Hace tres años Gigamesh nos sorprendió a todos con dos volúmenes de antologías de diferentes autores que nos acercaban a lo mejor de la ciencia ficción y fantasía internacional. Los dos volúmenes fueron La vida secreta de los bots y otros relatos —para relatos publicados en 2017— y el presente volumen: Lenguas maternas y otros relatos que contiene relatos de 2018. La idea me pareció estupenda, aunque desgraciadamente parece que no ha habido continuidad. Sea como fuere, en estos dos volúmenes se pueden encontrar verdaderas joyas escondidas como ya comenté con la entusiasta reseña de La vida secreta de los bots.
Este segundo volumen, sin embargo, lo he encontrado más desigual, con cuentos maravillosos y otros que me han dejado frío. Vamos:
Empecemos con el relato que da nombre al volumen: “Lenguas maternas” de S. Qiouyi Lu. Se trata de un cuento que parte con una idea muy interesante: la de vender a voluntad un idioma. En ese futuro que nos presenta la autora existe una máquina capaz de traspasar de un cerebro a otro el 100% del nivel del idioma que conoces. La pega es que entonces olvidas el idioma que te has vendido. Naturalmente hay lenguas como el inglés poco valoradas, pues mucha gente las habla. Nuestra protagonista, de origen chino, quiere vender su nivel de inglés cuando descubre que no es suficiente para los objetivos que busca. Entonces le proponen vender su lengua materna, el chino mandarín que domina a la perfección.
Éste es un tema que me atrae mucho pues no quiero ni pensar cómo sería yo mismo sin saber hablar mi lengua materna [El catalán]. ¿Cambiaría mi identidad, mi forma de ser? ¿Una lengua materna es parte de ti mismo? ¿Y si nos desapareciera de la cabeza? Los catalanes siempre estamos sufriendo por nuestra lengua, bastante maltratada, y tememos su desaparición. No puedo imaginarme cómo sería esto y cómo repercutiría en mi ser. Como comentaba, muy interesante.
En cambio, con “Haz como no me has visto y yo haré como que no te he visto” de Maria Dahvana Headley es una historia en la que no he podido entrar en ningún momento a pesar del ritmo endiablado y la frescura narrativa. Habla de magia ilusoria y de magia real, de un fracasado que merodea por clubs y moteles con sus secretos... pero no he podido con él. Hasta el punto de que lo olvidé casi completamente una vez lo terminé
El mejor cuento de la recopilación para un servidor es sin duda "Intervención" de Kelly Robson, una muy buena historia sobre la crianza y educación de niños en un Sistema Solar colonizado completamente por la humanidad. En Saltador, un asteroide con movilidad artificial se realizan programas de reproducción y educación para preparar a niños que más tarde irán a sitios como Marte o Venus a hacer su vida. Nuestra protagonista, Jules, es cuidadora y se dedica a ello por devoción. Ha visto decenas de chicos y chicas abandonar el nido una vez que llegan a la edad adecuada y están preparados (y nerviosos) para afrontar su vida adulta. Es como una madre para muchos de ellos y en el fondo todos son como sus hijos. Es un cuento emotivo, narrado en primera persona y que nos lleva a planetas, lunas y sobre todo al interior de las personas. Muy muy bien.
Volvemos a bajar un poco el listón con “Cuando no había estrellas” de Simone Heller. Aquí topamos con una trama bastante original donde una especie alienígena se dedica a explorar y pastorear por un planeta semi deshabitado. De vez en cuando encuentra restos de naves donde habitan fantasmas. Nuestra exploradora tendrá que contactar con estos espíritus y aprender de ellos para sobrevivir. Sinceramente es interesante pero no se me ha acabado de ajustar del todo en la cabeza. Sin embargo, correcto.
Acabamos con WIDDAM de Vandana Singh, quizás el cuento con la prosa más elaborada y trabajada, de aquella que te seduce y te transporta sin darte cuenta. En este caso es una historia donde se encara al cambio climático que sufre la Tierra desde hace décadas y donde tres personajes —interconectados en la trama de forma lejana— evidencian los males que la humanidad ha propiciado al planeta. Un informático indio que vive en la contaminada Delhi, una navajo, que trabaja en las fértiles tierras de sus antepasados y un sueco que busca respuestas por la tundra lapona.
Aquí encontraremos reminiscencias al juego Horizon Zero Down (sí, también hay máquinas gigantes ejerciendo órdenes para drenar y buscar valiosos minerales o simplemente agua) pero sobre todo este cuento es una crítica sobre el ansia humana por la destrucción que incluso llega a la Luna. La autora, sin embargo, parece ser un poco optimista con los pequeños gestos (que son poderosos como decía nuestro Capità Enciam) y que siempre existen nuevas semillas de la esperanza y del cambio... para transformar a cualquiera, sociedad o planeta.
Una recopilación, pues, donde me quedo con los cuentos impares y donde no he conectado demasiado con el segundo. Aún así, merece la pena leer historias de autores —en este caso, todas autoras— que tienen su origen o residencia (y por tanto puntos de vista muy diferentes) en lugares tan dispares como California e Idaho en EEUU pero también en Canadá, Alemania y la India
Eloi Puig
19/11/2023
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