Tengo un pequeño
dilema con esta novela. Por una parte es fantástico que se
puedan hacer historias cortas de calidad como ésta sin que
el autor tenga que añadir paja para espesarlas; pero por
otra parte, el punto de partida y el desarrollo de El cant de
les dunes son tan buenos que la novela se me hace corta y espero
un tratamiento más profundo en algunos de los rasgos argumentales
que propone el autor.
La colonización de un planeta llamado
Mnesia es la premisa de donde parte esta historia que especula con
la necesidad de los humanos de emigrar de la Tierra pero también
con la invasión hostil de un planeta que a priori no los
quiere. Mnesia fue colonizado brevemente 400 años atrás
pero los aborígenes del planeta acabaron expulsando a los
invasores humanos. Ahora, cuando la situación política
a la Tierra se ha vuelto más tensa que nunca y todo el mundo
teme una Quinta Guerra que podría destruir la humanidad,
la búsqueda de mundos nuevos donde los colonos refugiados
puedan empezar una nueva vida es primordial y Mnesia es uno de los
principales objetivos. Pero Mnesia está habitado por una
especie inteligente y según todas las teorías vigentes
dos especies inteligentes no pueden convivir sin que una de ellas
extinga la otra. Los humanos han aprendido de los errores del pasado
y ahora llegan preparados para practicar el genocidio.
Jordi de Manuel nos presenta esta historia de
forma sencilla pero efectiva. La novela es original, bien construida
y llevada con habilidad a través de un argumento sin protagonistas
absolutos donde se plantea por una parte la necesidad de la colonización
y por el otro la voluntad de supervivencia para impedir el erradicación
de una especie. De Manuel combina la visión racional y fría
de la misión genocida de los invasores con la percepción
casi poética de la vida de los defensores de forma que los
capítulos están diseñados para que nos muestren
las dos maneras de pensar de forma alternativa; y eso, de rebote,
nos abre las puertas a dos culturas diferentes pero ambas inteligentes:
La eficacia fulminante y sin concesiones de los humanos y la vida
pausada y a veces onírica de los mnesicos.
Como decía, De Manuel nos plantea un
dilema moral pero no profundiza en él, parece que el autor
prefiera que cada uno opine libremente sobre los planteamientos
éticos que propone su obra. El autor asienta unas bases para
un argumento que podría dar mucho más de sí,
que podría tener diversas ramificaciones y vueltas de tuerca
pero no se adentra en ellas. Pero por otra parte el estilo y la
prosa del autor no dejan entrever prácticamente ningúna
fisura, la poca presencia de algunos personajes avalan mi comentario
anterior: No existen protagonistas, sólo peones de una historia
larga y complicada pero explicada de forma breve y sencilla.
Efectivamente, a través de breves descripciones
y algunas pinceladas, De Manuel tiene la capacidad de ofrecernos
un nuevo mundo y una nueva cultura llena de de matices. Una cultura
que no pretende imponernos en ningún momento aunque el lector
normalmente toma partido siempre por la parte que sufre más,
la más débil. La única moraleja que deja sobre
la mesa en el texto es la que interpreta las acciones individuales
cuentan más que las de carácter genérico tomadas
por los líderes.
La lástima, como decía,
es que el autor no explote más las ideas de base para ofrecernos
una novela más consistente y con un final más cerrado.
En definitiva, me ha gustado su sencillez pero creo que me habría
gustado más todavía su complejidad. El instinto me
dice que Jordi de Manuel tiene el suficiente talento para resolver
una novela más ambiciosa de forma efectiva.
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