Los aficionados a la fantasía lírica, a las aventuras originales o simplemente a todo aquel que le gusta experimentar con nuevas ideas están de enhorabuena. Jordi Balaguer ha vuelto a publicar un novela donde demuestra que le gusta romper algunos esquemas sin perder su esencia poética o quizás más bien su talante sensible. Si hace unos años nos sorprendió con aquella prosa melódica y con una fantasía cuando menos diferente en la trilogía de El amante de la Luna, este año, ha publicado Hanami (Kuei Ediciones), lo que sería una aventura introspectiva dentro de los paisajes bucólicos - pero terribles- de un Japón imposible.
La palabra clave es Hanami, que da nombre a la presente obra. Una palabra japonesa que podríamos traducir como primavera o como la contemplación de las flores (especialmente de cerezo). Sea como sea esta palabra en el contexto de la novela es a la vez sinónimo de extrema belleza y también de destrucción implacable. Jordi Balaguer nos traslada a una Japón post-apocalíptico donde reina una eterna primavera pero todo lo que tiene de fascinante un paisaje repleto de cerezos en flor y vegetación desbordante también lo tiene de salvaje y de indómito. La naturaleza será aquí uno de los protagonistas de esta llamada Green fantasy (como también se la ha bautizado).
Naturalmente, el foco ecológico de la novela es muy llamativo, como también lo es la ambientación y la mitología popular japonesa. De hecho, al empezar a leerla me han venido todo de imágenes en la cabeza como si estuviera viendo una obra de anime de los estudios Ghibli del gran Hayao Miyazaki como La princesa Mononoke o Nausicaä del valle del viento. El veterano director también tiene un interés muy profundo en la naturaleza y la ecología y el hecho de encontrarnos en Hanami a personajes estrambóticos pero entrañables como el cuervo gigantesco Sombra que es utilizado de montura por nuestra protagonista, no hace más que reafirmar la sensación de que la novela podría haber salido del mismo Miyazaki. Quizás algún día le inspirará, quién sabe...
La búsqueda de Ran -subtítulo de la novela- hace referencia a la protagonista femenina de esta aventura: Ran. Una mujer de mediana edad que quiere olvidar un pasado doloroso y que junto con el cuervo gigantesco Sombra busca algo indescriptible, explora la salvaje verdor de los bosques persiguiendo el norte, como un símbolo perdido pero sin saber realmente qué quiere encontrar, qué le depara el destino, qué necesita para continuar haciendo camino. Durante su trayecto hacia ninguna parte se topará con compañeros, otras personas que la necesitan y que de hecho se convierten en su familia por muy a pesar que le parezca la idea al principio.
Esta investigación, este motor en la vida de Ran es la que la hace sobrevivir en un mundo que se ha convertido en una trampa constante: tormentas de polen, bestias hiperdesenvolupadas como los Nekos (una especie de felinos enormes), humedad y lluvia constantes y sin olvidar los mismos restos de humanidad que pueden alcanzar la categoría de peligros mayores dependiendo de qué se encuentre por el camino (Caníbales, saqueadores etc ...). La vida en este Japón décadas después de la catástrofe es dura e imprevisible. Las causas de la desgracia no se especifican pero todo parece indicar a una especie de estallido natural que se ha tragado la civilización y que ha hecho retroceder a la sociedad humana a grupos que son poco más que tribus errantes. La naturaleza ha contraatacado o ha estallado para reclamar el planeta y echar a los humanos. Es como si una mente gaia hubiera soltado la cuerda con que ataba corto a la naturaleza. Un poco como lo que nos narraba Denis Marquet en La Cólera, aquí pero aderezado con toques fantásticos que provocan mayor empatía con los personajes y con la ambientación.
Hablando de toques fantásticos... debo decir que me gusta mucho el personaje de Sombra - al que creo se le podría sacar más jugo todavía- pero no he acabado de entender el papel de su especie en Hanami; me extraña por ejemplo que no aparezcan otros Haika Karasu en la narración (especialmente cuando una de las directrices que se va diciendo como un mantra Ran es que "no te separes de tu Haika Karasu". ¿Dónde están los otros? ¿Porque sólo un personaje tiene su mascota gigantesca? Estos puntos quedan un poco en el aire en mi opinión. Pero creo que al Jordi Balaguer no le interesaba explicar cómo se ha transformado todo en este mundo de primavera imposible. Él ha querido centrarse en la búsqueda interior de Ran; sí, una búsqueda en un ambiente inhóspito; sí, bajo una ambientación deslumbrante, pero que no deja de ser una especie de redención por no haber podido hacer nada en el doloroso pasado que arrastra (como se puede intuir claramente durante las conversaciones de Ran con fantasmas pretéritos).
El ritmo de la novela es bueno y me atrevería a decir que la prosa de Balaguer ha mejorado; la he encontrado más cuidada, muy meditada, con buenos diálogos y especialmente al principio con una trama que plantea una buena premisa que te hace prestar atención a todo lo que rodea este nuevo mundo mágico. Quizás sin embargo, los capítulos centrales de la novela se detecta un cierto aire de repetición en las aventuras de Ran (Encuentro, fuga / lucha, nuevo escenario y volver a empezar). Es cierto que el autor aprovecha esta parte central para perfilar algunos personajes secundarios y para otorgar a la novela momentos de dramatismo, pero tuve la sensación de que se desperdiciaba un poco la ambientación para tejer una historia más diversa.
Hanami es, pues, una curiosa apuesta que mezcla elementos típicos de la ciencia ficción con toques fantásticos. El autor ha desarrollado una historia, como decíamos, introspectiva, serena y bien construida, tal vez con un final un poco demasiado tenue para mi gusto que no ha cumplido del todo las expectativas creadas pero que no debe tapar que estamos hablando de una novela con muchas virtudes y pocos defectos. Me gustaría quizás haber podido leer más sobre este mundo de Hanami eterno pues creo que las ideas planteadas dan para mucho más de lo que nos expone el autor de Sabadell.
Si sois unos enamorados de Japón, o de los cuentos mágicos con toques de ecología no os perdáis las buenas palabras de Jordi Balaguer y su capacidad de trasladarnos de forma instantánea a escenarios tan fascinantes como éste Hanami.
Eloi Puig
21/12/2018
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