Una batalla que acaba cuando empieza el libro. Un Señor
derrocado y una guerra a la vista. Una trama fantástico-medieval
que llevará a nuestro héroe por un camino iniciático
a través de un territorio inospito para tratar de vengar
la muerte de los suyos y devolver a su príncipe el poder
que le corresponde. Con estos elementos iniciales parece que tengamos
una aventura más que sigue la estela de buena parte de las
novelas de fantasía medieval si exceptuamos la total falta
de elementos fantásticos como no sea su ubicación
imaginaria.
Pero este caso es algo diferente.
La Atalaya no representa ninguna novedad, no aporta ningún
argumento nuevo pero presenta un estilo y unos giros argumentales
cuando menos interesantes. La autora nos lleva de un comienzo tenso,
trepidante, rústico, bien firme y con un argumento que si
no original como mínimo es intenso a un nudo y desenlace
completamente diferentes, donde los personajes superan a las situaciones
planteadas inicialmente y donde la acción se resiente más
pero al mismo tiempo el argumento alcanza nuevos retos.
Elisabeth A. Lynn nos plantea una novela con aires feministas,
quizás más bien con aires de cambio, intentando demostrar
que una historia fantástico-medieval también puede
ser protagonizada por mujeres, demostrando que los sentimientos
contradictorios, que el espíritu de lucha, que los héroes
en definitiva, pueden encontrarse en los dos géneros.
Seguramente, el interés que tiene la autora por acercarnos
esta otra realidad puede hacer que el argumento se resienta, que
a veces parezca que se encalle y que otras lo encontremos demasiado
acelerado, pero Lynn tiene la capacidad para crear algunos giros
argumentales y soluciones finales poco esperadas y bien concebidas.
La novela es sólida y la autora consigue lo que se proponía:
Sus personajes no caen en sentimentalismos baratos ni tampoco en
acciones precipitates y gratuitas. De hecho éstos son los
que llevan la voz cantante por encima la historia en sí.
Lynn define muy bien los personajes y su personalidad, a veces maltratando
el interés general del argumeto pero consiguiendo una cierta
empatía con ellos.
La historia se cierra correctamente aunque existen dos novelas
más que completan la trilogía (no publicadas ni en
castellano ni en catalán todavía).
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