Estoy desconcertado.
No se que opinar exáctamente de este libro. Harrison me desespera.
Me compré la novela hace unos meses, cuando todavía
no había leído la segunda parte, Tormenta
de alas. Creía que esta serie de Viriconium tendría
alguna clase de continuidad, pero no es así: Las tres novelas
son completamente independientes y todavía más, entre
esta tercera y las otras no hay prácticamente ningún
vínculo… sólo el nombre de la ciudad… que
no parece tener demasiado a ver con la misma ciudad descrita en
las otras novelas. Además, mientras que la primera entrega
ofrecía aquella mezcla explosiva entre ciencia ficción
y fantasía y la segunda exploraba otros caminos de la ciencia
ficción, esta tercera abandona todos estos conceptos para
enfocarse en la fantasía pura, sin adjetivos definitorios.
No entiendo como un autor como Harrison, que
me ha demostrado ser poseedor de una prosa poética, de un
estilo barroco pero alegre, capaz de describir a la perfección
según qué aspectos de la ciudad de Viriconium que
seguro hubieran sido diferentemente tratados por otros autores…
sea también capaz de confundir tanto, de vagar por la novela
como lo hace, de provocar el aturdimiento del lector.
La novela ha llegado a ponerme nervioso por
no comprender exáctamente sus objetivos, donde quería
llegar el autor, qué pretendía. Sinceramente, todavía
no lo se. Sí, el argumento de base es interesante….
Una especie de plaga mística asola la ciudad baja de Viriconium
y provoca una languidez, una dejadez material y espiritual tanto
de sus pobladores como de sus estructuras… consigue que las
corrientes artísticas se estanquen, que las casas caigan
a trozos y que la gente vague por las calles sin motivo y sin ningún
hito. En medio de esta plaga, algunos intelectuales de la parte
alta están preocupados por "rescatar" a una famosa
pintora que vive en medio de la extraña epidemia.
Esta es la base argumental, pero es un engaño.
Harrison no deja ver el alcance de la plaga, no explica porqué
afecta a unas personas sí y a otras no (el mismo protagonista
por ejemplo), el porqué se puede entrar y salir de la ciudad
baja y no se evacua sin más problemas a la gente. Nos engaña
porqué en el fondo todo ella es una metáfora compleja
de muchos aspectos que sinceramente se me escapan o de significados
que no he sabido encontrar entre líneas.
El autor me ha hecho releer varias páginas
por no entender el papel de ciertos personajes ni sus motivaciones
personales, su rol en la historia. No puedo valorarla debidamente
pues el mensaje (si realmente hay) del autor no me ha llegado, sólo
algún eco lejano, algún párrafo revelador,
pero no la propia esencia de la historia. Creo que es una novela
muy personal, seguramente con pretensiones elevadas o demasiadas
íntimas. Yo, como lector no la he podido saborear, no la
he desentrañado y por lo tanto no me ha gustado. Supongo
que en parte es culpa de mi atención pero también
en parte creo que el autor no ha sabido comunicar aquello que quería
decir.
Con respecto a los cuentos que acompañan
la novela corta, no diré nada que no haya afirmado ya. Al
igual que los otros relatos que también se incorporaban en
las otras novelas no aportan nada nuevo a Viriconium. El hecho mismo
que no recuerde prácticamente nada de los argumentos de los
otros cuentos que aparecían en Caballeros
de Viriconium y en Tormenta
de alas evidencia el escaso efecto que tuvieron en mí.
Parar finalizar, Arturo Villarubia escribe un
pequeño ensayo sobre la obra de Harrison que nos ayuda a
entender su carrera y que creo muy oportuno y bastante aclaratorio,
pero que no ayuda a elevar la sensación de fracaso que tengo
después de acabar la novela.
Prefiero el primer Viriconium, el de tegeus-Cromis,
a ser posible incorporando la prosa magnífica de Tormenta
de alas. Este tercer volumen sólo me ha traído
decepciones
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