Es curioso comprobar cómo un eminente científico como Salvador Macip (genetista y director de investigación en la Universidad de Leicester, Reino Unido) cuando tiene que escribir ficción se decanta por las tramas más disparatadas y divertidas. Mi primera experiencia con su obra fue con Mugrons de titani (Pezones de titanio), aquella novela irreverente, coescrita con Sebastià Roig, que mezclaba erotismo y humor en un ambiente de ciencia ficción casposa. Hoy por hoy estoy contento de tener en La Biblioteca del Kraken la única novel.la de ciencia ficción erótica escrita en catalán - que yo sepa-.
Ahora, la ciencia-ficción que nos propone Macip no tiene nada que ver con las aventuras de Valentina y sus instintos sexuales. Esta ciencia-ficción se ríe de la actualidad, de la ciencia de hoy en día, de los personajes que trabajan en los laboratorios científicos pero con una trama más elaborada, pero que sin embargo no renuncia a provocar sonrisas de complicidad.
Sherman Comet es un pobre desgraciado que un día se encuentra a Dios esperándole en su piso. ¡Eh! Sí, habéis oído bien: Dios. Es la segunda vez que me encuentro con la figura de Dios - así, en mayúsculas- en una novela. La primera vez fue leyendo Remolcando a Jehová, una blasfemica novela humorística que planteaba qué hacer con el cuerpo -muerto- de Dios, caído sobre el Atlántico. Pero este caso es diferente: Para empezar este dios parecer está bien vivo-aunque incorporio- y con todas sus facultades psicológicas a pleno rendimiento. Por otro lado este dios parece tener una personalidad un tanto egocéntrica y egoísta (aunque quiera ayudar a salvar el mundo de su destrucción). Porque este es el motivo de la visita de este ser divino: Avisar a Sherman Comet que él es la única persona que puede impedir que un agujero negro causado por un experimento fallido engulla la Tierra. Para realizar la descomunal tarea de salvar el planeta Comet obtendrá la ayuda involuntaria de la Vivian, una estudiante guapísima, una fiera de las finanzas, que ve en la operación una manera de hacer realidad su sueño.
Aunque el argumento parezca girar en torno al fantástico, Macip lo centra en una trama de ciencia-ficción que mezcla elementos tan curiosos como científicos locos, viajes en el tiempo, espectros, visualización a nivel cuántico de posibles futuros a partir de una acción en concreto-alejado, pero, de la escuela de Greg Egan -o agujeros negros que se empeñan en querer destruir el planeta, y una metáfora sublime sobre lo que representa ser dios (o convertirse en dios). Ya se sabe que hay muchas maneras de convertirse en un dios y que hay muchas formas de deidad: La omnisciencia, la inmortalidad ... o el poder.
Macip nos narra la novela en un presente que irradia fluidez en todas y cada una de sus páginas, además combina en capítulos cortísimos las líneas de acción de tres personajes: El mismo Sherman Comet, Vivian y el Sheriff - el antagonista- empeñado en desentrañar un misterioso caso que no le deja vivir, lo que alimenta la amenidad de la novela. En cuanto a los personajes, tal vez aquí habría que añadir que la figura de nuestro particular "Dios" no está demasiado explotada y que sus ambiciones y maquiavélicas intrigas parecen un poco exageradas. En cambio, el personaje principal y el de la Vivian cumplen con creces con su papel.
El Joc de Déu es una propuesta muy amena, llena de vida, con guiños a diferentes colectivos, autoparódica - recuerdo que Salvador Macip es un típico científico de bata blanca y mirada de esas que te dicen que un día intentará dominar el mundo con métodos cuestionables- y en definitiva una lectura muy plácida que engancha y que además te hace pensar un poco. ¿Qué más podemos querer?
La novela ha superado la primera criba de los III Premios Ictineu 2011 y ya está en la final de este año. Sólo la omnisciencia espacio-temporal de nuestro particular Dios sabe en quien recaerá el premio ...
Eloi Puig, 06/10/11
|
|