L'INTACTE
(2023)

David Toses

Editorial:
Spècula
(2023)

Colección:
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Núm: 04

Páginas: 230

Ilustrador:
Àlex Santaló


Otras ediciones:

No existen ediciones castellano

Hay novelas distópicas que nos hablan de futuros poco deseables, otras que, además, instan a atisbar la esperanza en medio de corrientes políticas o sociales desfavorables en mundos más bien poco atractivos. Sí, también encontramos novelas en las que la distopía no tiene finalización y parece infinita. Y de vez en cuando nos llega una obra que bebe de todas estas ideas y nos las presenta en un entorno especialmente malsano y terrorífico, te lo mires como te lo mires. Sí, estoy hablando de L’intacte, de David Toses.

Sólo paor adentrarnos en esta sociedad dispar donde unos viven casi permanentemente conectados a la realidad virtual mientras otros no pueden acceder a ella —o son expulsados— ya evidencia cómo el autor ha querido imaginarse esta distopía, dirigiéndola por caminos oscuros y tortuosos. Además, el lenguaje crudo, las descripciones sin censura y el ambiente que se recrea es suficientemente perturbador para que el interés se mantenga aunque su lectura no es del todo fácil.

El comienzo es algo espeso y Toses aborda la trama de forma un tanto atrevida. Enseguida nos topamos con los dos personajes principales y que a su vez son completamente antagónicos: Uno, Marcello Ling desea con toda el alma formar parte del todo, del Mundo. Él es un programador de gusanos que busca la forma de convertirse en un usuario del universo virtual donde la mayor parte de la población humana —o al menos del territorio donde transcurre la novela— vive conectada, un concepto que es 'llamado Mundo. Marcello nunca ha experimentado esta inmersión, pero por algún motivo, parece ser que uno de sus gusanos, los programas en forma de anélidos que se inspiran por la nariz y afectan al cerebro, ha propiciado que uno de sus adictos haya sido capaz devolver al Mundo del que fue expulsado previamente.

(…) “Los gusanos servían para evadirse, para follar, para pensar que la Yurta era el Mundo, para soportar la vida en el Terraplén y para endulzar la última agonía” (…)

El otro protagonista es Edgar Latif y es un imaginador, un constructor de escenas para el Estilo, la forma incorpórea, enigmática que rige el Mundo virtual. El estilo está construido por todos los usuarios, pero los hay más esenciales que otros, como es el caso de Edgar. Pero él ya está harto del Mundo y quiere sentir la vida tal y como es, la lluvia ácida, el mundo real. Su vida parece una fantasía y su carácter se va volviendo agrio y depresivo. Quiere huir de ese universo que él ayuda a crear.

(...) “El Estilo dice que es bueno y malo…, qué es cierto y falso, justo y bello. No lo escribe nadie porque lo escribe todo el mundo y quien no le sigue no merece el Mundo” (...)

A través de los ojos de Marcello y Edgar descubriremos la dura realidad y no sabremos decidir si la ciudad a la que todo el mundo vive conectado, ejecutando cuotas de trabajos determinadas, es mejor que la vida en el Terraplen, aislados de la tecnología y los hábitats, con montañas de basura y casas construidas con cuatro planchas metálicas. Unos viven subyugados en el Mundo virtual del Estilo. Los demás no, pero ansían volver. Ésta es la historia de dos vidas que buscan lo contrario y que caminan en direcciones opuestas para huir de la realidad que conocen esperando que la otra sea mejor.

David Toses nos ofrece una experiencia densa, pausada, que a veces cuesta masticar. Una ambientación notable, quizá enmarcada en un lugar demasiado concreto —no sabemos cómo está funcionando la vida en el resto del planeta— y que se nos describe de forma coherente aunque a veces algo críptica. La resolución me ha dejado un poco frío pero también he disfrutado más del viaje que de la conclusión. Toses exprime su historia y le saca tanto jugo como puede pero para mi gusto le falta un poco de emoción y espíritu de aventura. Claro que nos encontramos con una temática depresiva que parece empaparnos poco a poco y que no parece querer ofrecernos demasiadas alegrías. Y eso está bien, me gustan las oscuras historias y que no siempre tienen un final plenamente feliz. Sin embargo hay pasajes, capítulos que me han descolocado un poco y no han ayudado a que me integre plenamente en la historia hasta el punto de que me ha parecido algo densa.

L’intacte es una interesante trama en la que convergen algunos miedos actuales y es tratada con un aire decrépito que me ha gustado. Quizás la trama que rodea a la ambientación me ha resultado más extraña de lo que pensaba pero eso no quita que nos encontremos con una primera novela que gustará a quienes buscan experiencias nuevas dentro de la ciencia ficción en catalán.

Eloi Puig
20/02/2024