Hay historias que una vez leídas crees que son magníficas y esperas que perduren dentro de tu cabeza para siempre. Pero no es siempre así. Cuando me enteré de que Duna Llibres publicaba Houston, Houston, ¿Me recibes? de Alice B. Sheldon (que durante muchos años escribió bajo el seudónimo masculino de James Tiptree Jr.) mi mente se activó e intentó buscar los recuerdos de esa novela breve. Al momento la localizó en el tiempo y el espacio (o sea identificó más o menos cuando la había leído por primera vez y en qué libro) pero en cambio su contenido me había desaparecido por completo de la cabeza.
Por eso hago reseñas... para intentar mantener más tiempo los recuerdos que valen la pena de historias que me gustan. Había leído esta novela en abril del 2005 en castellano (esto lo sé por mi antigua bases de datos, no por la memoria) dentro de un enorme tomo titulado Lo mejor de los Premios nebula donde aparecía precisamente por haber ganado este galardón en 1976 (también ganaría el premio Hugo y el Jupiter Arward en 1977). Una recopilación de lo mejor de lo mejor donde, por cierto, también salía un relato corto suyo que ganó el premio en 1973: “Amor es el plan, el plan es la muerte”.
Sea como sea, volvía a adentrarme en la novela sabiendo que por algún motivo en el pasado la había calificado de excelente. Y eso que las primeras páginas las he encontrado extrañas y algo confusas. Con flashbacks al pasado que desconciertan pero que poco a poco te van situando en una historia que te atrapa y ya no te deja. Recogiendo brevemente la reseña del 2005, escribí: “El encuentro por parte de unos astronautas de un mensaje radiofónico en un lugar donde no debería estar es el punto de partida de un cuento original y abrumador, que envalentona a la autora a realizar un ejercicio de crítica sobre el hombre y sus instintos primarios”
Tres astronautas perdidos en una órbita cercana a Mercurio, tres hombres que muestran caracteres totalmente diferente entre ellos, cada uno de ellos es digno de estudio. Lorimer es el científico del grupo, tiene una mente analista y metódica, pero a pesar de las mil y una veces que ha repasado los datos de los sensores de la nave, no entiende dónde se encuentran ni porqué no pueden volver a la Tierra. Bud es un típico macho alfa, chapucero y pedante. Es bueno en su trabajo pero poco acostumbrado a situaciones de estrés. Por último Dave es el comandante de la nave. Cuando se ve perdido se esconde detrás de la religión. Es creyente y es capaz de eludir responsabilidades bajo el paraguas de su fe. Piensa que tal vez Dios les está probando. Tiene un aire de superioridad moral por el hecho de ser hombre blanco y estadounidense, ¡la nación más poderosa! Veremos más adelante que trata a la tripulación que les salva con mucha condescendencia.
Tres formas de pensar que deben enfrentarse a un problema grave que parece ha afectado a la nave después de unas tormentas solares. Sheldon, después de situarnos en el aspecto psicológico de los astronautas nos ofrece un ritmo trepidante y un choque cultural entre el presente tal y como lo entienden los tres astronautas y la realidad a la que se enfrentan cuando son rescatados. Un choque, como decía, tan cultural como social y que tiene mucho que ver con el enfrentamiento de género. Sí, la autora explora caminos que en la ciencia ficción de los años setenta se empezaban a encarar de diversas formas y en especial el feminismo especulativo. Y esta historia es casi un tratado: A veces sutil, pero en algunos momentos desgarradores e incluso visceral especialmente en los impresionantes momentos finales que nos dejan un acabado perfecto.
Sheldon formula preguntas y especula sobre sexo, evolución, maternidad, sociedad y mucho más en un texto breve y efectivo en el que podríamos definir como un solo capítulo de 142 páginas que no puedes dejar de leer en ningún momento.
Dicho esto, puede pareceros, quizás, que la premisa de la novela no se entiende demasiado pero es importante que vayáis descubriendo el enfoque que nos ofrece la autora cuando se lee el texto sin saber demasiado dónde os estáis poniendo para ir colocando las piezas, las pistas que nos deja página tras página. Por tanto, es imperativo que no echéis ningún vistazo a la contraportada de la novela pues aparecen varios spoilers demasiado explícitos por mi gusto (y aquí debemos regañar a los editores pues el texto prácticamente te resume la novela entera).
Alice B. Sheldon fue una gran autora con una obra de formato corto especialmente destacable en los años setenta y principios del ochenta. Por primera vez llega en catalán de la mano de Duna Llibres, pero al parecer el próximo año podremos disfrutar de sus cuentos de la mano de Chronos. Todo esto son grandes noticias, especialmente porque poco a poco conseguimos leer cada vez más clásicos de la ciencia ficción en nuestra lengua gracias a las editoriales independientes.
Eloi Puig
27/10/2024
|
|