Carrie Fisher era un actriz sin duda única en la parafernalia de Hollywood. Una persona completamente encasillada en un personaje que marcó una época y que hizo historia -perdón, que sigue haciendo historia-. Y claro, aunque no he estado nunca fan de leer biografías ni memorias de nadie no me he podido resistir a la tentación de conocer más de la persona que se escondía tras la túnica blanca y el peinado de ensaimada. Y quizás estas memorias no sean tampoco las más adecuadas para conocerla pues recogen sólo una pequeña parte de su historia. Pero sea somos sea, aquí tenemos - y gracias al nuevo sello de Nova, B.Cat, también en catalán- las reflexiones que Fisher hizo alrededor de su diario en los días de rodaje de La Guerra de las galaxias: una nueva esperanza: El diario de la princesa.
No soy un fan de Star Wars desde pequeño como muchos de vosotros. A mí el estreno del Episodio IV me cogió con cuatro añitos. Y El Imperio Contraataca con siete. Y nadie me llevó al cine. Conocía Star Wars por los cómics, por aquellas historias fuera del canon oficial donde Luke, Han Solo y Leia (I Chewbacca) pasaban mil aventuras enfrentados a Darth Vader y al Imperio. Sólo El retorno del jedi lo vi en estreno en el cine (y tuve que enmascarar unas anginas una semana sin que se me notaran para que mi madre no cambiara de opinión al llevarme). Ahora bien, a partir de ese momento mi amor por Star Wars sólo fue in crescendo. Curiosamente, a pesar de mi adolescencia nunca encontré especialmente interesante a la princesa Leia para ser la heroína de la película (Y ahora que lo pienso, creo que estaba mucho más atractiva en El Imperio Contraaataca, tanto vestida con anorak en Hoth como vestida de noche en Bespin, que con el famoso vestido de esclava en casa de Jabba el Hutt) por lo que siempre me he identificado más con Han Solo. La princesa era una más de la tropa para mí.
Pero su historia es más que interesante y por lo tanto tal vez me ha atraído más leerla que no la que pudieran escribir Mark Hamill o Harrison Ford. Carrie Fisher casi debutó en esta película y después de la trilogía apenas consiguió papeles de relevancia - al igual que Mark Hamill y todo lo contrario que Harrison Ford- pero quedó atada para siempre al personaje hasta el punto que este hecho la trastornó más de una vez - y no me extraña-.
A raíz de su aparición en las nuevas películas de la saga (desgraciadamente una aparición truncada), Carrie Fisher publicó estas memorias alrededor de unos diarios que (dice) encontró de la época del rodaje de la primera Star Wars. Y si los rumores ya cuchicheaban que entre ella y Harrison Ford y hubo un asunto, ella lo ha confirmado sin rodeos. El diario de la princesa habla de esto y de algunas cosas más (no demasiadas). Para empezar se centra en su vida antes de Star Wars, antes de ser mundialmente famosa. Fisher venía de una familia acostumbrada a los escenarios y había interpretado algún papel secundario en una película (Shampoo). En esta primera parte de las memorias Fisher nos cuenta de forma cuidadosa estos preámbulos. Pero el grueso de esta semi autobiografía es el capítulo "Carrison" donde nos narra de forma divertida y también autocrítica su romance con Ford. La actriz insiste mucho en su inseguridad - sólo tenía diecinueve años- tanto ante la cámara como delante de su compañero de rodaje. Es muy crítica consigo misma pero a la vez - bajo una perspectiva de cuarenta años después- también sonríe con nostalgia. Quizás este capítulo es el más morboso - y el que seguramente mucha gente espera- pero también creo que es el más trascendente debido a que aquella relación la hizo madurar de forma espontánea.
Más adelante Fisher nos ofrece la oportunidad de echar un vistazo a los escritos que ella misma anotó en su diario personal durante el rodaje. Y la verdad es que no era necesario. Excepto en algunos casos donde se le nota una vena poética bastante curiosa, su diario es poco interesante; en cambio las reflexiones que ella hace a su alrededor ganan puntos.
Quizás, sin embargo, la parte que más me ha gustado de estas memorias son los capítulos finales, donde nos deja entrever que necesitaba asistir a actos de firmas etc para poder cobrar - recordemos que su carrera cinematográfica fue siempre escasa- y donde nos ofrece diálogos y encuentros inverosímiles con sus fans. Carrie Fisher nunca se pudo quitar el estigma y la bendición al mismo tiempo de ser la Princesa Leia. Una dualidad que le ha perseguido siempre y que le ha hecho sombra como persona. Debe ser duro que siempre te llamen para "Princesa Leia" en vez de por su nombre; que la gente se refleje con un personaje de ficción y que formes parte de un engranaje inmenso para ganar dinero aunque tu no recibas prácticamente ninguna parte.
Así pues ... ¿qué encontraremos en estas memorias? Pues algunos recuerdos nostálgicos, apuntes de rodaje, confirmaciones de cotilleos... todo ello envuelto en una cierta niebla mística donde la memoria de Carrie Fisher se solapa con experiencias vividas y donde los sentimientos y las sensaciones se recuerdan de una forma más fría y analítica. La actriz escribe de forma bastante directa y divertida, utilizando sarcasmos e ironías varias. En general, una lectura apacible y entretenida, excepto por los mismos apuntes del diario en sí.
Carrie Fisher nos dejó hace unos meses. Naturalmente la princesa Leia siempre continuará con nosotros pero quizás gracias a la lectura de estas memorias tendremos también un rincón para pensar con la persona que se escondía tras aquellas miradas a Han Solo, en aquellos diálogos lapidarios y con aquella valentía tan impropia de la realeza (por muy galáctica que fuera).
Hasta siempre... Carrie.
Eloi Puig, 28/04/17
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