¿Recuerdáis mi anterior reseña sobre Els confins i la tenebra, el inicio de este space opera en seis volúmenes que ha escrito Ricard Efa? ¿Recordáis que comentaba que era una novela con buenos planteamientos y donde la acción, los personajes y la trama se asentaba poco a poco y de manera sólida? ¿Y que todo iba cuajando con calma y con buena letra?
Pues ahora todo estalla. Ricard Efa se desata y nos conduce por una aventura vertiginosa por todos los Confines, este pequeño universo rodeado por una membrana que le separa de la Tiniebla, y esto a través de pequeñas odiseas que los personajes llevan a cabo para resolver el rompecabezas en que se ha convertido todo lo que conocen. Y esto me encanta porque en este segundo volumen, Des de sempre fins a l’infinit, ya no necesitamos que nos presenten personajes, o escenarios, o naves espaciales. Ya los conocemos, ya nos sentimos cómodos, ya disfrutamos de la literatura sin hacer demasiados esfuerzos para comprender dónde nos encontramos y por qué. Ahora seguimos con deleite una trama argumental que siempre ha proyectado el enigma de qué se esconde más allá de las fronteras de los Confines y que tiene aires de traspasar el universo conocido y trascender de manera cósmica.
Con Ricard Efa desatado, todo fluye —y luce— aún más, las líneas argumentales se superponen y los protagonistas interaccionan perfectamente entre ellos y por tanto la aventura comienza de verdad: la Flota ha tomado el control de prácticamente todos los Confines, los planetas y gobiernos regionales caen uno a uno sin resistencia. Incluso las grandes familias sufren. La Flota, con el general Pannerian al frente, también mueve los hilos diplomáticos para que el centro místico y religioso que es el Pozo Weisser apoye sus maniobras que deben desembocar en un mejor bien para la humanidad.
Pero tenemos otros focos de atención: por ejemplo mientras Bientöt-Garo y sus compañeros huyen de su base y se topan con un fenómeno extraño que les deja literalmente descolocados, Ingö busca la ayuda de su tía, la matter, y Baran Aion resta capturada en un fortín de la Flota donde experimentará cosas más allá de su comprensión.
Ya veis, varios escenarios, todos bien diferentes, pero todos con misterios y enigmas por resolver y con una tensión in crescendo en todo el libro. Tenemos por un lado la parte más aventurera y divertida de la saga con la tripulación de la Olifant que ahora está compuesta por la capitana Bientöt, su inseparable compañero Kudht y las hermanas Maa que han recogido in extremis antes de huir. Por cierto que me atrevería a decir que el autor hace un homenaje muy especial a nuestro entrañable Chewbacca cuando hace hablar a una de las hermanas Maa. Un toque la mar de divertido, todo hay que decirlo.
La familia Weisser con Ingö y su tía, la matter, ocupa otra parte de los capítulos de las novelas. Deberán también huir de la Flota pero en este caso con un objetivo más claro: Intentar responder a la pregunta de quién es realmente Baran Aion y por qué ha desarrollado sus extraordinarios poderes, por no hablar de su relación con el gran cliffhanger del final del primer volumen.
La propia Baran Aion, la cadete repudiada, la fugitiva más buscada de los Confines, sigue recluida en una cárcel de máxima seguridad donde sufre experimentos y torturas psíquicas de manos de los científicos de la Flota: Su vínculo intrínseco con el éter puede ser la clave para perforar los Confines y explorar más allá. Aquí cabe destacar un capítulo concreto, el dieciséis, que es sencillamente perfecto. Cómo el autor demuestra una gran capacidad para hacernos entender y asimilar conceptos muy abstractos sobre el espacio-tiempo y la percepción y navegación a través de ellos. Y todo desde la cabeza de Baron donde su conciencia le muestra el camino para intentar escapar y autoprotegerse a través del tiempo y el espacio. ¡Chapeau!
Y naturalmente tendremos a Pannerian, el nuevo jefe de la Flota que junto con sus científicos están a punto de encontrar la forma de traspasar los Confines y explorar la Tiniebla. Algunos de los experimentos que ensayan y las pruebas experimentales que realizaban con los prisioneros recuerdan al nazismo. Efa, voluntaria o involuntariamente está comparando ambos regímenes autoritarios.
Aparte de las tramas que nos hunden en las intrigas de los Confines, me gustaría destacar el trabajo que ha hecho el autor en algunos aspectos como el lingüístico. Teniendo en cuenta que encontramos una gran diversidad de escenarios, bien separados entre ellos, y que también existe una gran variedad de clases sociales, descubrir que el autor ha escrito algunos diálogos con diferentes registros lingüísticos es todo un placer. Desde la pomposidad y barroquismo en que habla la clase alta en la capital de los Confines hasta la lengua casera con rasgos dialectales que pueden hablar en estaciones espaciales o en lugares remotos.
Otro punto a destacar son las pistas que poco a poco nos va dejando el autor a través de su narrativa sobre el pasado de los Confines (recordemos que hubo un apagón hace 2000 años, y que la civilización actual no recuerda nada anterior a ésta) o también con la vinculación de los Confines con nuestro propio universo. El lector deberá estar atento a descubrirlo. Recuerdad que...
"Las historias de la Tiniebla eran tan viejas como los Confines".
Por el contrario, me gustaría insistir en que al no poseer un mapa astronómico de los Confines, a veces nos encontramos poco situados. No sabemos las distancias entre planetas, no conocemos si se puede viajar de un sitio a otro en cuestión de horas... días o semanas. Creo que el autor ya está trabajando en resolver ese aspecto porque es importante. En algún capítulo confluyen los personajes y no entendemos demasiado cuánto tiempo han pasado viajando por el espacio por ejemplo. Da la sensación de que todo está muy cerca... quizás demasiado.
Pero la cuestión es que seguimos disfrutando de una gran aventura con un estilo muy firme por parte del autor, con varios momentos de suspense a final de muchos capítulos, con diversión y tensión asegurada y un relato sobre ese particular universo que intuimos está plenamente planificado y que nos crea la ansiedad de saber cada vez más y más. Efa logra engancharnos irremediablemente a su universo a través de los muchos enigmas que rodean a un personaje clave como es Baron Aion, que poco a poco se convierte en el centro de todas las miradas.
“No había un segundo, ni un átomo, que no estuvieran recubiertos por esos filamentos de luz rosada. Siempre habían estado allí y se extendían desde siempre hasta el infinito.
Eran los Confines, eran el éter que vibraba.
Era ella”.
Eloi Puig
16/10/2024
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