Siempre que escribo una reseña intento pensar primero en los aspectos positivos de la novela, aunque esta no me haya gustado nada. Al menos para destacar los aciertos del autor y motivar a seguir mejorando estos aspectos positivos y quizás sugerirle cambiar el enfoque a los más negativos. Todo esto siempre según mi punto de vista subjetivo, claro.
Pero hay veces que no tengo argumentos para justificar puntos positivos de una novela, y este es el caso. Estoy convencido de que el autor escribió con toda la buena intención de construir una obra agradable, con un misterio y con unos personajes ambiguos que no sabes por dónde saldrán y que supuestamente anclarían en el imaginario del lector.
Pues no.
No ha sido así: Para empezar la novel peca de poco original -de acuerdo, un hecho menor hoy día-, aunque el arranque de esta hacía prever una trama diferente: Unos pescadores vuelven a tierra después de faenar unos meses en el mar cuando de repente, a Bienvenido, el protagonista absoluto de la historia, presuntamente lo violan después de una noche de borrachera. Al mismo tiempo que otro marinero es encontrado muerto, a Bienvenido se le aparece en sueños una criatura que afirma residir en su interior e insiste en que ambos están conectados por un vínculo especial. Todo ello ambientado en parte en un barco en alta mar y en parte en el puerto de llegada -posiblemente Galicia o la costa norte española- entre escenarios homófobos de una exageración que resultan totalmente increíbles de asumir.
De acuerdo que no se especifica la época en que transcurre la acción -y que podría dar más o menos juego al tema tabú del homosexualidad- pero el rechazo unánime a esta y la reacción tan poco realista de los personajes secundarios provoca una pérdida de la credulidad constante mientras el lector lee estupefacto la poca verosimilitud de los comentarios y diálogos de los marineros. Quizás el tema del machismo, implícito en las relaciones familiares de los marineros sí está bien hallado y ahí sí creo que el autor ha acertado.
La primera parte de la novela es una aproximación farragossa a la historia que explica el espíritu. La verdad es que las vivencias de su familia, vinculada al legendario Vlad III, alias "Drácula" es soporífera. Personajes estereotipados en una recreación que no aporta nada a la novela y que cansa al lector. Los líos de faldas de la familia del espíritu son demasiado complicados y no dan jugo a la historia principal; son por tanto totalmente prescindibles. Cierto es que el autor se esfuerza por dar cierta verisimilitut a la presencia de dicha criatura en el cuerpo de Bienvenido, pero no creo que las parrafadas sobre su anterior vida - y las continuas y estúpidas interrupciones por parte de Bienvenido - sean la mejor manera de hacerlo.
Por otra parte, la segunda parte del libro está ambientada en tierra firme y el peso de la narración recae en la investigación policial sobre los hechos ocurridos en el barco de pesca. Tampoco mejora mucho la cosa y eso que los diálogos con el espíritu vampiro son más bien escasos. Sí hay que decir que el autor consigue cerrar la historia razonablemente bien, atando cabos y eso siempre es de agradecer y que a pesar de tener un final un poco ambiguo este no desentona en la trama.
También hacer constatar que el hecho de poner muchas comas y signos de interrogación donde no tocan, olvidarse acentos y en definitiva leer algunas expresiones mal redactadas no ayuda a formarse una buena idea de la novela. La corrección por parte del editorial ha sido nefasta y los continuos errores, aunque poco graves, son tan frecuentes que le frustran a la lectura.
Y nada más, un título que a priori parecía humorístico -quizá por ilustración de la portada que me pareció muy divertida e ingeniosa- y que lejos de resultarlo nos muestra una nueva versión del mito vampírico, en este caso también con pequeñas dosis de psicología barata y una ambientación, me atrevería a decir, poco realista. Pero claro, yo no soy ni marinero ni gallego y mi percepción puede estar muy equivocada ...
Eloi Puig, 23/03/10
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