Esta es la cuarta antología que leo de manos de Ediciones Nevsky y la experiencia previa al respecto ha evidenciado que puedo estar tranquilo porque nunca me han decepcionado. Es más: Tanto Karin Tidbeck, Nina Allan como Anna Starobinets me han complacido mucho, acercándome relatos de género fantástico diferentes, concebidos para hacer pensar al lector y no sólo para entretenerlo. Ángel Luis Sucasas es el primer autor masculino (si exceptuamos a Lovecraft) que he leído en Nevsky y también puedo afirmar que se encuentra a la altura de las chicas en nivel cualitativo y de imaginación.
La gracia de una antología tan personal como La tercera cara de la luna es que explora rincones del fantástico que por una razón otra cuesta que se publiquen en nuestro país. El lector se adentra en el fantástico menudo persiguiendo la fantasía épica y heroica pero olvidándose del surrealismo, el terror sutil, la distopía fantástica, los mundos oníricos o las implicaciones divinas y los asuntos de los hombres. Como ya habréis adivinado, estoy resumiendo, torpemente, algunos de los temas que podemos encontrar en la presente antología.
El comienzo es inmejorable con "El cuento de la Dama Blanca" una revisión extrema del mito del licántropo. Un cuento ambientado en la Rusia profunda en una familia de hombres lobo que en un momento dado se ven obligados a adoptar un niño huérfano después de matar a sus padres. Un relato que combina la sensibilidad con la violencia visceral, los cánones de la tradición marcada por los clanes de hombres-lobo con escenas propias del crimen contemporáneo. Todo un hallazgo, escrita de forma intensa pero también escondiendo mucha delicadeza. Excelente.
Pero si este relato nos ofrecía una entrada más o menos esperada al mundo fantástico de Sucasas, el segundo cuento empieza a romper moldes y se aleja de esta fantasía terrorífica de la que estamos más acostumbrados. "El último amanecer" tiene una estructura de puzzle, casi de fix up donde se nos desvelan extraños fenómenos que van ocurriendo por todo el mundo. Cada historia - de no más de dos páginas- ya de por sí es una pequeña joya pues aquí más que nunca se demuestra el valor de un escritor cuando con pocas líneas es capaz de perfilar una personalidad de un personaje o describir con total claridad una escena que a priori parece poco enfocada. Sucasas hace un ejercicio que me recuerda al gran Frederic Brown y sus cuentos cortos. Todo ello para desembocar en un final demoledor, fantástico, apocalíptico, absurdo incluso. Pero que le da una visión extraña y fascinante a un cuento que merece ser degustado y releído.
"Por tí" es un relato onírico, un viaje astral a las profundidades de la mente, con reminiscencias sobre la muerte y la pérdida de seres queridos. Lo curioso del caso es como el autor plantea este escenario: En medio de una conversación informal y unos ritos de preparación, de forma muy casera, casi entrañable. Un cuento curioso.
Los dos cuentos que siguen vuelven a romper esquemas. "El ocaso de los sueños" es una revisión de la pura fantasía épica realzada a niveles difíciles de describir. Una era pre-humana pero que podemos entender por tratar de temas tan nuestros como la venganza, la guerra, el odio o el amor. Una mezcla escrita para no dejar indiferente, no tanto por el argumento de trasfondo sino por las exaltaciones y los escenarios que nos propone el autor. Interesante.
No se si alguien antes había acuñado esta expresión que diré ahora, pero creo que es la que le mejor le sienta: "Más allá" es fantasía hard. Sí, un argumento épico, salvaje, extremo. También posee una visión de miras inalcanzable, casi infinita sobre la eterna batalla entre el bien y el mal, con pinceladas de ciencia ficción por medio. Pero es un cuento duro, espeso, difícil de digerir, que te traslada a unas realidades imposibles de definir con precisión. El autor se mueve con elegancia pero sin aportar ninguna regla, ningún lugar donde el lector se pueda agarrar para no volcarse dentro de este torbellino de realidades y tiempo en que se ve inmerso el cuento. Me gusta por el punto de que es fascinante pero me desconcierta por la falta de referencias donde poder sujetarnos mientras leemos. Fantasía hard, recuerde el concepto.
En "La sonrisa y el Reflejo" se juega un juego de espejos y de realidades que no me ha terminado de cuajar. Una prosa eficiente al servicio de un cuento demasiado confuso para mi gusto sobre la búsqueda de la propia identidad.
Dejando de lado estos tres últimos cuentos complicados -en el sentido que piden una atención especial del lector-, "La ofrenda" es como una bocanada de aire fresco, Su comienzo es sublime: un padre perturbado ofrece una ofrenda a una deidad de la ciudad y comienza a contar el calvario que ha pasado para llegar hasta allí, compaginando el pasado y el presente, esperando una respuesta, una señal que es escuchado. Un cuento que merece un excelente pero que tiene un final demasiado repentino; le faltan algunas líneas más, algunas palabras más clarificadoras que sentencien debidamente.
"El día que dije no a un imperio" también parece un cuento que a priori nos lleva por senderos conocidos y palpables pero que de golpe se targiversa para mostrarnos realidades que no percibíamos. Muy bien narrado, nos cuenta la historia de un hombre, un pobre desgraciado que vive en su parcela otorgada y de donde no puede salir - nos movemos en una elevada ambientación distòpica- y que un día se encuentra el cuerpo de una chica bellísima. También este cuento, como decía, de golpe se tuerce para que la fantasía aflore por los cuatro costados. Quizás un poco demasiado inocuo al final para mi gusto.
Otro de mis relatos favoritos es "La despedida"; una historia de las que matarías para saber más. El escenario: Un futuro desconocido donde una tribu de niños vive como máximo hasta los dieciséis años, fecha en la que son llevados al bosque. Unos niños que han tenido que aprender a defenderse de los Pálidos, que cobran vida al atardecer; un mundo donde los niños nacen como por arte de magia de las plantas del bosque. Una historia de amor y una transformación que en la escena final me hace recordar algunos de los momentos más memorables de Los propios dioses de Asimov. Como decía, excelente por perturbador, misterioso e inverosímil. Ojalá un día sea la base para una novela.
Cambiamos radicalmente de escenario y trama argumental nos topamos con "La llamada del cazador", una pequeña epopeya de la hija de un jefe de una tribu que un día comete un pecado mortal al ver como su madre yace con su padre muerto - que viene una vez al mes a visitarles- Una historia de chamanismo y profecías que quiere abrir la mente a la otra vida de forma bastante acertada.
Volvemos a las divinidades y sus influencias sobre nuestra vida terrenal con "Omeyocán", una historia contemporánea sobre matanzas de narcos en algún lugar aislado de Latinoamérica - pero que debe estar ligado a la cultura maya lógicamente-. Como decía, una masacre provoca que el dios Omeyocán a través de un avatar humano, tome partido. Sangre y visceras, violencia y mala leche.
Los últimos dos cuentos son aportaciones poco desarrollados en mi opinión: "El mago del doble cuerpo" es una aventura poco clara sobre un artista que es dos personas a la vez. Demasiado para mí. Y "Máscaras" es una representación totalmente surrealista con trazos de terror sobrenatural. Poco interesante.
La tercera cara de la Luna cumple con las expectativas de convertirse en una muy buena antología fantástica, aplicando este concepto de forma amplia de modo que encontramos muchos aspectos del género más que inquietantes, algunos de los cuales valdría la pena explotar más a fondo. La fascinación es lo suficientemente grande para que incluso, todo lo que no entendemos por no poseer una mente suficientemente abierta nos haga reflexionar mínimamente sobre el fantástico que se esconde tras la épica tradicional.
Muy bien como siempre, la edición de Nevsky Ediciones que nos siguen ofreciendo productos de calidad que difícilmente el gran público sepa apreciar.
Eloi Puig. 20/03/2015
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