El segundo número
de Miasma llega con algunos pequeños cambios en la concepción
del fanzine: El hecho de que se haya eliminado del índice
la clasificación de los cuentos por el género a que
pertenecen puede producir resultados ambiguos: Por una parte que
cada lector sitúe cada relato en el contexto que vea más
claro (terror, ciencia-ficción o fantasía) pero también
hace que te pongas a leer un cuento sin saber de cuál temática
trata y por lo tanto que puedas escoger menos el orden de lectura.
También se incorpora el primer ensayo: NVMEN. AVERONVM. SADOQVA. Un texto curioso que se basa en la
correspondencia que mantuvo H.P.
Lovecraft con un "discípulo" suyo: Clark
Ashton Smith que pretendía dar forma a antiguos mitos de
la galia pre-romana para adaptarlos a los cuentos que estaba escribiendo.
Un proceso que me ha despertado mucho mi curiosidad mitológica
y literaria, en cuanto a como algunos autores de fantasía
(o terror) buscan agujeros en la historia para manipularlos a la
medida de lo que están escribiendo. El ensayo peca de un
poco denso, sobre todo para los que sólo somos aficionados
a la mitología lovecraftiana, y no unos fans.
El nivel de los cuentos baja comparado con la
primera entrega. Destaca por encima de los otros La postrer sorpresa,
una muy buena aproximación (o quizás tendría
que decir profundización) a la Teoría de Gaia (o Gea
como se prefiera) con sutiles pinceladas de religión, filosifia
y en definitiva de la manera de entender el mundo. Me ha gustado
mucho, un relato bien definido, con unos hitos marcados que resume
en pocas páginas algunos de los miedos o anhelos más
profundos de la mente humana.
Otra oportunidad también es un
buen relato. El ideal de un cuento corto es que tenga una buena
sorpresa final y la verdad es que este cuento cumple con las espectatives.
Corto, conciso y con final interesante. Poco más se puede
pedir de un relato que nos muestra el despertar de un hombre que
acaba de morir.
Del resto, me gustaría destacar la capacidad
narrativa de los autores de El sueño de Raquel y El
carcelero. Quizás a estos cuentos les falta un argumento
más interesante o más conciso. En El sueño
de Raquel, lo primero que me ha llamado la atención es
el estilo en que está escrito. Muy similar a la concepción
que tiene Jose
Saramago para utilizar la prosa: Sin puntos y apartes, sin
guiones, con las descripciones, los diálogos, los pensamientos
todo en la misma frase... es una propuesta de escritura arriesgada
pues hace falta tener mucho de talento para plasmar en un cuento
unas ideas de forma tan densa.
En este caso, el autor se sale bastante bien de la apuesta. El cuento
es dinámicopese a que el argumento en sí no llama
excesivamente la atención. Así pues, como mínimo
felicito al autor por el atrevimiento de su prosa, pues el resultado
no es malo.
En El carcelero se nos muestra una historia
de sueño, de vigila, de realidades paralelas o de viajes
al pasado... ¿todo pasó o fue un engaño de
nuestra mente? Ésta es la idea que desarrolla Daniel San
José para ofrecernos una relato bien escrito y con final
abierto.
En la parte baja, coloco el resto de relatos:
El Éxodo permanente, Un
cuento con elementos bastante originales como son exorcismos a personas
"poseidas" por Dios que se introduce a las míticas
batallas entre los servidores del bien y del mal. Pero es confuso
y está mal llevado, sufre de un estilo un poco brusco y de
un argumento poco ligado. En Yo, Winston aunque no me ha
desagradado la prosa de Gallardo, no le he encontrado demasiado
bien la finalidad de este cuento corto. Poca cosa puedo aportar,
me ha dejado muy frío. Y finalmente, la revisión de
este número está dedicada a Ruben Darío y se
nos presenta el relato Thanatopia posiblemente el más
pobre de los que componen este segundo número. Un cuento
de terror anb transfondo vampírico que no pasará a
la historia.
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