La muerte es el tema principal de la que parece que King quiera
realizar un pequeño tratado psicológico: Como nos
afecta, como pensamos en ella... como la escondemos. En este caso,
una família que se establece cerca de un cementerio indio
obserbará a través de los meses siguientes como la
muerte se pasea entre sus piernas (literalmente) y comprobaran que
a veces se pude luchar muy poco contra poderes oscuros que provienen
de muy cerca.
Cementerio de animales es una obra correcta, bien narrada,
con aquella prosa fácil de digerir de King que te va sumergiendo
paulatinamente en la mente de los protagonistas hasta identificarte
plenamente con ellos, pero también es una novela demasiado
larga. Hay demasiadas páginas para explicar un hecho terrorífico
(como hay pocos) pero que se dentra básicamente en las últimas
páginas. Eso sí, esas últimas 50 páginas
tienen un ritmo trepidante.
King intenta justificarnos la historia en todo momento: Nos describe
un período largo de tiempo (unos 8 meses) donde va incorporando
pequeños acontecimientos a la familia protagonista para que
las decisiones de estos no sean incoherentes en un futuro. Parece
que King desee que los actos que pueda cometer la familia (o que
le son cometidos) estén justificados con el ambiente y las
emociones que se respiran durant esos meses.
Esto conlleva por un lado que la novela mantenga un argumento casi
perfecto y sin ninguna incoherencia extraña pero también
que durante muchas páginas no ocurra nada de nada. De hecho,
si le quitásemos unas 200 páginas, la novela quedaría
más redonda.
Tal vez este sea uno de los indicios que marcarían a muchas
de las novelas posteriores de King: La excesiva longitud, la paja...
En esta novela aún no es así... por los pelos. Pero
igualmente es una novela recomedada que a además nos plantea
más de un dilema por el que discutir.
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