Los premios Nebula son unos de los más prestigiosos premios
que se entregan anualmente a los EE.UU., votados por los integrantes
de l'Asociación Americana de Autores de Ciencia Ficción
(SFWA). O sea, que los propios escritores y editores valoran los
relatos y novelas que les han parecido más interesantes (Siempre
en lengua inglesa). Esta antología, conducida por Ben Bova,
un editor americano que parece ser bastante reconocido en aquellas
tierras ha intentado ir más lejos: Escoger "Lo mejor
de lo mejor": Las mejores obras ganadoras de los premios Nebula
publicadas entre 1965 y 1985. Así pues, tener en las manos
una antología que se titula Lo Mejor de los Premios Nebula ya es de por sí una garantía de calidad.
Las novelas no han cabido (cómo es lógico) de manera
que se han incluido el resto de las categorías: Novela corta,
relato y relato corto. Curiosamente ninguna obra de los 80 ha pasado
la criba, de manera que esta Crême de la crême está compuesta por obras de los 60 y de los 70.
Obviamente, como toda antología, encontraremos obras increíbles
y otras que no entendemos como se han podico incluir. Las temáticas
son diversas aun cuando predominan las historias de viajes en el
tiempo o relacionadas con el tiempo: He aquí el hombre, El vuelo del dragón, Houston, Houston, ¿Me
recibes?, ¡Coge ese zepelín!, Jeffty tiene cinco
años
pero también encontramos cuentos con
aires distópicos (El día antes de la revolución, ¡Arrepiéntate Arlequín!, dijo el señor
TicTac) o otras de temática fantástica (Los dos
cuentos de Leiber, El Vuelo del Dragón o la flojita De Niebla, Hierba y Arena), incluso algunos con carácter
marcadamente feminista como Cuando cambiaron las cosas y Houston, Houston, ¿Me recibe?. En definitiva, algo
de todo en una antología que nos dejará un sabor agridulce
por incluir cuentos oblidables y no incluir verdaderas obras maestras
también ganadoras del Nebula. (Ah! Si Leiber levantara la
cabeza!)
Este compedio me ha servido para conocer autores nuevos, para consagrar
otros y para evidenciar una vez más la opinión negativa
que tengo de alguno en particular. Así pues, Lo Mejor de los Premios Nebula me ha hecho descubrir a Harlan Ellison,
a James Tiptree, Jr y a Anne McCaffrey como autores a tener mucho
en cuenta.
De Harlan Ellison sólo puedo decir que bondades. Hasta tres
obras suyas han sido escogidas por entrar en este "top".
En la primera, ¡Arrepiéntate Arlequín! Dijo
el Señor TicTac, Ellison nos presenta una fábula
con aires distópicos pero escrita con un estilo simpático
y apto por todos los públicos. Una historia sencilla pero
efectiva que busca una reflexión por parte del lector, una
implicación. Una historia con referencias a obras cumbre
como 1984 pero con un lenguaje divertido
y llano, es un buen cuento sobre la esclavitud del tiempo y sus
implicaciones, sobre la revolución y sobre el libre pensamiento.
Posiblemente influyera a aquellos magnífica obra juvenil
que es "Momo" de Michael Ende.
Más adelante encontramos Un Muchacho y su perro,
una verdadera obra de arte , una historia post-apocalíptica
sobre vagabundos y perros telápatas narrada con fuerza, con
una prosa viva, violenta, directa. El autor nos trae directamente
este futuro devastado y decadente con un cuento rompedor que trata
tanto de la violencia, como de la amistad.
Y finalmente Jeffty tiene cinco años, un cuento melancólico
y nostálgico que trata de reojo un problema de naturaleza
temporal: Jeffty hace más de 20 años que tiene 5 años
(literalmente): No crece y su vida queda estancada a esta edad,
pero además es capaz de escuchar programas de radio de veinte
años o ver películas de la misma época. Ellison
nos lleva a leer una de las fábulas más originales
que recuerdo. Es como leer un homenaje a nuestra infancia pero con
dando ánimos por seguir adelante, para pensar que el futuro
tampoco es tan malo. Ellison vuelve a demostrar su imaginación
y su valía, pese a tener un final no del todo clarificador.
También me ha sorprendido muy gratamente James Tiptree,
Jr (Pseudónimo de Alice B.Sheldon) ya que un anterior relato
suyo no me había gustado (La
muchacha que estaba conectada). Una especulaculación
interesante sobre la vida de un ser alienígena es el tema
central del relato Amor se el plan, el plan se la muerte, deliciosamente
escrito por esta escritora. Un relato que me ha gustado por su calidad
literaria dónde los pensamientos narrados en primera persona
del protagonista juegan con una historia bastante innovadora dónde
los protagonistas exclusivos son alienígenas. Quizás
la historia pierde fuerza por el hecho que la vida de estos seres
se asemeja mucho a la de algunos insectos y arácnidos de
nuestro planeta, pero repito que la fuerza y el sentimiento en que
Tiptree ha escrito este cuento me ha dejado un magnífico
recuerdo.
Tiptree nos vuelve a dar una lección de como escribir una
buena historia, en este caso de viajes en el tiempo en la novela
corta Houston, Houston, ¿Me recibe?. Esta obra es
una de las mejores de la antología, tanto por su estructura
como por el argumento en sí. Tiene una estructura repleta
de flash-backs que nos introducen en los momentos más tensos
de la historia dándonos por sabido cómo acabará,
pero también reservándose una buena sorpresa final.
El encuentro por parte de unos astronautas de un mensaje radiofónico
en un lugar dónde no tendría que estar es el punto
de partida de un cuento original y aclapador, que envalentona a
la autora a realizar un ejercicio de crítica sobre el hombre
y sus instintos primarios
Y otro descubrimiento inesperado ha sido Anne McCaffrey y su El
Vuelo del Dragón. Para mí ha sido la verdadera
sorpresa de la antología. Una buena historia fantástica
sobre dragones y viajes en el tiempo que te engancha casi desde
el principio. Escrita con tensión nos explica los problemas
que tiene la civilización de Pern por enfrentarse a unos
fenómenos catastróficos que hacen peligrar la vida
al planeta. Con la ayuda de sus dragones y de un descubrimiento
inesperado habrán de hacerles frente. Hasta hoy no había
leído nada de esta autora pero me ha gustado mucho cómo
ha mezclado la fantasía más pura con temas propiamente
típicos de la Ciencia Ficción más catastrofista
y con las paradojas temporales. Una novela corta que invita a leer
más sobre la autora.
Los escritores consagrados para mí como Leiber, Martin o Silverberg no me han decepcionado, al contrario, se han consolidado más
con una serie de relatos que van de lo interesante a la obra maestra.
Sin ir más lejos, el inigualable Fritz
Leiber presenta dos cuentos: Un relato fantástico
(Voy a probar suerte) magníficamente escrito - como
siempre- pero también poco desarrollado. Con una idea entre
extravagante y delirante nos muestra una partida de dados con alicientes
sobrenaturales; y una obra como ¡Coge ese zepelín! que se convierte en una mezcla de viatje en el tiempo y ucronía
dónde un peatón de Nueva York se encuentra de pronto
en un 1937 alternativo y en el cuerpo de otra persona. Un cuento
narrado con un estilo muy suave dónde los hechos suceden
casi sin querer, de forma fluida y sin obstáculos. Es un
cuento dónde abundan las descripciones detalladas, como le
gustan a Leiber, pero que también intenta aportar un factor
sorpresa sobre el protagonista de manera que mantiene una intriga in crescendo. También es cierto que el final puede
parecer algo apresurado, pero el resto de la historia está
explicada con la maestría innata de Leiber.
Silverberg no
se queda corto y con la magnífica Pasajeros vuelve
a demostrar su maestría con esta obra que combina un adictivo
argumento con la sencillez de su planteamiento: La Tierra ha sido
invadida desde hace unos años por unos seres que poseen a
los humanos durante horas o días y después los abandonan.
Estos no recuerdan lo que han hecho mientras han sido poseídos.
La situación es tan habitual que los humanos se han empezado
a acostumbrar, pero nuestro protagonista de pronto recuerda con
quien ha estado tras la última posesión.
Silverberg, con un estilo fluido y con una prosa muy armónica
nos introduce paulativamente en el drama que viven los poseídos.
Ya incorpora algunos elementos característicos de su obra
como la disección de los pensamientos de los protagonistas.
El primero cuento premiado de su carrera y dónde ya se adivina
su talento. Uno de los mejor cuentos cortos que he leído.
Por su parte George R.R.
Martin nos presenta un relato que mezcla la ciencia ficción
y terror de manera magnífica: Los Reyes de la arena.
Una historia sobre vida alienígena, sobre el placer de sentirse
Dios, un cuento más en la onda de un Stephen
King. Un personaje bien posicionado compra un terrario con una
serie de animales parecidos a los insectos que se ejercen realizando
combates rituales entre ellos y esculpiendo la cara de su "Dios"
en castillos de arena (su Dios es la mano que los alimenta, o sea
el hombre). Lo que no sabe el comprador es que estos seres son mucho
más inteligentes de lo que parecen. Narrado con fluidez,
es un cuento que te engancha desde la primera página y del
cual Martin sabe hacer un buen uso.
Michael Moorcock también me ha sorprendido con He aquí el hombre.
Moorcock es mucho conocido por sus novelas de fantasía épica
pero es la primera vez que leo algo de él relativo a la ciencia
ficción. Y en esta ocasión nos presenta una novela
corta sobre un viaje en el tiempo a la época en que murió
Jesús. Moorcock propone una trama diferente sobre lo que
pasó en Jerusalénen el año 33 de nuestra era.
Pero creo que lo esencial de la historia es más que aporta
una buena dosis de reflexión sobre los parecidos y las diferencias
entre religión y ciencia de manera que adopta un cariz más
profundo.
Y hablante de carices profundos, la novela corta La persistencia
de la visión de Jhon Varley es un buen ejemplo. Este
autor nos presenta una obra mucho original que pretende hacernos
dar cuenta de nuestras carencias pero también de nuestra
capacidad de superación. Un viajero entra sin quererlo en
una comunidad de sordo-ciegos totalmente autosuficiente; Una comunidad
utópica que le enseñará el lenguaje táctil
de las manos, nuevas formas de comunicación y el sentimiento
de pertenecer a un col.lectivo muy íntimo. Tenemos ante nosotros
una obra muy ambiciosa, dónde se describen los sentimientos
a partir del tacto, dónde el autor pretende dotar de un cariz
místico la mencionada comunidad y dónde se hace un
pequeño ensayo sobre un nuevo tipo de lenguaje, totalmente
táctil. No deja de ser poco creíble según los
cánones actuales, pero al menos es un cuento que aporta ideas
y estimula la imaginación.
También ha habido lugar por las decepciones: Por empezar, Roger Zelazny,
del cual ya no le tenía demasiada simpatía, a raíz
de la decepción de Tú,
el Inmortal y que esta antología ha acabado de reafirmar
como un autor que no me gusta: Ni Las Puertas de su cara, Las
lamparas de su boca, una narración intrascendente de
Zelazny ambientada en un Venus imposible que se inspira en el mito
de Moby Dick para describir una relación amorosa en plena
aventura marítima. Confusa, mal estructurada y con un estilo,
como mínimo, arriesgado. No me ha gustado. Ni tampoco El
que da forma, otra obra fallida de Zelazny. No entiendo muy
bien el porqué. La idea es bastante interesante y hay pasajes
que te enganchan pero este autor no estructura bien sus obras y
aún peor: No las sabe acabar. El argumento de esta novela
corta gira en torno a un médico que ayuda a sus pacientes
a superar traumas a través de una técnica de realidad
virtual expresada a través de su mente. Una idea muy válida
aliñada con detalles de calidad pero que no lleva a ninguna
parte. Zelazny vuelve a fallar al final y deja la obra confusa y
desordenada.
El para mí desconocido Samuel R. Delany tampoco lo he acabado
de apreciar bien. Por un lado tenemos Por Siempre y Gomorra,
un cuento corto que arranca un algo desordenado y con un estilo
trepidante pero que poco a poco el autor va cogiéndole el
ritmo y nos abre la puerta a una curiosa especulación de
naturaleza sexual en un futuro no mucho lejano. Interesante por
alguna de las hipótesis que da al respeto. Y por otra parte El Tiempo entendido como una hélice de piedras semipreciosas,
una obra oblidable en muchos sentidos. La verdad es que no puedo
afirmar que la haya entendida al 100%, me ha parecido como si Delany
le quisiera dar un sentido metafórico a la vida del protagonista,
pero realmente no aporta nada nuevo. Mejor pasar página.
Por suerte, tenemos otras obras más interesantes como El
día anterior a la revolución dónde la Señora Le Guin vuelve
a profundizar con algunos de sus temas preferidos: La política-ficción,
el feminismo, los sentimientos íitimos
con este cuento
(antecesor de la obra Los Desposeidos) nos lleva a la mente
de una revolucionaria en los últimos años de su lucha
particular. Una obra enfocada más hacia la búsqueda
interior de respuestas, hacia el sentido de la vida que no hacia
a los aires distópicos a que apunta.
También aprueba el cuento Escultura lenta. Mi primero
contacto con Sturgeon no ha sido demoledor pero tampoco del todo
decepcionante. Otra obra metafórica, una relación
entre un médico y una paciente que obre preguntas y que nos
lleva a reflexionar sobre el papel de los científicos. Una
critica sobre el estado actual de la sociedad y de las multinacionales
que paran los proyectos interesantes si no pueden sacar beneficios.
Todo esto narrado con un estilo sobrio en un cuento que a la vez
tiene momentos delicados y íntimos.
Dejo para el final tres narraciones menores (aunque no tanto como
las de Zelazny y Delany) como son: Cuando cambiaron las cosas,
(Joana Russ). Sencillo cuento con aires feministas que explica el
reencuentro entre la humanidad y una civilización perdida
compuesta por mujeres. Curioso y bien escrito, incluso algo original
pero le falta algo de fuerza para ser recordado. El argumento da
para una mayor extensión del relato.
Clifford Simak nos plantea el viejo tema de la inmortalidad en La Gruta de los
ciervos danzarines, un relato corto escrito con gracia, con
ganas, adictivo, pero con un final muy común y nada trangresor
dónde un arqueólogo descubre unas pinturas rupestres
muy poco comunes.
Y también De De Niebla, Hierba y Arena (Vonda McIntyre),
un relato intrascendente sobre las artes curativas de una serie
de serpientes. Más cerca del fantástico que de la
Ciencia Ficción. Una historia bien escrita, sin pretensiones,
pero que no crea complicidad con el lector.
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