El verano para mí es una época más propicia para leer cuentos y revistas. No porqué me relaje más, pero sí parece que encuentre más agujeros en la pila, o al menos me los busco con más intensidad. Lo cierto, sin embargo, es que he tardado demasiado en leer este número 20 de la revista Catarsi pues salió el año pasado. Y me arrepiento de no haberla atacado antes porque creo que nos encontramos ante unos de los mejores números de la publicación.
Para empezar, quiero destacar la portada de Ion Ander Ramírez, también una de las ilustraciones que más me han gustado e impactado en los últimos años de la Catarsi. Excelente. Pero pongámonos con el contenido: La Catarsi 20 nos ofrece 5 cuentos, de los cuales cuatro se decantarían más para la Ciencia-Ficción y el último por la fantasía más pura.
"Lladre de futurs" (Ladrón de futuros) de Dwayne Minton es un buen ejemplo de cómo visionar futuros cercanos con tendencias distópicas y como especular con el sentido de la maravilla que por momentos parece fantasía pura. El relato está ambientado en una indonesia repleta de gente y con escasez de recursos donde todo el mundo sobrevive como puede. Las comparaciones con novelas mucho más desarrolladas que también transcurren en el sureste asiático como La chica mecánica de Paolo Bacigalupi son inevitables. Pero aquí se acaban las semejanzas pues "Lladre de futurs" mantiene una dirección diferente y en vez de centrarse con las penurias de la población enfoca su atención con un personaje que puede robar las líneas de futuro de sus víctimas. Normalmente para luego pedir un rescate (de lo contrario la víctima queda en coma). Es interesante y también inquietante esta idea y Minton la desarrolla con eficacia bajo una perspectiva propia de las novelas de espías y de los pandilleros de los barrios bajos. La conclusión final es notable pero aquí sí que he echado de menos algo de profundidad en el hecho de saber cómo se roban estos futuros. Sin embargo, muy entretenida.
Simon Kewin presenta "L'assaltadora” (La asaltadora), un título feúcho para una historia muy notable donde un empresario se verá inmerso en un complot informático cuando atraviesa los portales de teletransportación que cubren como una red la Tierra. Aunque presentarnos esta tecnología como un hecho cotidiano, el autor va más allá y nos escribe sobre las posibilidades que tendrían ciertas organizaciones criminales para incidir en ella y sacar beneficio. Muy buen cuento también
Jean-Louis Trudel ya es un pequeño clásico dentro de la Catarsi y repite en la revista tras su paso por el número 18. Y si en ese cuento ya realizaba una crítica contra las multinacionales ambientada en futuro que está en la vuelta de la esquina, en este excelente lento relato también nos acerca a una visión deprimente de hasta qué punto las multinacionales pueden atacar a las personas a través de la publicidad (en este punto no puedo dejar de pensar en aquel gran clásico de Frederik Pohl que es La guerra de los mercaderes) utilizando virus que afectan a la piel humana para que se conviertan en anuncios de marcas comerciales (algunos efímeros, otros más permanentes). Pero, además, Trudel aborda el cuento con otra capa, la de los sentimientos encontrados sobre un chico que intenta salvar a su amada que tiene grandes problemas inmunológicos debido a dicho virus. El final, inmenso.
Pol Alonso también lo conocía de la Catarsis 16 donde escribió un relato que recuerdo muy bien narrado. Y "Sally" no es una excepción: También es un muy buen cuento y se desliza entre la frontera de la ciencia ficción y el terror. En este caso nos presenta unos laboratorios donde se investiga con el lenguaje de una planta modificada genéticamente, una hiedra llamada "Sally". Quizás la resolución parece fácil o incluso poco original pero me ha dejado buenas sensaciones. Sí, añadiría algunas páginas más que desarrollaran la relación del lenguaje entre Sally y su científica cuidadora pero en definitiva es un cuento que engancha.
Aidan Doyle cierra la selección de relatos con un intento curioso de acercarnos a la mística oriental. Y lo hace con "Verd Hokkaido" una historia ambientada en Japón donde un hombre, cansado de la vida estresante del trabajo realiza un viaje de peregrinación a un lugar supuestamente mágico de Hokkaido. La historia en sí me ha gustado aunque la resolución final la encuentro poco trabajada.
En definitiva, me atrevería a decir que la Catarsi 20 es de las mejores lecturas que he tenido de la revista. Con lo bueno y mejor de autores extranjeros y también con un escritor de casa que parece cada vez más cómodo ofreciéndonos buenos relatos.
Eloi Puig, 17/06/2018
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