Carai con la gran cubierta que nos presenta Célebre Editorial y que refleja muy bien el aire misterioso, casi siniestro que esconde la ilustración del refugio de montaña llamado Trencalòs (Quebrantahuesos) -—y que de paso, da nombre a la novela de Francesc Pujol—. Y lo cierto es que, siguiendo con el aspecto misterioso de dicha ilustración, la novela se aparta de clichés y estereotipos para ofrecernos una historia que se aleja bastante de lo que nos esperábamos a priori. Y eso siempre es positivo.
Quizás sí que los spoliers que nos proporciona la contracubierta ya nos ayudan a situarnos en una trama arriesgada y poco lineal, que puede ser tanto una delicia como un pequeño rompecabezas que no siempre es dirigido con autoridad.
Vayamos por partes: Stefan Hedin es un explorador veterano, gran viajero y divulgador que parece retirado de la civilización llevando un refugio de alta montaña donde escribe un libro sobre su vida. Pero poco a poco se da cuenta que tiene espacios vacíos en la memoria, fragmentos que ha olvidado inexplicablemente pues la mayoría forman parte de su trabajo y son hechos capitales dentro de su vida. En el refugio aparece una periodista que le anima a remover su pasado porque busca cierta información y poco a poco Hedin va recordando, a través de flahsbacks, sus inicios como explorador, su antigua novia y especialmente aquellos espacios en blanco de la memoria que tanto le angustian: la expedición a la selva amazónica peruana en busca de una ciudad perdida.
Pujol nos aporta una primera parte de la novela sin obstáculos pero añadiendo poco a poco misterios y situaciones incómodas para nuestro protagonista, pues a menudo tiene que hacer frente a otros personajes que llegan al refugio buscando ayuda y que parecen querer formar parte de una vida que ya tenía olvidada. El autor, pues, nos engancha con la dosificación de esta información, a pesar de los largos capítulos de recuerdos donde podemos ir situando a nuestro explorador cuando era mucho más inexperto. Es un baile de pasajes constante que nos lleva del presente donde los enigmas reclaman nuestra atención inmediata, y al pasado, donde la historia es más tranquila y no nos sobresalta con episodios inquietantes.
Sin embargo, en la segunda parte, el autor vierte en su trama todo la energía para poco a poco ir encajando las piezas del puzle y traernos a elementos muy propios de la ciencia ficción especulativa entorno a los universos paralelos y a las paradojas temporales pero también tengo que decir que me he encontrado a gusto sólo en parte. Desconozco si no he sido lo suficientemente atento a la trama o si el autor ha descuidado alguna que otra explicación pero el tramo final de la novela es suficientemente intenso para tener que releerlo y me he encontrado algo desplazado en la comprensión de todo ello.
El estilo de Pujol es ameno, con una narración amable pero a veces lo he notado un poco acartronado, como si necesitara explicar muy bien todo lo que piensa o hacen los personajes. Es un autor muy paciente con el lector quizá por el miedo que este no entienda su idea y en parte es lógico que sea así, pues como decía la trama especula mucho y además no sigue una dirección sencilla, pero quizás pienso que en ocasiones ha pecado de prudente. Paradójicamente en algunos párrafos usa palabras, cultismos, que suenan demasiado artificiosos, poco naturales y que no conjugan con la acción que se está describiendo. No me malinterpretéis, no es que Francesc Pujol no escriba correctamente —al contrario—, sino que he notado que en algunas ocasiones las palabras escogidas no se adecuan a un texto dinámico y me provoca salir momentáneamente de la lectura que estoy haciendo.
Los personajes secundarios no me han atraído mucho la atención. Desde diálogos poco naturales hasta conversaciones medio en italiano, medio en catalán que me han parecido un poco estereotipadas y simples. Pero para mí, dejando de lado la atracción que me pueden hacer los elementos de ciencia ficción, el fuerte de la novela se centra en la ambientación —tanto de la zona del refugio como los escenarios del pasado— y es aquí donde me he sentido más a gusto: en la insinuación, en las sombras, las tormentas, el infierno verde de la Amazonía etc.
Una novela temprana que establece una visión, al menos, bastante interesante de los universos paralelos con una trama expuesta al riesgo de si el lector podrá captar en toda su plenitud, sujetada con una prosa correcta pero donde a veces se notan sacudidas en un estilo que no siempre se lee con naturalidad.
No encontraréis, sin embargo, cada día novelas en catalán que se atrevan a adentrarse en los temas que expone Francesc Pujol.
(...) "No es sencillo Stefan. Desconocemos tanto... Ya te lo explicé una vez. Hay tantas como te puedas imaginar, de realidades. Cada mundo es pensado, escrito o soñado por alguien en otro mundo. Sólo tienes que abrir la mente para que los puedas crear "(...)
Eloi Puig
31/07/2020
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