Estación de Tránsito es una novela llena
de ideas originales pero creo que poco explotadas. El argumento
gira entorno a la crítica antibelicista, la soledad, los
límites de la exploración espacial y la existencia
de una fuerza espiritual que nos guía por el universo.
Hasta aquí correcto. Con estas bases parece que tengamos
una novela al menos interesante, pero repito que las grandes posibilidades
que tenían estas líneas argumentales están
poco desarrolladas y les falta la fuerza necesaria para resultar
algo más que una simple curiosidad.
La llamada "Estación" del título hace referencia
a uno de los miles de centros de teletransportación que existen
en la galaxia, ubicado en este caso en la Tierra de mediados del
siglo XX. Un centro gobernado por un solo vigilante que tiene la
función de ser una estación de transbordo y descanso
a miles de seres extraterrestres que viajan por la galaxia. Este
punto de partida es posiblemente la mejor de las ideas aprotadas
por el autor.
Un hecho que me gustaría destacar es que la novela fue escrita
en 1963, después de la crisis de los misiles cubanos, y esto
creo que queda evidenciado en las críticas a la guerra que
a menudo formula el autor a través de su protagonista absoluto:
Enoch Wallace, el vigilante de la Estación de Tránsito,
veterano de guerra y ahora filósofo. Esta reflexión
sobre la inutilidad de la guerra (Sobretodo la guerra nuclear),
esta camaradería espacial que se intenta transmitir en la
novela pueden ser un reflejo de la aguda situación pre-bélica
(En plena guerra fría) de la época.
En definitiva, una novela que se deja leer bien pero que no cumple
con las espectativas que se presentan en un principio, a parte,
creo que el tiempo le ha pasado factura y se nota algo desfasada.
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