Hace tres años leí una de las novelas más innovadoras del panorama fantástico catalán, L'eco del temps (El eco del tiempo). Una obra especulativa y muy enfocada a la física cuántica y en la percepción del tiempo. Es muy complicado encontrar este tipo de literatura publicada en catalán. Hace unos meses, Joan Maria Arenas, y Voliana Edicions volvían a colaborar juntos y sacaban a la calle Nit (Noche), una obra que también fulmina al lector con un protagonismo único e imprevisible: El Tiempo.
Para empezar, hay que destacar la más que excelente portada de la novela que nos traslada a la oscuridad y la soledad: Una negrura completa e impenetrable sólo rasgada por la luz de una ventana. El autor continúa con su fuente de inspiración y nos vuelve a presentar una obra dedicada a la percepción del tiempo pero esta vez, además, bajo una perspectiva de terror psicológico muy angustioso. ¡Oh! Y lo ha conseguido, creedme. Antes de nada, pero, hay que alabar la prosa literaria de Arenas pues está muy por encima de su anterior novela. Si allí se abusa de ciertos pasajes con excesos de diálogos y personajes algo planos, aquí es todo lo contrario: Una prosa firme pero ligera, amena, sin casi un solo diálogo en toda la novela; pero también una prosa absorbente, hipnótica, diseñada para angustiar y transmitir malestar al lector. Chapeau!
Nuestro protagonista es un cabeza de familia que acaba de restaurar una casa de campo situada en lo alto de la Vall de Carreu, una estrecha y larguísima hondonada al este de La Pobla de Segur donde se hace de noche enseguida y donde la oscuridad es absoluta. La casa no tiene alumbrado eléctrico y el móvil se le rompe en un accidente. Debe pasar allí una noche, preparando el terreno para que el resto de la familia (su mujer y sus hijos pequeños) estén cómodos el fin de semana. Pero una vez se oscurece el tiempo actúa, parece, dilatándose. La oscuridad penetra en cada rincón, el ambiente se vuelve salvaje, primitivo. Nuestro padre de familia sufre una desorientación temporal absoluta.
El autor ha separado la novela en varias partes y es la primera donde encontraremos los hechos a los que hay que buscar una respuesta, una solución coherente. En la segunda parte, el punto de vista pasa a su pareja y en otras partes incluso a un narrador omnisciente. Todo ello en una estructura centrada especialmente en dos focos de atención y que navega entre sentimientos de angustia y escepticismo y que parece insistir a que seamos nosotros mismos los que buscamos la respuesta al misterio. En mi caso me ha parecido una idea tremendamente original y bien llevada pero carente en algún momento clave de coherencia entre las diferentes narraciones: El autor mismo insiste en que se trata de tres historias subjetivas y que el lector puede creerse la que más le convenga. ¿Esta dilatación temporal es un fenómeno único? ¿O ocurre en más sitios? ¿Cómo puede ser que su pareja no le afecte? ¿O quizás es ella que padece un trastorno? Son preguntas que habrá que formularse de forma meditada y buscar una respuesta posible.
Está claro que Arenas ha formulado las preguntas adecuadas pero ha preferido desatender el nivel de coherencia con esta búsqueda subjetiva que tenemos que realizar nosotros mismos, pero lo más importante ,creo, ha sido el proceso que nos empuja a llegar al final del libro. Dicha angustia, (por los dos lados protagonistas), el misterio, la inmersión total en la oscuridad y la soledad. En definitiva la gran narrativa desplegada por Arenas, especialmente en la primera parte de la novela que nos deja pegados a la butaca.
Sí, reconozco que me gustan las historias más cerradas, y que sigan unas reglas, sean reales o inventadas. Sí, he disfrutado - una vez más- de la especulación en torno a un fenómeno temporal eminentemente subjetivo. Y sí, el nivel literario ha mejorado ostensiblemente en esta segunda novela. Sólo me ha tambaleado esta ruptura de la coherencia entre puntos de vista, si bien puede explicarse en el subjetivismo de los protagonistas. Así, que quien quiera afrontarse al terror de una manera diferente, quien quiera probar ciencia ficción especulativa desde una perspectiva única ... este es su libro. Leedlo de noche y solos.
Eloi Puig, 03/03/2016
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