Como es sabido, Tim Powers tiene un estilo propio de crear sus
novelas. Aquella mezcla deliciosa entre fantasía y realidad,
apoyada por hechos históricos contrastados.
Declara no es una exepción a la regla y nos
adentra en un marco histórico muy conocido por todos de mediados
del siglo XX: La Guerra Fría. Powers realiza un ejercicio
muy alabable: A través de la biografía de Kim Philby
que existió realmente y que está considerado uno de
los grandes espías (si no el que más) de la Guerra
Fría a causa de su doble juego entre los soviéticos
y los británicos, engañando durante años a
estos últimos, recrea una historia sobrenatural de consecuencias
casi épicas entre el bloque soviético y el occidental
(En este caso sin los americanos)
En base a esta premisa, Powers nos traslada al mundo de los djinns,
aquellos seres de la mitología árabe que són
esprítus del viento y que tantas veces se nos han aparecido
en la literatura fantástica, desde la conocida Las
Mil y una noches a éxitos tan recientes como El
Último Deseo de Sapkowski. En el libro también
se añaden claves bíblicas como el tema del Arca de
Noé, nombres de peso como Salomón etc...
Pero Powers no controla su obra. En este caso, todas estas increibles
buenas ideas que unidas entre sí forman una novela bastante
coherente, incluso con la mezcla de elementos fantásticos
y reales, quedan difuminadas por un argumento demasiado rebuscado,
con demasiados datos y sobretodo con muy poco ritmo.
Declara no es una novela fácil, su densidad es
tal que hay momentos que te sientes tentado de saltar páginas.
Por un lado se agradece a Powers que haya realizado un trabajo de
documentación tan minucioso, pero este quizás ha alcanzado
un nivel de detalle que ha lastrado la obra. Hay demasiadas páginas
para lo que se quiere explicar, ocurren demasiadas cosas para la
información que encontramos en el libro. Verdaderamente,
después de ver el trabajo monumental que ha realizado el
autor, creo que tiene suficientes datos para realizar una o dos
novelas más ambientadas en la Guerra Fría.
Si a este hecho le añadimos una historia de amor poco creible
y unos personajes que no acaban de gustar, en medio de una novela
caracterizada por flashbacks (que en cierta forma me recuerdan
aquella magnífica obra que es El Manifiesto Negro de Forsyth) que más que aportar aire, acaban por confundir
al lector, tenemos como resultado un libro mediocre, con magníficas
ideas que más que estar mal desarrolladas diría que
están mal dirigidas, con una confusión y una desigualdad
en el ritmo lo suficientemente importante para plantearte si ha
valido la pena dedicar tantas horas al libro.
Seguiré leyendo los libros de Powers, más por el
hecho de que me gustan sus planteamientos e ideas que por la regularidad
que ha demostrado.
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