Por fin, después de un tiempo indeterminado
en el montón de los clásicos no leídos, he
acabado esta obra, considerada por muchos como una insignia de la
ciencia ficción del siglo XX. Y sinceramente el resultado
no ha estado ni mucho menos decepcionante.
Si tenemos que buscar un protagonista común
de las historias que nos narra Ray Bradbury, este sería sin
duda el planeta Marte, pero al autor no le interesa hablar sobre
una posible colonización de Marte con todos los problemas
técnicos que ello conlleva, especulando sobre soluciones
científicas a una colonización del planeta (como haría
años más tarde Kim
Stanley Robinson con su Trilogía
de Marte)
En este caso, Bradbury trata a Marte como una
vía de escape, como una metáfora donde mostrar los
problemas sociales del mundo actual. La prosa, ligera, directa y
poética de Bradbury nos abre la mente a una serie de cuentos
basados en una colonización y descolonización de Marte
del todo imposible: Con demasiados referentes terrestres, con imágenes
y vínculos sociales que solo se pueden dar en el planeta
Tierra pero que explicados en Marte toman un aire más místico...
como si en Marte todo fuera posible. Puede que nos encontremos con
una de las obras de más alto nivel dentro de la CF como vía
para mostrarnos los defectos en un ámbito donde todo es posible.
Crónicas Marcianas está
estructura como un conjunto de 26 relatos que abarcan un período
concreto de tiempo (27 años) y donde todo cabe: El más
fino humor, la nostalgia, la soledad, la curiosidad a lo desconocido,
el ecologismo y muchos otros valores humanos que entre unos y otros
pretenden moralizar sobre la misma base de la sociología:
El comportamiento humano.
Podría destacar cuentos como La Tercera
Expedición y Las Poblaciones silenciosas narrados
con un humor muy sutil del cual no sabes si sonreir o entristecerte:
o el relato ...y la luna continua brillando, seguramente
el mejor del libro y el más impactante por el mensaje anticolonizador
que se nos propone; o el poético La Mañana Verde y el extravagante Encuentro Nocturno. Por ejemplo, en el
cuento Arriba, por en medio del aire encontramos una crítica
feroz al racismo americano y los dos últimos: Vendrán
lluvias suaves y El Picnic de un millón de años el autor escribe sobre la nostalgia.
Como se puede ver, la lectura de Crónicas
Marcianas da para mucho, solo hay que entrar en este juego entre
poético y imaginativo que utiliza Bradbury para que notemos
los problemas que tenemos aquí, en nuestra misma casa, la
Tierra.
|
|