a priori, pues si un guionista está inspirado, la excusa es perfecta para tramar una línea argumenta cargada de épica como pocas. La tarea recayó en Jim Shooter que por aquella época cortaba el bacalao en la casa Marvel y el dibujo fue obra principalmente de Mike Zeck, complementado en dos capítulos por Bob Layton.
El resultado de todo ello es difícil de definir. Dependería desde qué perspectiva lo analizara. Cuando salió la mini serie yo tenía unos 12 años y estoy seguro de que me hubiera entusiasmado. Ahora, no demasiado, la verdad. Especialmente porque los agujeros de guion y la intencionalidad de Shooter no me han atraído demasiado.
Secret Wars tiene algunos problemas fundamentales: uno es la misma idiosincrasia de una trama que no lleva a ninguna parte, pues el objetivo final se difumina a medida que pasamos los capítulos y toma más protagonismo una línea argumental centrada en un solo protagonista. Y por el otro nos encontramos con un exceso de personajes, la mayoría de los cuales sólo están ahí para llenar espacio y vender juguetes y que con suerte tienen un par o tres de viñetas dedicadas. Se entiende, por un lado, que Shooter no pudiera desarrollar un guion donde los 37 personajes abducidos tuvieran suficiente visibilidad para llenar una mini serie de doce números, pero eso no quita que dejando de lado honrosas excepciones, la mayoría de estos simplemente pululan por el Mundo de Batalla obedeciendo órdenes cuando tocaba luchar.
Empecemos por la trama argumental: El Todopoderoso, una enigmática entidad cósmica, decide secuestrar a los principales héroes y malvados de la Tierra con una finalidad desconocida. Esto se traduce en la presencia de tres de los cuatro Fantásticos, Spiderman, Hulk, los Vengadores y Spiderwoman por el lado de los buenos. Por la otra, a Magneto y la Patrulla X (que aquí representaban un tenue papel de neutralidad) y por el lado de los malos teníamos a Dr. Doom, Dr. Octopus, la Encantadora, el hombre absorbente, el hombre molécula, el lagarto, Ultrón, los cuatro miembros de la Brigada de Demolición y dos personajes nuevos creados por el Dr. Doom: Vulcana y Titania. ¡Ah! Y Galactus.
El Todo poderoso promete cualquier cosa que anhelen los personajes si vencen a sus enemigos. Así de simple. Así de contundente. Naturalmente, la mayoría de los súper-héroes lo que quieren es volver a casa mientras que los malos tienen todos sueños de grandeza. El papel de las batallas se va repartiendo, pero sólo algunos personajes sobresalen de cada bando y uno muy especialmente: El Dr. Doom. Sí, aunque parezca contradictorio el gran protagonista de esta serie es el Dr. Doom y sus ansias desmedidas de poder. Es aquí donde Shooter realza su presencia capítulo a capítulo y le encomienda una meta concreta que además concuerda con su personalidad: Obtener el poder inmenso que emana de una entidad como el Todopoderoso. En cuanto al resto de malos, sinceramente, la mayoría son prescindibles por catetos, rústicos y comportamientos absurdos. La Encantadora quizás sigue un poco sus instintos de diosa inmortal asgardiana y va a la suya, pero el resto son todos unos incompetentes. Desde el Lagarto, pobrecillo, que no pinta nada allí, hasta las creaciones forzadas que efectúa el Dr. Doom con dos chicas abducidas de la Tierra que las transforma en Vulcana y Titania y que resultan especialmente tristes.
Magneto, a priori, está al lado de los héroes y la Patrulla X, con un Charles Xavier que puede caminar, parece mantenerse un poco al margen por aquello de que son mutantes y nadie los quiere. Esto se traduce en que ni hacen ni deshacen y acaban resultando tediosos. Curiosamente de todos ellos, sólo Coloso tiene una subtrama propia (un poco empalagosa, eso sí) ya que ni Lobezno ni Tormenta, ni Cíclope hacen nada interesante en toda la mini serie.
Y finalmente tenemos a los héroes, a los buenos. Sólo Reed Richards con su infinita sabiduría (y como contraposición obvia del Dr. Doom) sigue con su mentalidad analítica (aunque le cueste horrores dado que ha dejado a su mujer y al futuro bebé abandonados a un universo de distancia) y actúa como se esperaba de él. También el Capitán América, elegido como líder que básicamente dice cuando atacar, sigue siendo el hombre de moral intachable que dirige al resto de héroes. Otros personajes aportan curiosidades pero que el guion no explota. Por ejemplo, La Cosa se transforma de vez en cuando involuntariamente en Ben Grimm, lo que lo hace dudar constantemente y que le hace decidir al final de quedarse un tiempo en el Mundo de Batalla —hay que tener en cuenta que ya arrastraba una cierta depresión por su relación con Alicia Másters— pero el guion de Shooter no explota suficientemente esta idea y queda medio colgada. Spiderman consigue el traje nuevo negro y blanco por todos conocidos, pero de forma un tanto insípida (y sin que en ese momento se tuviera prevista su trascendencia futura): El resto, un poco decepcionantes: Hulk aplasta, Ojo de halcón lanza flechas y Iron Man (que aquí no está encarnado por Tony Stark) y Jonny Storm se comportan como idiotas sólo mirando a las chicas. Poco más.
Y entonces tenemos a Galactus, claro. Por suerte Shooter ha mantenido su grandeza y lo lleva por su propio camino, despreciando a todos los bandos del Mundo de Batalla. Creo que introducir un personaje tan desequilibrante fue un error aunque Shooter todavía salió bien parado con él.
La sensación general es que la mayoría de los personajes están desaprovechados. Sólo Doom, como comentaba, mantiene el interés y realmente lo que aporta a la historia es que pensemos más en él que en el Todopoderoso. El ansia de conocimiento y poder del regente de Latveria es infinita y enseguida prevemos que a lo largo de los doce números suya será la historia a contar. No detallaré el final pues como comentaba, la premisa del Todopoderoso no lleva demasiado ninguna parte pero sí, en cambio que los actos de Doom tendrán una repercusión más que notable.
Como comentaba, mi yo de 12 años le hubiera encantado esta serie. Ahora no puedo decir lo mismo, especialmente con un guion poco firme y una sobreexplotación de héroes que no saben qué hacer aparte de luchar los unos contra los otros. Incluso la concepción del mundo de batalla es demasiado fantasiosa para mi gusto (por no hablar de la civilización que aparece allí como por arte de magia y de repente). Los dibujantes tampoco me han marcado demasiado. Mike Zeck cumple sin resultar tan excelso como cuando años más tarde dibujaría por ejemplo la saga de La última cacería de Kraven, y Bob Layton (que sólo dibujó dos números por exceso de trabajo de Zeck) no llegó a su altura.
Esta recopilación de lujo de Panini Cómics incluye dos cómicos más: El What if vol2 # 114 de 1998 donde se especula con que los súper-héroes no volvieran a la Tierra y como los hijos de estos continúan las aventuras con un marcado acento juvenil que sólo me ha interesado como curiosidad. Y También encontraremos el número What If Secret Wars de 2009, muy bien dibujado y guionizado donde se especula sobre qué hubiera sucedido si el Dr. Doom hubiera mantenido los poderes adquiridos en la mini serie original. Muy bien este último número.
Un volumen más para la nostalgia de los más veteranos pero que paradójicamente deja en evidencia aquellos guiones cogidos por pelos que de jóvenes nos tragábamos como si nada. Eso sí, un volumen que promovió los crossovers entre súper-héroes como nunca (y del que un año más tarde se realizó una segunda parte) y del que tomarían nota para aventuras durante mucho tiempo.
Mi curiosidad ha sido satisfecha, pero me hubiera gustado más que tanto Spiderman como la Cosa hubieran tenido un regreso más marcado por una intencionalidad específica que como sucedió en realidad.
Eloi Puig
07/04/2021
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