Hace unos años, en 2018 concretamente, leí una antología de terror llamada Dark Fantasies, donde entre otros relatos participantes (escogidos por el incombustible Mariano Villarreal) había uno de Alfredo Álamo titulado “Cuchara de plata”. Recuerdo perfectamente el relato porque me hipnotizó totalmente... tanto por un estilo único como por todo lo que nos decía... y lo que no nos decía. En ese momento resumí —quizás demasiado brevemente— mis impresiones del cuento con estas palabras:
“Alfredo Álamo nos presenta Cuchara de plata un relato ambientado en barrios marginales de Valencia que tiene una ambientación increíble. El autor nos presenta una historia sobre el mundo gitano, sus reglas, magias y percepciones del mundo oculto y de los muertos que sufren. Una mezcla fascinante entre religión, misterio y magia que me ha enganchado desde el primer momento.”
Pensé al momento que aquella historia era una base perfecta para una novela más atrevida, potente y que si el autor conseguía mantener el mismo estilo y ritmo, las mismas sutilezas, secretos, tradiciones y sobre todo ambientación en un texto más largo… el resultado sería una genialidad.
Pues bien, la genialidad ya la tenéis aquí y se llama La vieja sangre. Sin embargo, me equivoqué un poco en las predicciones: no es una novela pero sí un fix-up en toda regla, que leído en su conjunto comparte la visión de una historia más desarrollada y asentada.
Bienvenidos al barrio del Cabanyal de Valencia, un lugar real, un espacio de tradición, ligado a la ciudad pero también al mar, el viento y la arena. Sin embargo, también un lugar del que el autor dice: “Como todo estar vivo, el barrio tenía sus infecciones”. En esta recopilación de cuentos ambientados alrededor del conocido barrio marítimo de Valencia observaremos cómo el tiempo y las nuevas oleadas de turistas están transformándolo y como éste, poco a poco pero de forma inexorable está perdiendo su esencia. Ahora, los hipsters y los extraños están perturbando la monotonía y las reglas de la magia del barrio.
(...) Mara bajó del coche junto al Savana, un viejo bar que se resistía al convertirse en gastroteca, vermutería selecta o ecotaberna, como parecía que le sucedía al resto de locales del barrio. “ (...)
En esta recopilación encontraremos personajes que viajan de un cuento a otro, que se asoman por los relatos ajenos y propios, ellos son la vieja sangre, los habitantes del Cabanyal, los que saben esconderse en las sombras y siguen las palabras secretas, los ritos antiguos. Quienes hablan con las ratas y escuchan su consejo, quienes se mantienen firmes siguiendo las reglas ancestrales que los definen y les protegen. Todos estos personajes y la extraordinaria ambientación mística del barrio conforman La vieja sangre.
(...) “Desde allí, si sabías mirar, podía verse el barrio como era antes de que perdiera el alma. Sin sombras ni penumbras. Se sentó en el pretil del paseo al lado de donde le habían asestado una cuchillada al barrio en forma de hotel de cinco estrelles. Distinguidos visitantes emperifollados entraban y salían con la ayuda de un tipo con librea. Ella, por su parte, permanecía invisible a sus ojos, como todos los de la vieja familia cuando querían” (...)
Los lectores más afines a este tipo de fantasía urbana, habrá momentos en que La vieja sangre, sus olores y tradiciones, su mundo bajo tierra con sus ratas y cucarachas o su Rey que dicta leyes y hace cumplir costumbres con palabras secretas, les recordarán otros mundos mágicos, de pactos sagrados y escenarios subterráneos como Neverwhere de Neil Gaiman. Pues sería algo como eso... pero mejor.
Porque Álamo ha sabido otorgar a la dura realidad de la transformación del barrio un espíritu mágico que se mezcla a una sentida nostalgia por tiempos pasados pero sin perder de vista que el progreso impuesto por las masas y los cambios sociales son imparables y pueden destruir un ecosistema social como el del Cabanyal... para siempre.
Hablamos un poco de las historias de este Cabanyal mágico. Empecemos con “Musas”: Años ochenta. Conciertos y cubatas. Y un grupo que quiere triunfar en los escenarios con su música. Pero que de repente descubren que uno de ellos ha desarrollado un fuerte talento de la noche a la mañana. Demasiado talento para lo que es él. El pobre ha cogido ‘musas’. Una musa se alimenta de tu creatividad y succiona todo tu ingenio enseguida. Es un relato con aires nostálgicos, crítico con los cambios musicales que propiciaron los ritmos fáciles y de que cualquier zopenco pudiera triunfar tocando cuatro acordes en un casio. Es el cuento menos involucrado, quizás, en la ambientación del barrio y sus gentes. Sirve como introducción.
El siguiente relato es “Cuchara de plata”, que ya he comentado anteriormente pero que es idóneo para adentrarse en la particular mitología y los personajes que pueblan el Cabanyal. Aquí descubriremos por primera vez al Rey del barrio, un gitanillo joven que parece ir a la suya pero que se toma en serio sus deberes. Y también el mundo inferior, el de debajo el barrio. Aquel donde es mejor no entrar. “Cuchara de plata” sirve, pues, para introducirnos de forma sutil y con la excelente prosa de Álamo en este inframundo invisible a ojos de los piesdepiedra (nosotros, los foráneos, los que no son vieja sangre)
“El deshaucio” es otra historia de magia y secretos dedos al aire, profundizando en la mencionada mitología propia del Cabanyal. Una reportera quiere cubrir un desahucio en el barrio y no se da cuenta de que está olvidando lo que más quiere. Es un relato que quizás también funcionaría fuera de este contexto.
“Carne de yonqui” es una de las grandes historias de La vieja sangre. Un cuento perfecto que vuelve a mostrarnos las antiguas reglas de cortesía del Cabanyal pero mezclada con aquella ambientación degradante de los ochenta y noventa al votante de las drogas. Esta vez, tres yonquis buscando farlopa o heroína, se encuentran inmersos en un peligro que no pueden evitar. Narración de lenguaje excelso por parte del autor; buen ritmo y un relato que es pura poesía literaria.
Seguimos con “Ataúd blanco”. ¿Qué ocurre cuando se contravienen las leyes del barrio? ¿Cuándo no se hacen caso a las obligaciones que la magia y el Rey ordenan respetar? Mara, una residente del barrio y una vieja sangre de pura cepa roba lo que no debe tomar, un tesoro compuesto de recuerdos. Y su amigo, que no sabe lo que se hace porque es un tipo normal venido de la ciudad, también participa. Un relato onírico y tenso sobre los efectos que puede comportar llevar la contraria a los dictámenes establecidos por la magia del barrio. Muy bueno.
También tenemos espacio para el humor negro en “Croquetas de la casa”. Se trata de un cuento sutil e irónico que juega con la hechicería propia del Cabanyal pero también nos acerca a la realidad de los cambios sociales que presentan los nuevos gastrobares de moda que surgen como setas. Vicente un día recibe una proposición para hacer unas croquetas... diferentes, con las que se hace de oro, traicionando la esencia de su talante pero a la vez introduciéndose en los tratos especiales con la gente de la vieja sangre. Divertido y te deja con hambre.
Más oscuro es "Preferentes" donde algunos banqueros están desapareciendo del barrio. La rata Ifigenia le encarga a la reina del barrio que investigue el asunto porque alguien parece que se está tomando la justicia por su parte... y las reglas deben respetarse. Una historia más breve que se aventura a una especie de purgatorio y que ensancha aún más el mundo mágico del barrio.
En “Lluvias de octubre” nos topamos por primera vez con elementos fantásticos que provienen de fuera del Cabanyal. En ese caso con una sirena que el mar ha empujado a la costa en una noche de tormenta. De cómo unos yonquis aprovechan la ocasión para hacer dinero lo descubriréis en este cuento macabro.
Casi para terminar tenemos “Amor de madre o chatarra”. También las emociones pueden resultar una droga si se inhalan comprimidas. El chatarrero es un misterioso personaje que almacena emociones y recuerdos. Pero alguien le roba unas muestras… ¡mal asunto!
Y terminamos con “El trap del último aliento”. El Rey debe investigar unas extrañas muertes en plena pandemia de COVID. Parece que alguien se alimenta de las almas de los piesdepiedra y aunque éstos no sean vieja sangre, esto no se puede tolerar.
Una vez más se demuestra el buen olfato de Orciny Press que nos trae alta literatura de calidad. Una obra maestra más en sus colecciones. No os arrepentiréis. Vale de sobras lo que se paga. Como dicen en el Cabanyal es un precio justo por un buen trato, ¡Un justiprecio!
Eloi Puig
09/09/2024
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