Tengo que reconocer que cuando hice el primer vistazo a la novela L' enigma Perucho quedé como hipnotizado. Me pareció que tanto el título como la magnífica portada me llamaban como un canto de Sirena. La última propuesta de Jordi Cervera - la primera novela que leo de él- no podría tener mejor presentación: El nombre de un autor como Perucho y una ilustración que evoca una Barcelona completamente destruida y abandonada.
Jordi Cervera ha escrito una novela muy personal, pensada y meditada por ser un homenaje a la figura de Joan Perucho, al que conoció - y al que al parecer también profesa un gran respeto y admiración- pero también una novela que quiere profundizar en un tema tan interesante como el legado cultural de los pueblos. Para ello Cervera ha inventado una trama rocambolesca y original para acercarnos estos aspectos que comentaba. Una historia narrada quizás bajo un enfoque juvenil pero que quiere expresar un mensaje plenamente adulto en todos los sentidos.
Situémonos: Barcelona, Catalunya y en general toda Europa entera están destruidas a causa de un virus desarrollado en unos laboratorios turcos que consume el cuerpo humano sin atacar al medio ambiente o a los animales. El patógeno se propaga con facilidad pero también muere de forma efectiva cuando no tiene más cuerpos de los que alimentarse. Los causantes de todo ello son un grupo de militares fanáticos turcos que tras la devastación causada a escala mundial vuelven al pasado con la melancolía propia de los locos. El Imperio Otomano, pues, se alza una vez más y Estambul se convierte en el centro del mundo. Los antes poderosos sultanes tienen un nuevo regente cuya voluntad es ley: Mehmed IX, señor de todas las cosas. En las tierras bárbaras sólo sobreviven grupos de insurgentes sin ninguna posibilidad real de hacer daño a un poderoso imperio. Pero el sultán ya hace muchos años que gobierna con mano de hierro. La corte en el fondo es un lugar donde hay que pasar demasiadas horas. Se aburre. Desde hace tiempo existe una moda que poco a poco se ha convertido en un referente y una ley transcrita en la nueva constitución otomana: Quien posea la mayor biblioteca y por lo tanto el mayor saber de la humanidad será el el sultán. Pero lo que a priori parece una regla interesante y lógica se vuelve absurda y estúpida: El sultán y su nobles valoran por encima de todo los libros ... ¡de cocina!. Aquí es donde Cervera nos propina el primera cachete y nos deja asombrados. ¿Libros de cocina?
En este ambiente post-apocalíptico los cazadores de libros como Alfred Muntaner, hijo de un encuadernador de prestigio de Barcelona será el preferido del sultán. Y la última misión, el más crucial donde la apuesta entre los más grandes nobles del imperio se eleva hasta cotas insuperables es la de rescatar de los desechos de Barcelona un incunable: El libro de la cocina española, de Joan Perucho y Néstor Luján. Sí, parece un hito absurdo pero podría ser que el autor se ría de nosotros? ¿O quizás está jugando a un juego preciso que requiere también estos puntos de incredulidad por parte del lector?
Sea como sea, L'Enigma Perucho nos acercará a una Barcelona irreconocible donde la vida humana casi no existe y donde sus calles, palacios, o grandes iconos de la ciudad están degradados y rodeados por años de abandono. Un ambiente plenamente, como decía, post-apocalíptico, el cual Cervera utiliza como escenario de buena parte de la novela.
He quedado muy satisfecho por la prosa cercana y acertada de Cervera. Y no sólo por la narrativa amena aunque elaborada que sale de sus manos, sino también por esta capacidad imaginativa para hacer que un simple objeto se convierta de una importancia suprema en una ambientación notable. Porque como os decía al principio L'enigma Perucho tiene mucho de novela juvenil, especialmente por el enfoque de los personajes jóvenes, las descripciones poco extensas o las tramas argumentales que cuadran a la perfección como por arte de magia; en cambio la moraleja que poco a poco vamos descubriendo a medida que avanzan los capítulos tiene una componente adulto, firme e incluso sentimental: El amor por los libros, por el saber, por las bibliotecas y por autores como Joan Perucho. Cervera conocía la bibliofilia de Perucho y su extensa biblioteca y lo ha utilizado todo para ofrecernos una historia de esperanza y reunificación en torno al saber de los libros. Y lo ha hecho, además, tomado personajes de uno de los libros más conocidos del autor -(que casualmente es el único que me he leído): Las historias naturales.
Es cierto, sin embargo, que he notado detalles de esta curiosa propuesta que no terminan de desarrollarse correctamente: Desde cómo los otomanos pueden leer con facilidad catalán o castellano hasta conocer mejor el contexto de cómo ha afectado el virus al resto del mundo pues sólo tenemos referencias europeas. Este genocidio humano pero también cultural afectaría a cualquier pueblo y aunque ya han pasado unas décadas parece todo demasiado normal, demasiado trivial.
También es cierto que los personajes no poseen demasiados matices y que la trama enigmática con que el autor nos envuelve podría tener mil y una fisuras y se aguanta de un hilo - aquí sobre todo el hecho de bautizar la novela como a juvenil, quizá por poca predisposición al sentido de la credulidad de algunos puntos de la historia-. Pero nada de esto es demasiado importante si consideramos que la novela ha pretendido siempre ser por un lado un homenaje en forma de aventura de ciencia ficción y por otro lado una advertencia, no tanto contra los peligros de una devastación apocalíptica , sino sobre la pérdida de las raíces culturales que nos provoca la globalización que estamos viviendo y que con una situación extrema como la descrita en la novela tal vez sería aún más evidente.
L'enigma Perucho es una aventura que pretende que reflexionemos tanto sobre la futilidad y la inutilidad de los caprichos de los poderosos como para guardar la esencia, la cultura de un pueblo, en este caso a través de los libros. Es pues, un canto contra la incultura y el despotismo absurdo. Y también una llamada en torno al patrimonio cultural o todo lo que nos puede unir como humanidad.
Eloi Puig, 29/05/17
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