Quién teme la murte
CF- REFLEXIÓN
 
     
 
 
 
 

QUI TEM LA MORT
Who feard deah
(2010)

Nnedi Okorafor

Editorial:
Raig verd
(2019)


Colección:
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Núm:
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Páginas:
527

Traductora:
Blanca Busquets

Altres edicions:

Castellà:
2019 Crononauta


 
     
Quién teme la muerte

No os asustéis si empiezo definiendo esta novela de Nnedei Okorafor como una epopeya fantástica, feminista y ambientada en una África subsahariana post-apocalíptica. Naturalmente es una definición escueta, corta y poco precisa pero que resalta los elementos clave con los que la autora construye y desarrolla la historia de nuestra protagonista, Onyesonwu, que significa literalmente ¿Quién teme a la muerte?

Nnedi Okorafor, autora de Cincinnati pero de raíces nigerianas, ha diseñado una fábula que navega entre el horror más realista, el misticismo más tradicional y el sentido de la maravilla en clave fantástica. Combina con acierto aspectos puramente mágicos, ajenos a la razón, con una ambientación desarrollada en pleno desierto después de que un cataclismo eliminara la sociedad humana actual. Después de un tiempo indeterminado, algunas etnias sub-saharianas han creado su propia civilización que arrastran a remolque de las palabras escritas en el Gran Libro, un texto donde se indica claramente que la etnia Nuru es superior a la Okeke y que por tanto tienen el derecho a esclavizarlos y aprovecharse de ellos.

La autora mezcla tradiciones propias de las culturas del África subsahariana (como la ablación femenina) con una trama a priori sencilla que busca realzar el camino del héroe, el proceso de aprendizaje de Onyesonwu en un viaje iniciático lleno de sorpresas. Porque está claro que nuestra protagonista es distinta al resto de sus congéneres: Fruto de la violación de un caudillo Nuru a su madre Okeke, posee rasgos físicos identificativos que le acompañarán siempre y la marcarán como una extraña, como una paria, vaya donde vaya. Ya tenemos aquí la premisa que nuestra heroína deberá superar para alcanzar un reto que tiene marcado con fuego en el cerebro: matar a su padre.

Decía antes que Quién teme a la muerte es una novela fantástica. Esto es evidente pues la autora utiliza elementos como la magia, los dioses y los espíritus en una trama que se adentra en el chamanismo africano para mostrarnos rasgos de su cultura, de las viejas creencias y de mitos bajo un aspecto de realismo mágico que acompaña a toda la narración. Sí, los okekes y los Nuru aceptan la magia y todo lo sobrenatural con aparente normalidad. Este realismo mágico forma parte, pues, de su día a día.

También hay que recalcar el rol de novela feminista que introduce Okorafor: Las reivindicaciones a favor de un mundo más igualitario para las mujeres o la energía que despliega para enfocar problemas que parece no se han arreglado después del holocausto... más bien parecen haber vuelto al punto cero. Las mujeres, a pesar de poseer derechos y naturalmente ejercer de madres, siguen siendo objetivo primordial dentro de las peleas o disputas: Violaciones, vejaciones o la aplicación antiguos ritos tribales como la ablación. Sin embargo, la autora de Cincinnati quiere evidenciar de forma constante que la pasión de las emociones femeninas es mucho más rica e impetuosa que las masculinas. En el caso por ejemplo de la magia, el hecho de que las mujeres posean emociones mucho más intensas y abrumadoras es un hecho que los chamanes temen... precisamente por el miedo de lo que podrían provocar. Es una idea que me resulta atractiva y que bien tratada podría dar por mucho más aún de la importancia que le otorga Okorefor

Fijémonos en que, además, la ambientación (muy tímida) de la novela es en un futuro indeterminado donde las naciones han dejado de existir y el desierto es el amo y señor de las tribus. Cierto es que los Nuru viven cómodamente en la llamada tierra de los siete ríos pero en ningún momento se habla del porqué y de cómo llegó la catástrofe planetaria. Sí, curiosamente que se conservan aparatos o vehículos de épocas pasadas como escuters, tabletas electrónicas, GPS, etc. Todo esto nos transmite una mezcla curiosa donde la autora ha creado un nuevo mundo pero sin renunciar a lo que se podía aprovechar del viejo. Sin embargo este mundo es diferente pues ahora existe la magia y las reliquias del pasado (la chatarra electrónica) han pasado a ser testimoniales. Hemos sustituto la tecnología por el misticismo devolviendo a las tradiciones ancestrales pero con una brizna de modernidad.

Pero volvamos a Onyesonwu: su papel es más destacado de lo que parece pues aparte de representar un icono femenino que se libera de perjuicios y tradiciones para convertirse en libre también al mismo tiempo toma el rol en cierto modo de un mesías que tiene el objetivo de cambiar el status quo con que viven los Nuru y los okekes. Su misión parece privada pero poco a poco también observamos que coge proporciones más épicas y trascendentes para el futuro de su gente.

Nnedi Okorafor nos ofrece, pues, una fábula especial, muy bien narrada, con un estilo propio y con una prosa firme y que quiere ser transgresora en muchos aspectos. Los personajes están bien definidos y los cogemos empatía, aunque hay alguno que otro que parecen más pensados ​​para rellenar la trama que nada más. El ritmo de la novela es constante y efectivo excepto quizás en algunos tramos del tercio final de la historia en que empezamos a tener ganas de que acabe la travesía por el desierto, que la conclusión aflore. Aquí la autora quizás se entretuvo con algunos capítulos que si bien se siguen leyendo de forma impecable, tenían un cierto sentimiento de dejà vu, como de repetición, que provoca una ralentización de la historia. Por el contrario los tramos finales parecen algo precipitados, como si la autora hubiera querido poner punto y raya al relato de forma demasiado repentina, hasta el punto de que el final nos resulta chocante, como si no hubiera prestado suficiente atención a ciertos personajes o no hubiera sabido resolver la acción de forma suficientemente precisa.

En definitiva nos encontramos con una obra muy notable, ganadora a premios tan importantes como el Word Fantasy - entre otros- o finalista del Locus, el Nebula y el James Tiptree Jr - que se dice pronto-  y que si bien nos ofrece una trama poco original en la que se sigue los pasos ya conocidos del viaje iniciático, sí que nos aporta un punto de singularidad tanto por el escenario imaginado por Okorafor como por como la magia, las tradiciones y los mitos africanos son tratados, con aquel estilo más cerca de la leyenda que de la épica. Aunque posee un pequeño desequilibrio en algunos capítulos finales, sigo pensando que es una aportación cautivadora a la fantasía contemporánea que intenta alejarse a su manera los estereotipos de siempre.

Eloi Puig,
18/09/2019

 

Premios:
2010 Carl Brandon Kindred
2010RT Reviewer's choice
2011 World Fantasy
1993 Prometheu
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