Cuando uno se pone a leer el título de esta antología le vienen a la cabeza diversas imágenes relacionadas con naves espaciales y especies extraterrestres come hombres, vaya que si estuviéramos hablando de cine estaríamos pensando con el paradigma de la película de terror en el espacio: Alien, al octavo pasajero. El caso es que la temática que se buscaba para este decimotercero número de Libro Andromeda era precisamente esa: El terror en la ciencia-ficción. Es lástima que sólo una tercera parte de los cuentos contengan estos dos ingredientes y no es para desmerecer al resto, si no por qué eso significa que el título no nos dice toda la verdad.
La portada también impresiona, porque de terror en el espacio o de terror cósmico tiene más bien poco. Más bien parece la portada de una película de terror adolescente o uno de aquellos anuncios provocativos de la casa Benetton. Pero todo esto no viene el caso pues cómo se dice normalmente, lo importante está en el interior. Y aquí sí que quiero felicitar a los compiladores porque el nivel de los relatos es en general bastante elevado. Encontraremos, como decía, relatos de terror ambientados en un entorno de ciencia-ficción (los últimos) y también otros más encaminados hacia la fantasía. Sólo uno de ellos podría decir que trata el terror sin aventurarse en el terreno fantástico.
He notado que la tendencia en los relatos de ciencia-ficción terrorífica es la falta de esperanza y la resignación. Estamos hablando de relatos que interponen un hecho inalcanzable que no puede acabar bien. No encontraremos demasiados happy ends o giros argumentales que provoquen heroicidades de última hora. Los autores han preferido ser consecuentes con los temas que tratan y arrastrarlos hasta las últimas consecuencias.
La antología empieza con dos ensayos: "Lo fantástico que llamamos terror" y "El don de lo macabro". En el fondo los dos tratan del temas parecidos: La lucha entre la razón y las supersticiones, los miedos etc... El primero se estructura comparando descripciones y definiciones de diferentes autores a la hora de tratar el tema del terror y a pesar de empezar bastante bien, resulta un poco demasiado largo y repetitivo. El segundo ensayo, "El don de lo macabro" no se moja tanto a la hora de opinar sobre el fenómeno del miedo y el terror pero está escrito de forma más amena, me atrevería a decir que es más poético (si eso es posible en un ensayo) y que acaba resultando más conciso.
En todo caso son un buen planteamiento para una antología de terror, aunque me esperaba más profundidad para abordar el terror en el espacio debido al mencionado título de la antología. Pero centrémonos en los cuentos:
Empecemos hablando de David Mateo que con el cuento "Los celadores de San Patricio" ha alcanzado el 100% de lo que pretendía la antología: Narrarnos una historia de terror en un ambiente de ciencia-ficción. Y no es fácil porque es de los pocos cuentos que me ha hecho sentir una angustia y un malestar constante mientras lo leía. La historia nos hace sufrir en propia piel el terror, el desconcierto, el miedo y la desesperación de una chica que de la noche al día se encuentra recluida en un psiquiátrico mientras le insisten con que todos los recuerdos que tiene hasta entonces son fruto de su imaginación. La prueba más tangible es que está a punto de dar a luz cuando ella recuerda claramente que el día anterior no estaba embarazada. Excelente.
También muy bueno es el relato "Oscuro" que nos abre las puertas a los miedos infantiles. La oscuridad es el eje por donde la imaginación de un niño avanzará luchando contra el miedo a lo desconocido, a todo aquello invisible que tenemos a dos palmos de los ojos pero que no podemos ver. Una lucha constante entre la razón y el miedo en la mente de un niño. Muy recomendable.
Jordi Lopesino nos presenta " Sin cobertura", una historia original que bebe de la mitología griega para ofrecernos unas buenas dosis de terror marítimo. Narrado en dos tiempos, el cuento se muestra abierto y ameno y resulta más que entretenido. Un final impecable como colofón. Recomendado.
Otro cuento bastante interesante es "La Estrella muerta". Posee elementos típicos de la ciencia-ficción más cibernética y resultan palpables algunas influencias cinematográficas. Es un cuento un poco desajustado porque se recrea mucho en explicaciones técnicas sobre el funcionamiento de la nave, interesantes, pero que sólo posponen el desarrollo del argumento. Éste es bastante simple en el fondo: Una nave viaja para investigar la desaparición repentina de una estrella próxima. Se supone que ha hecho oclusión y que ha formado un agujero negro. Pero esta separación forzosa entre los preparativos del viaje, los temas más hard y la aventura en sí hace que el cuento resulte descompensado. Sin embargo tiene un final inesperado que cierra la historia de forma bastante imaginativa.
"El Templo del deseo de Satán" está muy bien escrito y parte de una base oscura, más cerca de la fantasía heroica que podrían encontrar en las historias de Conan pero sin héroes musculosos. Aquí los protagonistas son los adeptos, los acólitos, las posesiones infernales y todo aquello que rodea al mundo de los sacerdotes. Por momentos me ha recordado novelas de temáticas afines como ¡Hágase la oscuridad! Su punto fuerte son las partes descriptivas que el autor aprovecha bastante bien para sumergirnos en el ambiente.
También recomendado es "Carta en Consolación Luna", una historia que se adentra ya de pleno en el fantástico para insinuarnos más que mostrarnos el terror de la noche y la niebla. Se deja leer bastante bien. Ahora bien, el título no acompaña demasiado.
Del mismo estilo es "Malsana brisa", otra historia con fenómenos naturales inexplicables que forman parte de nuestros miedos. Aquí también el terror es más insinuado que real.
Si volvemos a fijarnos en la ciencia-ficción, nos encontramos con dos historias más: "Código de acceso" de Domingo Santos, un relato sobre el apocalipsis informático y las nuevas reglas que surgen después. Bien llevado pero con un final un poco fácil.
Y también a " De todos los finales el final" leemos un cuento sobre apocalipsis y genocidio ... en este caso humano. Un cuento más intimista, protagonizado por una sola persona y más encarado a la contemplación de los temores del último hombre libre sobre la Tierra. Curioso.
En la parte más baja encontraríamos "Cama Dragón" y "Ese olor". El primero tiene la particularidad de usar un lenguaje muy coloquial en los diálogos y las situaciones cotidianas que te hace sentir cómodo pero que no te deja ver realmente el trasfondo de la historia. Ésta resulta poco desarrollada o quizás es que el autor ha pretendido que el lector saque sus propias conclusiones.
El segundo es una historia con poca chicha que se basa en el tema de las supersticiones. No nos aporta ningún tipo de intranquilidad. Es un cuento que quiere trabajar el famoso "por si acaso" que todos tenemos en la cabeza cuando realizamos algún tipo de ritos para evitar desgracias.
En general, cómo decía, una selección bastante interesante de relatos de terror. Pocos de ellos nos harán sentir incómodos en su lectura. Sólo "Los celadores de San Patricio" y algunos momentos de "Sin cobertura" consiguen provocar esta sensación pero el resto tienen un nivel más que aceptable que compensa de sobra su lectura.
Eloi Puig, 17/06/07
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