Mort
FANTASÍA- HUMOR
 
     
 
 
 
 

Imorth
Mort
(1987)

Terry Pratchett

Editorial:
Mai Més LLibres
(2021)


Colección:
Refugi A'tuin

Serie:
La Mort/ 1

Núm:
---

Páginas:
284

Traductor:
Ernest Riera

Lectura del 1995:





Editorial:
Martínez Roca
(1991)


Colección:
Gran Super Ficción

Núm:
---

Páginas:
236


Serie:
La Muerte/ 1

Traductora:
Cristina Macía

 


 
     
Mort

Si un personaje de la serie del Mundodisco se ha ganado el favor —me atrevería a decir— casi unánime de los lectores es sin duda el de la Muerte. Sí, ya sabéis, esqueleto, guadaña, capucha y un sentido del deber persistente. De hecho, si no me equivoco, este es el único personaje que aparece en todos o prácticamente todos los 41 volúmenes del Mundodisco.

Este fue la cuarta novela que Terry Pratchett escribió sobre este mundo plano que está sustentado por cuatro enormes elefantes que a su vez reposan sobre los hombros de Gran A'Tuin, la tortuga estelar. Y como es lógico, todo mundo debe tener su propia Muerte que conduzca los espíritus de los caídos hacia donde sea que deben ir. Y hasta ahora siempre había sido así, sólo que la Muerte del Mundodisco empieza a plantearse cosas que no van con su naturaleza.

Cómo hacer vacaciones. O intentar divertirse a imitación de los mortales. O jugar a dados.

Como sabéis, La Muerte del Mundodisco tiene un carácter peculiar. Tiene un trabajo estable y un caballo que se llama Binky. Y de hecho una rutina que sólo varía de vez en cuando para decidir a quién visita personalmente — hay personas que se han ganado el derecho de ver su figura justo después de perecer—. La Muerte es una representación antropomórfica de lo que las diversas razas entienden que ha se der la entidad que los debe que venir a buscar cuando mueran —en otros volúmenes conoceremos a la Muerte de las ratas por ejemplo— pero sea como sea, tal vez este hecho, el de ser una concepción tan humana ha provocado que haya tomado una decisión sorprendente: Contratar a un aprendiz para tener más tiempo libre.

Y este aprendiz será Morthimer —Mort para los amigos— que deberá ayudar a su jefe a ejercer su puntual y trascendente trabajo: Realizar la puntilla final que siega la vida a la víctima de turno y decir unas palabras amables sobre lo ocurrido mientras le ofrece unos golpecitos en el hombro.

Morthimer es un chico escuálido que prácticamente no sabe hacer nada bien en su día a día. La Muerte, sin embargo, ve algo en él y lo contrata. Lo lleva a su extraño reino apartado de la realidad donde conocerá a otros humanos que le sirven y le encarga misiones sencillas. Pero Morthimer es un joven que no tolera las injusticias, además de ser enamoradizo y poco versado a las consecuencias fatales que puede suponer cambiar la realidad para impedir que una persona que estaba predestinada a morir... siga viviendo. Pratchett juega con el concepto de romper la estructura del universo, de crear una burbuja de realidad simultánea que sigue su curso, separada de los eventos previstos por el universo. Pura ciencia ficción especuladora y divertidísima, si se permite decirlo, y que aunque está narrada bajo las reglas mágicas que Pratchett diseña en cada libro suyo, no deja de convertirse en un experimento propio de la ciencia del Mundodisco que tanto iremos aprendiendo y descubriendo a lo largo de los volúmenes.

¿Quién realizará mejor su trabajo? ¿El maestro que lleva —literalmente— toda la eternidad ejerciendo o el joven e impetuoso aprendiz, repleto de ideas innovadoras como perdonar la vida a quien no toca? Quizás la Muerte quiere un descanso pero probablemente Morthimer no quiera sustituir a su maestro plenamente. No olvidemos que tiene dieciséis años y mucho camino por recorrer.

"—Tú no eres la Muerte —dijo—, sólo haces su trabajo.
LA MUERTE ES AQUEL QUE HACE EL TRABAJO DE LA MUERTE "

Este es pues, el primer volumen dedicado a esta figura icónica del Mundodisco como es la Muerte aunque siendo estrictos el protagonista es otro: Mort (como lo evidencia la por otro lado magnífica portada de Marina Vidal) y no será hasta el siguiente volumen que tomará más protagonismo la figura delgada y de sonrisa eterna que todos conocemos. En este cuarto volumen y primero de la saga de la Muerte, Pratchett instauró plenamente su estilo que todos conocemos para los libros del Mundodisco: Su humor sutil, sus personajes entrañables y aquí es cuando empezó a experimentar con los pies de página surrealistas que tan bien iríamos conociendo con el tiempo.

Por si fuera poco, era la primera vez que introducía un cameo de otros personajes y sagas. Dejando de lado algunos secundarios como el bibliotecario, aquí podemos ver por segunda vez a Rincewind (protagonista absoluto de su propia saga) y que conoceréis pronto cuando Mai Més llibres publique El color de la magia. Estos toques, estas incursiones entre personajes de otras sagas del Mundodisco serán habituales a partir de ahora y uno de los grandes aciertos de Terry Pratchett que poco a poco iba entretejiendo el entramado de historias y personajes que pueblan el Mundodisco.

Mort fue el tercer libro que leí de la serie en su día (en noviembre de 1995) y me sorprendió, quizá porque rompía mucho con el estilo de los dos primeros: El color de la magia y La luz fantástica, pero al mismo tiempo fue un descubrimiento total sobre cómo escribir humor sin caer sólo en la parodia. A partir de aquí la saga iría in crescendo y abriría nuevos caminos. Imprescindible pues, para entender la idiosincrasia de cómo funciona este Mundodisco, de cómo la obra de Terry Pratchett nos empezó a acompañar para siempre. El siguiente volumen, Brujerías sería antológico y la saga se volvería imparable.

Eloi Puig,
11/07/2021

 

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