No es normal que el autor de un libro te avise hasta dos veces que el libro que tienes en tus manos, su novela, es un poco peculiar; quizás la más extraña que ha escrito y que igual se la tiras por la cabeza. La primera vez fue mientras me lo firmaba como invitado de honor a la I CatCon; el segundo hace pocos días cuando por fin lo empecé. Pero claro, estamos hablando de Emilio Bueso y por tanto esta advertencia (¿maquiavélica? ¿Ambigua?) pero realizada con premeditación propició sólo que tuviera más ganas de ponerme a ello. Sin embargo, como mientras tanto estuve leyendo la (todavía) inconclusa trilogía de Los ojos bizcos de Dios, la presente novela quedó a media pila de pendientes hasta que hace pocas semanas la rescaté en un momento que necesitaba marchita literaria.
Y aquí la tenemos, un título que engancha como es Esta noche Arderá el cielo, una portada inquietante y una contraportada que nos suelta misterios y aventuras por lugares aislados del fin del mundo. Y sí, una frase inicial que nos define de una manera u otra el talante de la historia:
"El mundo en un puño, y en el puño, el acelerador".
Así comienza la aventura de Mac y su ex novia, dando gas a las motos por la carretera Trans-taiga, una de las más solitarias de Canadá, en un viaje de búsqueda interior que quiere reencontrar esa paz que veinte años atraás lograron sentir el uno con el otro cuando viajaban con las motos por toda América. Ya sabéis cómo va esto ¿verdad? Amor, sentimientos reencontrados, puestas de sol y un paisaje de ensueño...
¡Ja! ¡Ja! ¡Habéis caído de cuatro patas! No hombre no. ¡Que el autor es Emilio Bueso y esto no es una novela de autoayuda! Aquí encontraremos aventura pura y dura, algunas reflexiones devastadoras y una leve trama de ciencia ficción sobre genética a lo Dr. Moreau que envuelve de forma enigmática - y a veces terrorífica- el viaje de Mac y Perla por los bosques más profundos de Quebec. Narcotraficantes, auroras boreales, indios, alucinaciones, experimentación genética y mucha mala leche por parte de Bueso en algunos puntos de la novela. Genial ¿no?
El gran acierto del libro es sobre todo el tono que emplea el autor para presentar su historia y al mismo tiempo definir personajes muy firmes (especialmente el protagonista, Mac) y un entorno hostil muy bien descrito que se contrapone a la quietud del viaje y a las interminables rectas de la Trans-taiga. Mac, como os decía, da gas al acelerador y comienza una escapada de pocos días con su ex, la cual acaba de abandonar al hijo y al marido y busca algo que no sabe muy bien que es. Pero enseguida este trayecto reparador, esta road movie quebequense dejará lugar a varios escenarios donde ocurren cosas extrañas y donde Bueso se recrea proporcionando información de forma mesurada para que el lector no tenga ni idea de a qué se enfrenta Mac y Perla. La intención es ocultar, en buena medida, la información al lector, proporcionando mucha, abriendo varios frentes por donde podría pasar cualquier cosa. Que no se sepa cuáles de los hechos y personajes que son relatados tendrán más o menos protagonismo en los capítulos que llegan rápidamente. Estos son relativamente cortos y narrados con ese tono que os comentaba. Algunos resultan simplemente fascinantes como el primero, Territorio, y también el llamado Dios, ambos, ejemplos de gran destreza literaria. Mis favoritos, vaya.
Decía que el tono, el lenguaje narrado en tercera persona pero en presente, otorga gran ritmo y varias sonrisas al lector. Es una prosa que me ha recordado mucho más a Cenital que a Transcrepuscular o Antisolar, una lectura que parece ligera pero que está cargada de intenciones. Made in Bueso, claro.
Para ponerme a criticar un poco algunos aspectos, diré que hay algunos flashbacks que cortan el ritmo de la novela. Pese a resultar interesantes, llegan en momentos de máxima atención por parte del lector y desconciertan, especialmente porque en algún caso se alargan demasiado. Son como pequeñas historias que nos narran el pasado de Mac y Perla durante estos años de separación. Simplemente comentar que Bueso nos deja con la miel en los labios durante algunos ratos para después atacar con más fuerza. Sí, ya lo sé, a eso lo llamamos cliffhangers. Sólo que queda algo descompensado en mi opinión.
Así que, tenemos una novela de ciencia ficción rodeada de aventura, tiroteos, persecuciones, enigmáticos indios, motos y un personaje que se come toda la novela él solito como es Mac, nuestro antihéroe, callado, meditabundo y al que no le gusta demasiado la compañía. Sólo las motos... y Perla, claro. Y como es normal, Mac, al que Bueso maltrata bastante psicológicamente, se convierte en nuestro espejo, el personaje, como comentaba, más firme, más lleno de vida a pesar de su talante taciturno. Mac es la novela y preparaos porqué cuando la iniciéis, se quemará el cielo (literalmente) y os quemarán las páginas. No la podréis dejar.
Eloi Puig,
08/05/2019
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