Pórtico es la primera de las novelas que Frederik
Pohl dedica a la saga de los Heechee. Una novela que en su
día ganó algunos de los principales premios de la
CF anglosajona: El Nebula, el Hugo y el J. W. Campbell. No significa
esto - cómo es este caso- que la obra sea imprescindible,
pero sí que tiene un nivel de calidad bastante elevado.
Frederik Pohl es un autor que me gusta. Las otras novelas que he
leído de él -Mercaderas
del espacio y La
Guerra de los Mercaderes- las encontré más completas
pero tanto estas como Pórtico poseen una serie de
características comunes muy interesantes.
Pohl nos muestra en todas estas novelas un futuro imperfecto, con
problemas de superpoblación en la Tierra, con escasez de
recursos naturales -prácticamente inexistentes- y con verdaderos
problemas sociales.Pórtico no es la excepción
y a la original propuesta argumental de la novela se le tiene que
sumar precisamente esto: La ambientación pesimista, casi
decadente dónde viven sus personajes, sus miserias, sus preocupaciones
y en definitiva su visión de futuro egoïsta, dónde
priman los intereses personales al bien de la humanidad.
La raza denominada Heechee existió al menos hace
medio millón de años y se conoce bien poco de ella,
pero el hallazgo de un arsenal de naves en un asteroide próximo
a Venus propicia que los humanos las utilicen. El problema es que
no saben cómo: Las naves están programadas por ir
a un punto del espacio y después volver, este punto puede
aportar nuevos descubrimientos sobre los Heechee y sobre
los misterios del universo para el hombre pero también puede
significar la muerte. Buena parte de los pilotos que se aventuras
a explorar con naves heechee no vuelven nunca o vuelven destrozados.
A este interesante punto de partida se le tiene que sumar la estructura
de la novela. Por un lado Pohl nos muestra el análisis psicológico
en el presente de Bob Broadhead, un prospector retirado que padece
graves problemas de personalidad y culpabilidad; y por la otra,
el mismo Broadhead nos ilustra sus experiencias en Pórtico,
la base dónde se entrenó y realizó los viajes
con las naves Hecchee.
La novela aborda los problemas del presente con la visión
del pasado del protagonista de forma lo suficiente interesante pero
sin que el lector se identifique demasiado. A menudo las sesiones
con el psicólogo resultan repetitivas. Del mismo modo los
hechos ocurridos en el pasado también pueden resultar repetitivos
en el tramo central de la historia.
Un hecho curioso de la novela es que el autor ilustra como es la
vida en Pórtico a través de cuadros explicativos insertados
en medio de la narración: Cuadros dónde se explica
desde como es un agujero negro, a los anuncios personales que puedes
encontrar en esta base. Es una idea original pero de que tiene doble
filo: Sí, nos muestra perfectamente este ambiente pesimista,
angustioso, restrictivo de la vida en Pórtico pero también
rompe a menudo la acción de la novela a no ser que sean leídos
al final del capítulo.
En definitiva, una obra original y bien estructurada pero que peca
de poco desarrollada. Esto quizás se dará en las otras
partes de la saga. Pero por ahora, consigue interesar al lector
en casi todo el libro pero sin motivarlo excesivamente a continuar
la mencionada saga.
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