No todas las obras de fantasía están ambientadas en un mundo mitológico repleto de seres sobrenaturales. No todas las novelas fantásticas siguen los acontecimientos tras los caminos iniciáticos que hace un joven para alcanzar un estatus muy superior. No todas las tramas y argumentos son capaces de mostrar con tanta firmeza una historia original y unos personajes como esta. No todas las obras de fantasía son como Elantris. Qué más quisieran.
Brandon Sanderson es uno de esos autores desconocidos que triunfan de forma brutal presentando su primera novela, tal cual pasaría unos años más tarde por ejemplo con Patrick Rothfuss y su El nombre del viento, a Sanderson le han llovido los elogios de la crítica y del público. Ahora bien, uno se puede pensar que Elantris es una historia más en clave fantástica y que el autor ha tenido suerte. Quizá sí, pero la calidad literaria es tan grande, la trama tan bien soportada por, como decía, una serie de personajes excelentes que catapultan la novela a la excelencia en el género de la fantasía. Porque no basta con tener una buena idea, no es suficiente ofrecer entretenimiento ... para que una novela alcance el éxito hay que tener talento. Y leyendo Elantris, uno descubre las buenas maneras de su autor. Parece además que el autor ha caído en gracia a Miquel Barceló -el encargado de elegir las obras que salen a la colección Nova- y poco más tarde también se tradujo la trilogía de Nacidos de la bruma
Elantris fue una ciudad mágica, donde sus ciudadanos eran prácticamente dioses pues sabían controlar los aones, una especie de runas mágicas que proporcionaban todo lo que deseaban ... a ellos ya la gente que no eran como ellos. Durante siglos los elantrinos ofrecieron comida, salud y bienestar a todo el que lo pedía, sin esperar nada a cambio. Y de cuando en cuando un elegido, un nuevo miembro, se despertaba un día con los cabellos blancos sintiendo el poder de los elantrinos en su interior ... era tocado por la gloria.
Pero eso era antes, hace 10 años. Desde el cataclismo de la Reod, una extraña enfermedad, la Shaod, azota la población. Afecta a ricos y pobres, grandes y pequeños y ahora le ha tocado al príncipe heredero. Las manchas oscuras, la caída del cabello y un omnipresente dolor que no marcha nunca son algunos de los rasgos que adquieren quien ha sido tocado por la Shaod ... son los muertos en vida, no pueden morir pero tienen un hambre voraz ... son los nuevos parias. Raoden, el príncipe, ahora corre la misma suerte que cientos de personas antes y su destino es la antigua ciudad de Elantris donde son enviados todos los que la Shaod ha transformado.
Sarene, quien debía desposarse con Raoden, llega tarde pues y se ve obligada por contrato a residir en la corte de su futuro padre, aunque sea para mantener la alianza política de Arelon y Teod que los beneficia mutuamente contra las estrategemes de Fjordell, un reino sometido completamente a los designios de la religión. Su nuevo embajador, Hrathen, también acaba de llegar a la ciudad para predicar la santa religión del dios Jaddeth. Tiene 3 meses para hacerlo y convencer a los arelonesos o los ejércitos de Fjordell llegarán para destruir todo. Y de eso Hrathen no tiene ninguna duda, la salvación, pues, pasa por la conversión de toda una nación.
Tenemos pues un escenario muy interesante, descrito a través de las vivencias de los tres personajes principales en tres líneas de acción diferentes. Los protagonistas Raoden, Serene y Hrathen, tendrán que luchar principalmente contra ellos mismos: En un caso para no caer en la desesperación y la locura que rodea la Shaod, en otro para hacerse valer y demostrar hasta dónde puede llegar una mujer inteligente en una corte que le es extraña. Finalmente, la lucha del sacerdote, será contra su propia conciencia, una batalla constante entre la lógica, el miedo, la devoción y el sentido común. Probablemente este último personaje sea el mejor tratado por el autor, el que sufre una evolución más marcada y lo que en definitiva es más humano de todos.
Todo ello en una novela que combina el conflicto de intereses políticos con los religiosos, bajo la sombra omnipresente de la ciudad de Elantris, su magia perdida y los misterios que ha dejado atrás, empezando por su propia destrucción. Sanderson sabe dar al lector la información suficiente para atraerlo desde el primer capítulo con una trama viva y sin concesiones que combina las líneas de acción para ir formando un puzzle perfecto.
La diplomacia expresada a través de diálogos vivos y llenos de fuerza, el fervor religioso o la búsqueda a contrarreloj de respuestas que puedan ayudar a entender por qué Elantris cayó serán una combinación perfecta para que el lector devore las más de 600 páginas en un abrir y cerrar de ojos.
Fantasía de calidad que debería ser lectura obligada para cualquier amante del género. ¡Y todo en un solo volumen!
Eloi Puig, 16/09/2010
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